capítulo 1

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— Yerim, tranquila, es sólo una cita...—hablé conmigo misma tratando de tranquilizarme antes de entrar a la cafetería donde sería mi cita con Sunghoon. Me pasé las manos por el cabello tratando de arreglarlo y respiré profundo. Estaba demasiado nerviosa, mi corazón estaba latiendo con fuerza.— Todo estará bien, Yerim...

— ¿Estás hablando sola?—me sobresalté al escuchar la voz de Sunghoon detrás de mí, volteé a verlo y lo encontré con una sonrisa divertida.

— No, no...—murmuré sonrojándome.

— ¿Estás nerviosa?—preguntó burlón y se acercó un poco a mí, la sonrisa nunca abandonó su rostro. 

— La verdad sí... Es mi primera cita así que estoy nerviosa.—confesé avergonzada.

— ¿En serio?—sus cejas se alzaron con sorpresa y apartó la mirada rascándose la nuca, apretó los labios y nos quedamos en un silencio incómodo durante unos segundos.— Bueno... Entremos, Yerim.—asentí ligeramente y entramos a la cafetería, fuimos a pedir nuestras bebidas y buscamos una mesa libre para sentarnos a esperar.

— Y... ¿Qué estás estudiando?—pregunté iniciando la conversación.

— Comunicación... ¿Y tú?

— Educación.—respondí jugando con mis dedos y volvimos a quedarnos en silencio. Pasó un rato y llamaron nuestros nombres, Sunghoon se puso de pie y fue por nuestras bebidas.

— Aquí tienes.—me entregó mi bebida y le sonreí.

— Gracias.—le di un trago mirándolo mientras volvía a sentarse frente a mí, se acomodó en su silla y tomó de su bebida mirando hacia abajo. El tiempo comenzó a pasar y agité mi vaso comenzando a desesperarme.— ¿En serio nos vamos a quedar en silencio, Sunghoon? Por mensajes eras más hablador.—levantó una mirada hacia mí y alzó una ceja.

— Pues tú también, Yerim.—dejó su vaso en la mesa y se cruzó de brazos.— Hasta bromeaste con que me robarías un beso.—sonrió de lado apoyando los brazos en la mesa, inclinándose hacia mí. Apreté los labios sintiendo el rostro caliente, ¿por qué demonios le dije eso? Por mensajes siempre fui más valiente y atrevida.

— Es... Es que es muy pronto para un beso.—me excusé, Sunghoon comenzó a reír.

— Bueno, si tú lo dices.—relamió sus labios. Con eso rompimos el hielo y comenzamos a platicar amenamente, justo como lo hicimos por mensajes.



(...)



— ¿Te gustó la película?—Sunghoon me preguntó mientras salíamos de la sala del cine.

— Sí, no me encantó pero estuvo buena.

— Pienso igual, la disfruté pero no la volvería a ver.—respondió abriéndome la puerta para que pudiera salir del cine, murmuré un pequeño gracias y salí. Ya había anochecido y comenzó a hacer un poco frío, por lo que me froté los brazos para darme calor.— Toma.—Sunghoon se quitó la chaqueta de mezclilla y me la puso sobre los hombros, el aroma de su colonia llenó mis fosas nasales y cerré los ojos aspirando profundo, olía muy bien.

— Gracias...—le sonreí, me devolvió la sonrisa.

— Antes de llevarte a tu casa, ¿te gustaría ir a un parque?—preguntó cuando comenzamos a caminar.— No quiero que la cita termine todavía...—sus mejillas se pusieron rojas.

— Yo tampoco quiero que termine...—me miró con una pequeña sonrisa y tomó mi mano tímidamente.

Llegamos al parque que dijo y nos sentamos en los columpios, balanceándonos mientras platicábamos de temas triviales. Luego a Sunghoon se le ocurrió que jugáramos en los jueguitos como la resbaladilla y el subibaja, los juegos eran tan pequeños que apenas cabíamos en ellos. Era obvio, eran para niños pequeños, pero aún así nos divertimos mucho.

— Oye, ¿jugamos al...?—me giré hacia Sunghoon y lo encontré inclinado mientras se masajeaba la rodilla.— ¿Qué tienes? ¿Te lastimaste?—me acerqué a él preocupada.

— No.—contestó pero pude notar en su voz que estaba sintiendo dolor.— Estoy bien, no te preocupes, Yerim.—levantó el rostro y me mostró una sonrisa.— Ya es tarde, déjame acompañarte a tu casa.—se enderezó y extendió su mano hacia mí, la tomé entrelazando nuestros dedos. 

No pude evitar notar que cojeaba ligeramente al caminar, estaba preocupada pero no le dije nada, no quería molestarlo ya que era obvio que no quería hablar de eso. Llegamos a mi edificio y nos detuvimos en la entrada.

— Aquí vivo... Puedes venir cuando quieras, no creo que les moleste a mis roomies que vengas.—rió y acercó su mano a mi rostro para acariciar mi mejilla.

— Me la pasé muy bien... Gracias, Yerim.—murmuró y rozó mis labios con su dedo pulgar, mi mirada fue a sus labios... Quería besarlo pero no sabía cómo, jamás había besado a alguien.

Sunghoon soltó una pequeña risa, sacándome de mis pensamientos, y tomó mi rostro entre sus manos para luego juntar nuestros labios, fue apenas un pequeño roce pero me dejó alucinando. Sunghoon se separó pellizcando mi mejilla y con una enorme sonrisa adornando su rostro.

— Nos vemos, Yerim.—se despidió dejando un beso en mi frente y se fue caminando por la acera. Yo seguía en mi nube de amor y flores por aquel beso, para cuando reaccioné ya no podía verlo.

Toqué mis labios con mis dedos y sonreí ampliamente comenzando a dar pequeños saltitos, ¡ese había sido mi primer beso! ¡Y había sido con alguien guapo! Subí a mi departamento muy feliz, ignoré las preguntas de mis amigas y me encerré en mi habitación, suspiré enamorada y estrujé la chaqueta de Sunghoon en mis manos y la acerqué a mi nariz para aspirar su colonia.

Espera... ¡La chaqueta de Sunghoon! No se la devolví... Tomé mi celular para mandarle un mensaje a Sunghoon y al instante me contestó;


No te preocupes, ahora tienes una razón para venir a verme mañana ;)


Sonreí mordiendo mi labio inferior... Caí rendida a los encantos de Sunghoon.

The Part Time Worker | Sunghoon ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora