capítulo 9

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— Muchas gracias por ofrecerte a ayudar, en verdad lo aprecio mucho.—le agradecí a Intak mientras entrábamos al restaurante. La noche anterior mi madre me llamó y me comentó que uno de los meseros se había enfermado y que le hacía falta alguien para que le ayudara, Intak escuchó nuestra conversación y se ofreció a ayudarnos, diciendo que había trabajado como mesero en el pasado.

— No es nada, tu mamá se escuchaba muy preocupada que no pude evitar ofrecer mi ayuda... ¿De qué es el evento?

— La verdad no sé, creo que mi madre mencionó que es el cumpleaños de un señor que viene seguido o algo así.—respondí guiándolo a los vestidores.

Dentro de los vestidores estaban los demás meseros y mis hermanos... Espera, ¡mis hermanos! Se me había olvidado por completo que estarían ahí, tragué saliva mirando de reojo a Intak, esperaba que mis hermanos no lo reconocieran.

— ¡Yerim! Por fin llegas.—mi hermano Yechan dijo al verme y se acercó a mí entregándome el uniforme que debía usar. Su mirada fue a Intak y se le quedó viendo por unos segundos.— Tú eres el mesero que mencionó mamá, ¿verdad? El amigo de Yerim.

— Así es... Soy Hwang Intak, mucho gusto.—saludó cordialmente e hizo una reverencia.

— Espera, espera, espera.—mi otro hermano, Yejun, se acercó a nosotros mirando asombrado a Intak.— ¿Eres Hwang Intak? ¿El noviecito de Yeye?—al escuchar a mi hermano pronunciar esas palabras sentí que se me iba el alma del cuerpo, sí lo recordaba, maldita sea.

— ¿Noviecito?—Yechan alzó una ceja.

— Sí, ¿no lo recuerdas, hermano? Él era el niño tímido que iba a nuestra casa acompañando a Yeye después de la escuela... Qué sorpresa, volvieron a encontrarse ahora de grandes, ¿son novios de nuevo?—abrí los ojos en grande, sonrojándome por completo.

— ¿Como que novio? Yerim no puede tener novio, es una niña.—Yechan habló frunciendo el ceño y me cubrí el rostro avergonzada.

— Ya no es una niña, tiene veinte años... Además no seas ridículo, sólo eres cuatro años mayor que ella...

— ¿Podrían callarse y darle el uniforme a Intak? Tenemos que ir a trabajar o mamá se enojará.—dije masajeándome las sienes, mis hermanos podían llegar a ser muy molestos y más cuando se trataba de mí y un chico, Yechan sacaba su lado sobreprotector mientras que Yejun quería que disfrutara la vida libremente, el problema era que siempre terminaban peleándose y eso era muy molesto.

— Cierto, ¿qué talla eres?—Yejun le preguntó a Intak.

— Iré a cambiarme al baño.—avisé antes de irme al baño del personal.

Me cambié rápidamente y antes de salir até mi cabello en una coleta para que no me estorbara al trabajar. Afuera sólo se encontraba Intak, ya estaba cambiado y había arreglado su cabello también.

— ¿Y los demás?

— Tu mamá los llamó, ya llegaron los comensales... Te estaba esperando para que fuéramos juntos.—me respondió mirándome de arriba a abajo.— Te ves muy linda vestida de mesera, ese chaleco te queda muy bien.—sonreí acercándome para besar su mejilla.

— Gracias, tú también te ves muy bien, deberías usar corbata más seguido.—sonrió divertido y tomó mi rostro entre sus manos, dándome un besito en los labios.

— Si quieres puedo usar una corbata mañana en nuestra cita.

— Eso me encantaría.—dije poniéndome de puntitas para besar sus labios.

— ¡Lo sabía!—los dos nos sobresaltamos por el grito de Yejun y nos giramos a verlo.— Son novios de nuevo, qué ternurita... Pero no es momento para estar de acaramelados, dejen eso para después, los necesitamos allá afuera porque hay mucha gente, al parecer el señor es rico porque muchas personas refinadas vinieron a su festejo, qué molestia.—habló dándose la vuelta para volver a atender las mesas, sin siquiera darme la oportunidad de decirle que Intak y yo no éramos novios... Todavía no.

— Bueno, vamos o mi mamá se pondrá como loca.—dije con las mejillas ligeramente sonrojadas y me apresuré a salir de los vestidores, Intak me siguió por detrás.

Llegamos al área donde se encontraban algunos de los meseros, los demás estaban atendiendo a los comensales. Como Yechan era el encargado se encontraba ahí dándole indicaciones a los meseros, al sentirnos llegar volteó hacia nosotros y me miró fijamente por unos segundos, luego miró a Intak.

— ¿Por qué tardaron tanto en venir?—apreté los labios sin responderle, ¿qué le iba a decir? ¿Que nos quedamos en los vestidores dándonos besitos? Por supuesto que no. Mi hermano chasqueó la lengua y apartó la mirada.— Como sea, vayan a atender esas mesas.—señaló y asentí yendo velozmente para escapar de ese incómodo momento.

Fui primero a una mesa donde habían varias señoras mayores, tomé sus pedidos y fui a dárselos a mi hermano para que se lo pasara a mi madre. Luego me acerqué a la otra mesa, en ésta sólo habían chicos jóvenes, como de mi edad.

— Hola, ¿qué van a ordenar?—pregunté sin mirarlos mientras tomaba mi libreta y mi bolígrafo, preparándome para anotar su orden.

— ¿Yerim?—levanté la mirada al escuchar esa voz... Justo frente a mí estaban Sunghoon y Sunoo mirándome con sorpresa, como segundos antes estaban dándome la espalda no los había reconocido.

Maldita sea.

— ¿La conocen, chicos?—el chico de cabello morado preguntó señalándome con el dedo. Grosero, ¿no le dijeron que es de mala educación señalar?

— Hyung, es ella.—Sunghoon dijo en voz baja, como si quisiera que yo no lo escuchara... Pero para su desgracia estaba literalmente a su lado, era obvio que lo había escuchado.

— ¿Qué van a ordenar?—repetí la pregunta con los dientes apretados, estaba comenzando a desesperarme pero tuve que recordarme mentalmente que no podía hacer una escena en el restaurante de mis padres.

— ¿Tú eres RimRim?—el chico de cabello plateado me miró ladeando la cabeza. ¿RimRim? ¿Así me llamaba Sunghoon cuando estaba con sus amigos?

— ¿Desde cuándo trabajas aquí? Venimos seguido y no te habíamos visto por aquí.—ésta vez el que habló fue Sunoo y me contuve las ganas de pegarle con mi libreta.

— Su orden, ¿qué van a pedir?

— ¿Todo en orden, Yerim?—preguntaron detrás de mí y palidecí, bendita mi suerte... Me giré lentamente hacia Intak y le sonreí con los labios apretados.

— Sí, todo en orden, no te preocupes... Regresa a trabajar, anda.

— ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué están los dos parados sin tomar la orden de los clientes?—Yechan se acercó a nosotros con el ceño fruncido.— Jay, ¿está todo bien? ¿Mi hermanita los está atendiendo adecuadamente?

— ¿Tu hermanita?—todos los que estaban sentados en esa mesa hablaron al mismo tiempo.

— ¿Yerim es tu hermana, hyung?—Sunghoon tartamudeó tornándose más pálido de lo que ya era. Fruncí el ceño, ¿Sunghoon conocía a mi hermano? ¿los otros chicos conocían a mi hermano?

— Sí, les hablé de ella hace tiempo... Espera, ¿por qué conoces a mi hermana, Sunghoon?

— Dios, estoy muerto.—escuché que Sunghoon murmuraba.

¿Qué demonios estaba pasando?

The Part Time Worker | Sunghoon ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora