En la actualidad
Vestida con un mono negro bastante ajustado que dibujaba muy bien sus voluptuosas curvas, los píes enfundados en dos gruesas botas también negras y la cabeza cubierta con un casco de motorista, Lena recorría las calles de la ciudad en una de las motocicletas que guardaba en su inmenso garaje.
Pronto llegó a su destino, un hangar donde se alquilaban trasteros. El tipo encargado del lugar se encontraba sentado detrás del mostrador tecleando algo en un ordenador portátil, pero dejó lo que estaba haciendo y se puso en píe cuando Lena entró en el lugar.
– ¡Lena! Has llegado antes de lo esperado –dijo sorprendido.
Lena puso los brazos en jarras y lo miró con mala cara.
– Te hice el pedido hace unos días. Más te vale no haberte retrasado.
El tipo se apresuró a negar con la cabeza.
– Lo tengo todo, no te preocupes. Espero que tú hayas traído el dinero.
Lena bajó un poco la cremallera del mono dejando ver su escote, del cual extrajo un grueso sobre que le lanzó al tipo, quién lo agarró al vuelo y lo abrió, contando rápidamente los billetes de 100 dólares que había dentro. Cuando terminó, la miró ceñudo.
– Aquí sólo está la mitad de lo acordado...
– Tendrás el resto cuando vea que has cumplido. Perdona que sea tan desconfiada, pero hace poco tuve problemas en Europa.
El tipo asintió.
– Ha llegado a mis oídos lo del incidente de Zurich. Pero, llevas años recurriendo a mi y nunca te he fallado.
– Siempre hay una primera vez. Además, alguien tan desesperado cómo tú es un blanco fácil para Morgan Edge y la escoria como él.
El tipo puso una de esas sonrisas falsas que se ponen para disimular un estado de ánimo.
– ¿Desesperado? ¿Qué te hace pensar que estoy desesperado...?
Lena señaló con la mirada el portátil que había sobre el mostrador y sonrió maliciosamente.
– ¿Cómo van las apuestas deportivas...? –dijo con sarcasmo – ¿Con quién te has endeudado esta vez? ¿Son de los que rompen pulgares o te dan una paliza directamente...?
El tipo resopló mientras ponía cara de resignación.
– Estos son de los que te asesinan directamente. Por eso necesito el dinero hoy mismo.
– Lo tendrás, no te preocupes. Siempre, claro está, que tengas listo el material y pueda verlo ahora mismo.
El tipo asintió y, tras coger una de las llaves numeradas que había en el panel colgado en la pared detrás de él, ambos se metieron en el hangar y caminaron entre las puertas numeradas de los trasteros hasta llegar a la que cuyo número coincidía con el de la llave, con la cual la abrió. Dentro había varias estanterías con objetos.
– Aquí está todo lo que me pediste. Equipo de escalada, equipo de submarinismo, un gancho magnético, linternas que funcionan con luz solar, walkie talkies, un teléfono vía satélite y hasta una PDA impermeable. Todo de última generación. Algunas de estas cosas ni tan siquiera están en el mercado aún.
– ¿Y los explosivos?
– Ahí los tienes –señaló una bolsa de viaje de color negro que había sobre una estantería vacía – ¿Qué piensas volar?
– Espero que nada. Pero, me gustaría tenerlos a mano por si tuviera que necesitarlos.
– Ya, igual que los condones.
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TOMB RAIDERS (Rojascorp)
FanfictionLena Luthor ha viajado por todo el mundo, ha visitado innumerables tumbas y ruinas y encontrando multitud de tesoros y reliquias. Pero, su mayor cometido es restaurar la reputación de su difunta madre, una famosa arqueóloga cuyas teorías fueron rech...