Puede que aquella isla en medio del Caribe estuviera dominada por un régimen dictatorial y fuese un paraíso para el narcotráfico, pero era también uno de los principales destinos turísticos de la zona. Mientras no se salieran de las rutas turísticas, los extranjeros que viajaban allí pasaban unos agradables días de vacaciones entre mojitos, baños en las playas y fiestas nocturnas, ajenos a lo que de verdad se escondía tras ese paradisíaco lugar.
Lena y Andrea lo sabían muy bien. Ambas llegaron a la isla haciéndose pasar por turistas, ya que era la única forma de entrar en el país sin levantar sospechas. Las dos fingieron que se divertían, como los demás turistas, mientras esperaban que llegara la noche.
– Me están entrando nauseas –dijo Lena fastidiosa sentada en una butaca de madera frente a la piscina del hotel en el que se alojaban –. Qué ganas tengo de terminar con esta comedia.
– Pronto se hará de noche, no seas impaciente –dijo Andrea, sentada en otra butaca al lado de ella –. Hasta entonces, disfrutemos. Esto son como unas vacaciones.
– Si quisiera irme de vacaciones, elegiría un lugar mejor que este. Más vale que las coordenadas que nos dio Winn no estén equivocadas.
La mente de las dos retrocedió a aquella noche en Los Ángeles, cuando lograron escapar con vida del Hotel Roosevelt. Tras dejar el helicóptero en un descampado en las afueras y hacerse con un vehículo, lograron regresar al bote, donde prosiguieron la huida adentrándose en el mar. Fue cuando recibieron la videollamada de Winn, cuyo rostro apareció en uno de los monitores del panel de control de la embarcación.
– Hola ¿Os he pillado en la ducha o es que os tocaba sauna? –bromeó él, ya que ambas estaban aún con los albornoces puestos.
– Ahora no estoy para gilipolleces, Winn –le replicó Lena –. Dime que has averiguado algo sobre esos símbolos.
– Lo he hecho. Y tengo una sorpresa. No son símbolos mayas, los he estado cotejando en mi base de datos y he descubierto que son de la antigua Sumeria.
Tanto Lena como Andrea arquearon las cejas.
– ¿Sumeria? –dijo Andrea perpleja.
– Vasconcelos hizo varios viajes a Oriente Medio –dijo Lena, también perpleja –. No me extrañaría que entrara en contacto con la cultura sumeria –se volvió hacia Winn –. Espero que los hayas descifrado.
Winn asintió antes de responder.
– Una vez he descubierto lo que son, la traducción ha sido fácil. Son unas coordenadas, las cuales os envío al ordenador del bote, ya que tu portátil no da señal ¿Le ha ocurrido algo?
– No preguntes... –fue lo que dijo Lena para evitar decirle que su portátil se encontraba en esos momentos en su habitación de hotel completamente destrozado, al igual que todo en esa habitación.
– De acuerdo. No he mirado donde conducen esas coordenadas, ya que tenía prisa por enviártelas.
– No te preocupes. Ya las buscaré yo en los mapas. Tú continúa con tu trabajo y mantén los ojos bien abiertos. Ahora, más que nunca, hay que tener cuidado con Edge y con Veronica.
– Descuida. Por cierto, las noticias hablan de un incidente con un helicóptero en el Hotel Roosevelt de Los Ángeles ¿Tenéis vosotras algo que ver?
– Adiós, Winn... –fue la respuesta de Lena mientras apagaba el monitor.
Sacó las coordenadas del ordenador y las cotejó con los mapas que llevaba a bordo. Tanto ella como Andrea se sobresaltaron cuando vieron el lugar al que las conducían.
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TOMB RAIDERS (Rojascorp)
FanfictionLena Luthor ha viajado por todo el mundo, ha visitado innumerables tumbas y ruinas y encontrando multitud de tesoros y reliquias. Pero, su mayor cometido es restaurar la reputación de su difunta madre, una famosa arqueóloga cuyas teorías fueron rech...