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Mañana era el día en que terminaría todo, solo un día y la paz reinaría.

Tenía la esperanza de vivir una vida normal, graduarme en fotografía y tener un trabajo en la empresa de papá como una colaboradora.

Pero ese no era mi destino, no estaba en mi línea del tiempo.

Suspiré mientras seguía con mi vista afuera, a la nada. Estaba sentada en el borde de la ventana, admirando el paisaje. Ya el sol se ponía y se estaba haciendo de noche, quedaban pocas horas de esta incalculable paz.

Tocaron mi puerta y seguido se escuchó la voz de Myls

—¿Puedo entrar?

Yo le respondí con un si y seguido de la puerta abrirse apareció el castaño.

Su mirada era vaga.

—¿Estas asustada, por lo de mañana? —dijo en un tono medio triste

—Soy de esas personas finalistas, hasta que no ven el miedo no lo sienten —me miró confuso y yo sonreí— Es como estar en una fila para la montaña rusa, dices que vas a ir, que no tienes miedo y cuando te montas empiezas a llorar porque quieres bajarte —susupiré— Pero esta vez, no tengo montaña rusa. —Lo miré— Te mentiría si te dijera que no tengo miedo.

Myls en ese momento empezó a llorar, como un niño pequeño

—Casi lo conseguimos, Bronwyn —dijo sollozando— Éramos tan felices. ¿Por qué todo tuvo que acabar? —pasó sus manos por el rostro— ¿Por qué Jane nos tuvo que traicionar? ¿Por qué el tío Connor tuvo que morir? —suplicó— ¿Por qué, Bronwyn?

—Ey, tranquilo. Todo estará bien —mentí— Mañana sobreviviremos y seremos felices.

—¿Promesa?

—Promesa

Después de consolarlo un poco se fue. Todos teníamos miedo, saber si esta era nuestra última noche juntos, el no saber que sucederá mañana, era muy confuso y no tranquilizaba.

—Bronwyn —dijo una voz desde mi puerta— ¿Podemos hablar un momento querida?

Al voltearme vi a Jena, le lancé una sonrisa y asentí.

—¿Estas bien?

—Nadie puede estar bien sabiendo que mañana hay una guerra o que esta será su última noche.

—Te entiendo —me dio una sonrisa triste— Cuando Kaiser y yo éramos jóvenes pensamos que todo estaría así, feliz. Que nos aceptarían, que nunca nos olvidarían, que te querrían —bajó la cabeza— Fui tan ilusa. Mis padres me repudiaron y me hecharon de casa cuando les dije que amaba a Kaiser, no quisieron saber nada de mí y nunca pude disculparme con ellos por... todo —susurró— Este es tu tiempo, Bronwyn. Trata de no cometer ningún error del que te puedas arrepentir después

Jena era agradable, sabía como consolarme. Para ser sinceros, no mucho nos esperaba, pero quería decirle mamá, quería tratarla como tal, igual que Kaiser.

Yo solo le di una sonrisa de boca cerrada giré mi cabeza a las afueras de la ventanilla

—Solo espero poder impedir que muera alguien de los que quiero —suspiré— No me lo perdonaría nunca

—Tu mente es tu peor enemiga. Sé positiva. Sé que en estas situaciones eso cuesta, pero intentalo.

Asentí de nuevo.

—Iré a ver a Kaiser y tú deberías salir de esta habitación a coger un poco de aire.

Sonreí y fui tras ella. Abajo todos estaban como mismo estaba yo allí arriba. Mirada perdida en algún punto fijo y metidos en su cabeza, como analizandolo todo.

—Quiero hablar contigo —oí a mis espaldas— ¿Puedes venir?

Al voltearme vi a Brek, tenía una mano en su nuca y la mirada en el suelo. Yo asentí y él me guió hasta las afueras de la casa. Caminamos hasta el lago y la imagen me recordó a el primer día que vine. Las luciérnagas alumbraban todo el lugar y el lago estaba tan resplandeciente como un diamante.

Me senté en las mismas rocas de siempre y empecé a recoger piedrecitas para tirarlas al lago mientras Brek, se sentaba a mi lado.

—¿Qué querías decirme? —dije con mi mirada en el lago

—Brownie. ¿Podrías mirarme? Es incómodo

Yo reí y voltee mi rostro para quedarme estática en sus ojos dorados. Tal vez era la impresión pero, también brillaban y más que nada

—¿Ya me dirás? —enarqué una ceja, divertida

Él carraspeó y subió el rostro para mirarme con determinación

—Me gustas, desde siempre. Y no voy a darte un discursito cursi porque eso no va conmigo. Solo quería decírtelo, para no morir con el cargo de conciencia de que nunca amé a una chica —ladeó la cabeza— Aunque técnicamente lo hice, porque solo me has gustado tú... pero...

—Te entendí Brek —reí— ¿Si sobrevivimos la guerra te arrepentirás de habermelo dicho?

—Si me rechazas, si. De lo contrario —sonrió divertido— no me arrepentiría nunca

Reí a carcajadas.

—¿No tienes nada que decirme? —dijo funciendo el ceño

—Después de la guerra te daré mi respuesta —dirigí mi mirada a él— así que sobrevive

Me sonrió tiernamente y asintió.

La verdad, me faltaba el aire de solo pensar que perdería a Brek, a Ethan, a mis padres, o a cualquiera de mi familia. Habían estado conmigo todo el tiempo.

....

—Bien —dijo el tío Luan— Los grupos son los siguientes: Equipo uno será integrado por Kaiser, Brek, Ethan, Myls y Bronwyn que iran a la región King. Equipo dos son Luana, Jake, Keel, Jonah y Michael, región Rose. Equipo tres Jules, Jena, Liam, Mara y yo, región Clain—miró a Ethan— ¿Tu abuelo creó los grupos Clain?

—Si, ayer en la noche fue que conformamos la estrategia tal y como tú lo ordenaste. Cada grupo está en la región que les corresponde

—Bien —suspiró— Solo les diré dos cosas: 1ra es que no subestimen a los Marvelous y 2da es —sonrió— vuelvan

Todos le sonreímos de la misma manera, esa manera que decía "Trataré o lo intentaré". Nadie tenía seguridad, nadie sabía como, pero ganaríamos.

El punto de la guerra era matar al jefe, si acabábamos con el jefe, con Lena y con Jane que eran los pilares, los Marvelous se rendirían porque no tendrían más escapatoria.

La guerra era grande y decidimos usar factores sorpresas como la división en regiones, eso nos daría más acceso al terreno central que era el punto común de todas las regiones: El lago.

Cargabamos con armas blancas y armas de fuego por si acaso, de todos modos seguían siendo licantropos y eso les haría daño.

—Chicos —habló Kaiser— Pase lo que pase confíen entre ustedes, nunca se alejen y trabajen en equipo. Centrense en su enemigo porque no sabemos contra que equipo Marvelous nos tocará pelear.

—Tengo una duda señor Marvelous —le dijo Ethan— ¿Por qué nos ayuda si aquella es su familia?

Él sonrió

—Como Lana dijo, aquella dejó de ser mi familia cuando atentaron contra su propia sangre —suspiró— Yo tengo algunos hombres infiltrados que cuando se de una situación defenderán el lado bueno, digamos que los Marvelous están cortos de personal.

Todos reímos hasta que Brek habló

—Como mi papá dijo, traten de volver.






Por equivocación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora