The strawberry boy [Jihan]

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Hoy tenía demasiado trabajo, me sentía cansado y con ganas de dormir, necesitaba vacaciones urgentes.

Llegué a la universidad y me senté en unas de las mesas de afuera, ni siquiera me había dado tiempo de desayunar. Solo me dedique a mirar hacia la nada.

-Hola Josh- dice ¿Jeonghan? sonriendo y atravesado se

-Hola- dije mirando hacia otro lado

-¿Andas de mal humor?-

-No, solo estoy cansado, ¿Acaso no se nota?- dije señalando me.

-En realidad no, debe de ser por las cremas- dice sonriendo otra ves.

-Jeonghan, quiero dormir, ¿Entiendes?-

-Si quieres te hago un masaje- dice dirigiéndose hacia mi, me negué muchas veces, hasta que me agarró los hombros y empezó a masajear suave y delicadamente, sus manos estaban bendecidas por los angeles.

-Relajate, respira profundo, piensa en el por que te estás esforzando- dijo con una voz suave, tanto, que si me relajo, debería ser masajista, Porque tiene unas manos que....

Ahora sí me sentía relajado.

-¿Jeonghan? estamos retrasados,te estuve buscando por todos lados, que haces aquí, vamos- dijo el fastidoso de su "amigo"

Lo relajado se me fue en las lindas y bien bendecidas manos de Jeonghan y todo por culpa de ese tal, ni siquiera sabía su nombre. Me levanté fastidiado y con más ganas de dormir.

Había tenido un gran día horrible, tenia sueño, me quedé dormido en clases y para completar, mis padres me regañaron, disque tengo descuidada la empresa, ni si quiera pude cenar, ya que termine y me dirigí a la mansión, solo faltaba que me quedara a vivir en la oficina, ya ni vida social tenía.

En realidad nunca la tuve y me siento feliz por eso.

Me acosté abrazando mi almohada, ni siquiera tenía tiempo para pensar, solo quería dormir.

y eso hice.

Pude sentir la paz por un rato.

Desperté de un largo y profundo sueño, que por alguna razón, jeonghan estaba, me senté estirando me, quería seguir durmiendo, pero tenía que trabajar.

-Buenos tardes alegría- escuché y abrí mis ojos de inmediato, me asuste al ver a jeonghan parado enfrente de mi cama, tanto así que me escondí debajo de la sábana.

-¿Que haces aquí?-

-Pues vine, porque estaba preocupado-

-¿Tu?-

-Si, pensé que te sentías mal ya que no fuiste a la universidad-

-Y como llegaste aquí-

-Pues Vi a tu amiguito el payaso y le pregunté por ti-

-No le digas payaso, respeta-

-¿Te molesta?-

-Si me molesta- dije quitandome la sábana,  pero igual me seguía mirando así que me tape otra vez

-Pero no es mi culpa que el siempre cuando me ve, se ríe-

-Tal vez, el payaso eres tu- dije rezando por qué se fuera.

-Que yo que- dijo quitándome la sábana y tirándola lejos y entre en pánico.

-Que tal vez eres tú el payaso-

-¿Lo estas defendiendo?- dijo mientras se cruzaba de brazos

-De que hablas-

-Yo solo quería ver cómo estabas y así me pagas- dijo en tono ¿triste?