1

656 24 1
                                    




El día estaba nublado, con el tiempo tan frio que me hacia sentir deprimido y melancólico; tanto que me daban ganas de llegar a casa y tirarme a dormir por ciento días, cosa que sería imposible porque la vida es injusta y me toca ir a la universidad.

Tan trágica la vida, Me encontraba tirado cerca de la piscina. Había mucha brisa pero eso no evitaba que estuviera afuera aguantando mis desgracias continuas. A veces puedo llegar a ser muy masoquista, pero últimamente no le veía el sentido a  la vida, ¿O a mi vida?  Ya nada me entretenía, ni mis lujos.

Recibí un mensaje de uno de mis “amigos” invitándome a una fiesta, la verdad habían personas que no podía comprender sus actitudes, a veces pensaba que me odiaban ya que era raro que un día me sonrieran y al otro me miraran con enojo, por lo general siempre me alejo de las personas por cosas de mi personalidad, pero por lo menos tenía una persona que le importaba y no tenía actitudes falsas como los demás, ese era mi mejor amigo que acostumbra a ser muy pegajoso y molesto pero a fin y al cabo intentaba acostumbrarme, creo.

Entre a la mansión que todavía no sabía si considerarla como “mía”  por cosas de mi familia, subí las escaleras mientras arrastraba mis pies, al entrar a mi habitación al instante me llego el olor a limpio, estaba a punto de colapsar ya que cuando limpian siempre me cuesta conseguir las cosas y ahora no podía encontrar mis llaves, si iría a esa tonta fiesta, pero solo para dañarle la diversión a los demás con mi presencia.

Después de mil años, encontré mis llaves, baje arrastrando mis pies otra vez, fui al garaje, estaba indeciso, no sabía cuál llevar, si mi convertible o mi camioneta, pero soy humilde y además quería pasar desapercibido elegí mi convertible, pero me di cuenta que no eran las llaves si no de la super dutty.

Me subí fastidiado tenía mucha flojera de devolverme por las otras llaves, hasta prefería mi moto que esa cosa insignificante. Empecé a conducir alejándome de la mansión, a los diez minutos llegue a la fiesta y para mí fue muy interesante ver a las personas y a los cinco segundos aburrirme, me voltee dispuesto a irme pero algo me sujeto del brazo, en mi mente solo pasaba el, ¿Quién se atreve a agarrarme? ¡A mí!. Empecé a voltear lentamente y con mucho enojo, pobre creatura, no sabía con quien se había metido, por lo menos me iba a divertir…

Al voltear quede un poco atónito, no podía creer la intensidad que tenía este niño, de donde sacaba tanta valentía para tan solo tocarme, parecía un niño de mami, con su cabello un poco largo, estaba a punto de maldecirlo pero me dejo desconcertado con su voz, no tenía voz de niño de tres años.

-¡Oye tú! Te estoy hablando- dice ese niño mientras sonaba sus dedo, ademas que es un niño con voz de hombre, es engreído.

-¿Disculpa?- dije asimilando mis palabras.

-¡Que si es tu camioneta la que está mal estacionada!-

-Sí y no está mal estacionada-

-Pues díselo a quien te la choco por estar mal estacionada-

-¡Que!- dije saliendo de inmediato, pude ver mi super dutty, mi camioneta menos preferida, con un gran golpe en la puerta, me dio un mini sentimiento, pero se me pasó al recordar que soy billonario y me puedo comprar cuantas me plazca. Me voltee suspirando para ir hacia adentro mientras sonreía, escuche un grito pero seguí caminando.

-¡Oye!- dice agarrándome otra vez.

-Que- dije volteándome

-¿Que vas hacer?-

-Nada-

-¡Como que nada!- dice sonriendo, por un momento me perdí en su sonrisa tan brillante y encantadora.

The strawberry boy [Jihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora