03

830 97 4
                                    

Baji Keisuke era un alfa en toda la regla; era fuerte, alto, atractivo y no había algo que le gustara más que golpear debiluchos.

Fue así como pronto se dió cuenta de que su estilo de vida no encajaba con el de ningún omega. Ellos eran demasiado frágiles y tener uno le haría vivir protegiendo de este.

Claro que conocía a dos omegas que salían de esa regla, una de ellas era su madre, quien a pesar de la ausencia de su padre lo había criado de manera ejemplar y sin ayuda de nadie más.

Y claro que el otro omega era su mejor amigo, Kazutora. Él en algún momento formó parte de la ToMan, lo hizo cuando todos ahí creían que era un beta, cuando incluso él lo creía.

Mikey se molestó demasiado cuando llegó a una reunión tras su presentación con un olor tan dulzón como el de alguien de su casta. No dudó en sacarlo de la pandilla y Kazutora bastante tiempo estuvo molesto con Mikey; se alejó de todos a excepción de Baji y cada vez que hablaba del tema se podía ver el rencor en su voz, todo empeorando cuando encontró a su destinado y este lo rechazó.

Y aunque actualmente Kazutora era un lindo omega en toda la regla, sabía que si alguien se intentaba sobrepasar con él, les daría la paliza de sus vidas sin necesidad de ayuda. Lo había visto decenas de veces y muchas veces se preguntaba cómo es que aguantaba las feromonas de aquellos alfas que intentaban dominarlo, aunque el omega siempre le decía que era porque él apestaba a feromonas molestas todo el tiempo.

Y posiblemente hubiera pasado el resto de sus días creyendo que solo sus dos personas favoritas eran la excepción a la regla de no ser por aquel día.

Desde que tiene memoria el dojo de los Sano era su lugar favorito en todo el mundo. Había algo que siempre lo relajaba por más molesto que se encontrara, incluso podría jurar que algunos lugares de aquella casa olían más a aquel particular olor.

Que su animal interno fuera un oso no ayudaba para nada.

Y en algún momento el olor se volvió apenas perceptible. Sí, sabía que estaba ahí, pero no era tan intenso como antes, únicamente podía llenar sus pulmones de ese delicioso aroma a miel cuando se dirigía a la habitación de Mikey, así que pronto invadió completamente la habitación de este.

Y aquel día era uno de esos donde había sido echado a patadas por su amigo de la infancia, pues a palabras suyas, recibiría pronto a alguien y no quería que lo primero que oliera fuera el roble de su amigo.

Era posiblemente medio día de aquel domingo, su madre estaba trabajando turnos extra y su mejor amigo nunca estaba disponible los domingos, así que le quedaba deambular hasta su casa y perder el tiempo ahí viendo alguna serie o algo por el estilo.

Y claro que lo hubiera hecho de no ser por lo que veía frente a él.

Estaba tal vez a dos o tres metros, pero eso no evitaba que su desarrollada vista presenciara como un alfa seguía a un rubio que por sus vestimentas posiblemente era un omega.

Se veía que el rubio no lo había notado porque caminaba con tranquilidad mientras aquel tipo se acercaba más y más. Y claro que su instinto le decía que esos dos no se conocían.

Su madre le había enseñado a defender a los omegas cuando estos necesitaban ayuda, pues había muchos alfas a quienes les gustaba aprovecharse de su vulnerabilidad y marcarlos a la fuerza, algo que claramente mataría a un omega si su alfa rompía el lazo al marcar a alguien más.

Actuó rápido cuando vió al omega adentrarse a una calle poco transitada, ¿qué clase de imbécil era como para pasar por un lugar tan poco transitado siendo que vestía de esa forma tan provocativa?

Bueno, tal vez no era un imbécil considerando que apenas alcanzó a aquel par, logró verlo.

Era el omega más bonito que había visto en su vida y le estaba dando una paliza a aquel alfa.

Su falda se movía ligeramente cuando soltaba alguna patada y Baji se sintió tan pervertido cuando pensó por un momento lo poco afortunado que era que aquel omega tuviera una prenda que cubriera su ropa interior bajo su falda.

Fue cuestión de segundos que el alfa que poco antes acosaba al rubio cayera inconsciente, aunque eso no evitó que el omega siguiera golpeando el miembro de este. Baji no pudo evitar sentir sus bolas adoloridas con pensar aquellos golpes siendo dirigidos a él.

Lo siguiente se lo esperó mucho menos, pues ahora el rubio rebuscaba entre las ropas de ese alfa y sacaba cualquier objeto de valor que encontrara. ¡Incluso lo amarró con sus propios calzones a un poste de luz!

Joder, era perfecto.

Y no pudo ser más feliz al percibir aquel aroma a miel. Su oso lo supo, lo supo apenas lo vió a los ojos y se lo hizo saber.

Era su omega.

—¿Se te perdió algo?— aquella angelical voz le hizo salir de su trance, ahora viendo como aquel chico bonito estaba frente a él.

—Yo... Ehh, ¿me das tu número?— se golpeó internamente al ver la expresión burlona del omega dirigida hacia él, aunque su oso retorciendose de felicidad al ver como el omega sacaba de su bolso una pequeña libreta, escribiendo algo en esta y pronto entregándole el pedazo de papel.

—Espero que valgas la pena, alfa— soltó poco antes de irse, Baji estático en su lugar y tardando en procesar lo que había sucedido en este rato hasta que los sonidos agonizantes del alfa desnudo lo sacaron de su trance.

—¡Tora debe saber esto!— Exclamó poco antes de salir hacia su hogar

Había encontrado a su omega y era jodidamente genial.



.

.

.


Ns, el animal de baji es un oso pardo.

Tora claramente es un tigre.

Yyyy digamos que los Sano son diferentes especies de mininos por la genética de su padre, aunque algunos ni siquiera son de la misma especie pq ps no todos tienen la misma madre.

Y yaseeee, es idiota pensar que las prendas de ropa que usa alguien son para provocar o son causantes de ser acosadx o más, pero como dije, es un AU donde la misoginia abunda.

Y miren que yo no tengo nada contra la ropa corta, es más, me encanta.

Claro que hay días en los que solo quiero salir a la calle con pantalones holgados y una playera tres veces mi talla, pero también amo usar ropa corta o que resalte mi figura.

No tiene nada de malo querer resaltar con tu ropa, aunque en mi caso no es el motivo por el que me visito así, simplemente me hace sentir empoderada y cómoda, así que por lo general eso me permite desenvolverme más socialmente, ya saben; conocer gente nueva, poder agarrar el valor de decirle a una chica lo bonita que se ve o halagar su ropa o maquillaje, también que en mi caso suelo hablar con bastantes personas porque gajes del oficio llamado ser fan de la plata y vender todo tipo de cosas jakaks.

En fin, espacio para tirarle jeit a los vatos todos pndjos que chiflan cuando ven un poco de piel:

Opresión | Bajifuyu omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora