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Jamás esperó que apenas contestara aquella pregunta fuera jalado de aquella manera por el azabache, mucho menos que en lugar de ir en motocicleta fueran corriendo hacia donde aquel excéntrico alfa quería ir.

Pronto llegaron a una tienda de mascotas, Baji entrando como si se tratara de su propia casa y Chifuyu entendiendo por qué al ver la confianza con la que le hablaba a la trabajadora del local.

—Buenas tardes, Kyoko-San— saludó el azabache.

La anciana le sonrió— ¿Qué te trae por aquí, Baji-kun?— preguntó.

—Me preguntaba si aún tenemos al pequeño por aquí— Respondió, la señora Kyoko sonriendo y adentrándose hacia la parte trasera de la tienda seguida por el par de jóvenes.

—Hoy en día no hay muchas personas interesadas por animales adoptados, prefieren comprarlos con la seguridad de que serán de una raza pura...— Habló la anciana, pronto sacando a un pequeño minino color negro de una jaula y extendiendoselo al alfa.

—¿Te gusta, Chifuyu?— Preguntó este al rubio, el omega acercándose y acariciando al minino, quedando prácticamente flechado al escuchar sus ronroneos. Se limitó a asentir y Baji se dirigió nuevamente hacia la señora— Creo que Peke J ya tiene un hogar, Kyoko-San.

—¿Qué? Pero Baji-San, ¿qué va a pasar si en casa me piden que lo devuelva?— Preguntó Chifuyu, pues no recuerda alguna vez haber tenido alguna mascota en casa.

Los alfas solían ser bastante territoriales y ya que en el resto de especies animales las castas no funcionaban de la misma forma, el tener un animal doméstico macho podía significar disputas si consideraba que el alfa invadía su territorio.

—Eso no va a pasar porque es mi regalo de cortejo— Dijo seguro, Chifuyu sintiendo si rostro levemente caliente y la señora Kyoko sonriendo— Yo mismo hablaré con el abuelo sobre esto para que no tengas algún problema, así que si lo quieres es tuyo— le indicó, pronto el omega tomando al felino en brazos y dedicándole una sonrisa al mayor.

La documentación fue bastante rápida, pues solo eran algunas firmas y papeleo de rutina que se vieron facilitados ya que el alfa le aseguraba a la señora Kyoko que Peke J estaría en buenas manos.

Lo que más tardó fue que Baji insistió en comprar alimento, una caja de arena y recipientes para la comida para que el gato pasara su primera noche en óptimas condiciones, sin mencionar que prometió volver a la tienda para adquirir lo necesario para que Peke J estuviera contento a pesar de las negativas del omega.

¿Qué clase de alfa sería si no cubre los gastos de su omega? Él no era un cretino y se negaba a que el omega pagara un solo centavo por algo que él le había dado.

Pronto regresaron al hogar de los Sano, Chifuyu bajando de la motocicleta con el gato en brazos y Baji cargando los artículos que compró hasta llegar a la sala de aquella casa.

—Si quieres ve llevando a Peke J a tu habitación para que la conozca, yo voy a buscar al abuelo para hablar con él— El rubio asintió, llevando al gato hasta su habitación y viendo como él tras un momento que se tomó para inspeccionar el lugar terminó por echarse en su cama.

Sonrió y salió hasta donde estaba Baji, quien al parecer había obtenido una buena respuesta, pues ahora se encontraba echando arena en la caja y colocándola en un rincón.

—Ya es algo tarde... — Dijo para sí mismo el alfa. Habían pasado prácticamente todo el día en su cita y estaba oscureciendo.

—¿Quieres quedarte a dormir?— Preguntó el omega rubio, Baji volteandolo a ver con una sonrisa y asintiendo.

Opresión | Bajifuyu omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora