Un compañero para toda la vida

Extrañamente Feliz

No podía creer que Jong-In estuviera besándome, si bien ya no éramos desconocidos y a pesar de todas las veces que lo descubrí viéndome, jamás me hice ilusiones de que esto pudiera llegar a pasar.

Lo único que yo pude hacer fue dejarme llevar, mis manos se movieron solas y cuándo me di cuenta estaban sosteniendo sus mejillas, el me abrazo por la cintura y sentí como poco a poco, nos acercábamos cada vez más, lo cual me hacía sentir aturdido, sus labios eran suaves, podía sentir su aliento en mi garganta, al igual que podía sentir su corazón palpitando a la par del mío, cuando nos apartamos no pude hacer nada más que mirar lo, no sabía que decir, solo sabía lo que él me hacía sentir (preocupado y feliz al mismo tiempo) mire sus ojos, y en ellos había un brillo que solo hacía que él se viera aún más lindo, sin darme cuenta baje la mirada mientras mis manos caían lentamente y yo, me separaba de él, no era que lo que acaba de pasar no me gustara, solo era que no sabía cómo manejarlo, inmediatamente In sostuvo mi rostro y me pregunto

- Soo, ¿estas bien? – su voz denotaba un poco de preocupación y culpabilidad, cuando por fin pude levantar la mirada, noté en sus ojos que él se sentía culpable

- Si, estoy muy bien, de hecho, yo me siento ... extrañamente feliz – dije mientras miraba directamente a sus ojos, su mirada era cálida y su sonrisa amable.

- Se que parecerá extraño lo que voy a decir, pero, es obvio que también me gustas, es decir, te habrás dado cuenta de que ya te conocía, esto por Dae, ya que él siempre hablaba de ti, así que un día le pedí que me mostrara quien era el tal Do kyung Soo, del que tanto hablaba y fue cuando te conocí – dijo In, muy apenado, yo tomé la mano que sostenía mi rostro y di dos pasos hacia atrás, necesitaba ver bien su expresión

- Espero que no te parezca extraño, de hecho, ahora que lo digo puede parecer muy extraño – su rostro se puso serio, podría decir que sombrío, así que me apresure a decir

- No, no te preocupes, puedo decir que te entiendo, ya que la primera vez que te vi cuando entre en el aula donde prácticas, me sentí aturdido, es decir era la primera vez que te veía, pero algo hizo que no pudiera dejar de verte, y conforme pasó el tiempo, por muy corto que este fuera, me di cuenta de que me gustas-

In me sonrió y me abrazó – sabes lo feliz que soy, es decir, aunque yo te haya gustado desde hace poco, yo te conocí en el primer año, así que esperaba poder conocerte, pero no sabía cómo decirle a Dae que nos presentara, es decir somos... bueno ya sabes –

Vi como la expresión de In se volvía triste y supe a lo que él se refería, justo eso era por lo cual no sabía cómo manejarlo, el hecho de que fuéramos chicos era un poco preocupante, pero por más que yo intentara decirme que esto no era posible, el hecho de que esto haya sucedido ya era algo extraordinario para mí, así que lo uno que podía hacer era aferrar me a él, a este sentimiento que ahora sabía que era mutuo.

- In, lo sé, sé a lo que te refieres, también estoy un poco asustado, pero no quiero que esto no pase de largo, es decir, nos gustamos, ¿no? – él me miró perplejo y dentro de ello pude notar un dejo de felicidad.

- Así que no te preocupes, sé que lograremos manejarlo, ¿está bien?, es la primera vez que me siento así, que siento esto por alguien, así que no quiero alejarme de ti, ni tampoco hacer como si nada hubiera pasado.

In se quedó boquiabierto, tratando de analizar y comprender todo lo que había dicho, me miró por unos segundos y prosiguió a besarme nuevamente, a sabiendas ya lo que ambos sentíamos también lo bese, estuvimos un rato hasta que él por fin me dejo respirar, cuando por fin la cordura se apoderó de nosotros él se apresuró a tomarme de las manos y decir –