Capítulo 10: Operacion alfa

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123 días antes de...

N O V A

Maldición, siento que me estoy asfixiando.

Lysander, Val y Yen se han quedado en un sombrío silencio, más Lysander y Val, quienes parecen haber dejado de respirar ante la información que Yen ha soltado al aire. El departamento parece haber adquirido un velo lúgubre y fúnebre ante la mención de aquel nombre, un nombre que congela a todos.

Val a mi lado está paralizada, inmóvil, mientras mira a Yen con una expresión horrorizada esbozada en su rostro. Lysander está igual que ella, hasta peor diría yo, porque parece haber perdido todo el color de su rostro, su boca se abre y se cierra mientras trata de decir o modular alguna palabra, pero de un momento a otro el caos estalla en el lugar.

Lysander se lanza de su lugar hacia Yen para golpearlo otra vez, lo manda directo al suelo mientras lo maldice y se sube encima de él para envolver sus manos en aquel blanquecino cuello y ahorcarlo con fuerza bruta.

Yen no se defiende, no hace nada, solo deja que Lysander arremeta contra él con rabia y dolor. Es como si aceptara, con culpa, la violencia que es ejercida en él. Es como si estuviera resignado desde antes para recibir ese trato.

—¡Lysander, basta ya! —Val es la primera en reaccionar ante el violento acto. Corre hasta el mencionado y trata de alejarlo de Yen, pero no lo logra porque Lysander lucha— ¡Joder, lo vas a matar, detente maldito animal!

He visto violencia muchas veces, de distintas formas, pero jamás de esta. En las incontables veces que he visto a personas pelear entre ellas, nunca he observado arrepentimiento en sus actos, estos son crudos y brutales con la intención clara de hacer daño sin piedad.

Pero ahora es distinto, porque parece que Lysander realmente no quiere herir a Yen, pero lo hace de igual forma y son las lágrimas que caen por sus ojos, las que me confirman mi punto. Es una escena devastadora.

—¡Detente ahora, Lysander! —grito y él se detiene a regañadientes cuando Val aprovecha mi grito para tirar a Lysander al piso.

El cuello de Yen es liberado y este comienza a toser con fuerza al segundo de sentir el oxígeno volver a entrar a sus pulmones. Trata desesperadamente de recuperar el aliento perdido.

Val obliga a Lysander a levantarse del piso, tirando con fuerza de sus hombros y murmurándole una maldición al oído en forma de reproche.

Al ver que nadie ayuda a Yen me acercó al él, arrodillándome a su lado. Lo ayudo a sentarse, tomándolo del brazo y la espalda para impulsarlo. Parece tener dificultad para recuperar al cien por ciento el aliento y su garganta se escucha ronca, así que le sirvo un poco de agua que hay en la pequeña mesita de centro

—Toma, bebe un poco. —llevo el vaso a sus labios y él obedece, bebiendo como si no lo hubiera hecho en días.

—Nova, no le des una mierda, ese hijo de puta no se lo merece. —Lysander espeta, rabioso.

Giro mi cabeza a él, con el ceño fruncido y lo miro desde el suelo. —No me digas que carajo hacer, Lysander. Tus putos problemas personales con él no me incumben en una mierda, no me metas en tus problemas —suelto y él parece reaccionar con ello—. Soy abogada, mi trabajo es defender a las personas y, para mí, él es un hombre que ahora mismo necesita ayuda.

—No es necesario que me defiendas —Yen sube una de sus manos a mi hombro y lo palmea suavemente—. Lo agradezco, pero me merezco esos golpes y muchos más. Hazle caso al teniente Pierce, que la paciencia no es uno de sus fuertes. —murmura, con la voz ronca, pero logra hacerlo— Aunque muchas gracias por la ayuda, preciosa.

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2023 ⏰

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