Capítulo 8: Costumbre

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Marcy notó el cambio, fue un poco paulatino, pero terminó pasando por completo, Sasha dejo de sonrojarse por sus besos.

Al principio pensó que era su imaginación o una excepción a sus continuos sonrojos producto de los besos, es decir, habría veces que no se sonrojaría ¿Cierto? Estas podrían ser estas excepciones, pero cuando continuaron, estas dejaron de serlas y se volvió la reacción normal.

Marcy estaba molesta y estaba preocupada, luego de cuatro días en que no obtuvo ningún sonrojo de parte de Sasha, sabía que debía hacer algo.

Lo primero que debía tener para resolver un problema es información. Por lo que, acostada en su cama mirando hacia el techo, interiorizo en sus pensamientos para intentar comprender la situación.

Su método no había cambiado, sus besos solo eran dos veces al día, por lo que no puede ser que se haya excedido.

Intentaba hacerlo de diferentes formas cada vez, a veces sorprendiéndola, otras veces diciéndole directamente que lo iba a hacer en ese momento, no era una cuestión de método.

Entonces, ¿Que causaba esta reacción aburrida en Sasha?

A la mañana siguiente, Marcy se apresuró a ir a la escuela. Aun cuando sentía que era el día en que más temprano había llegado en toda su vida, cuando se acercó al casillero de Sasha donde planeaba esperarla, ella ya estaba ahí.

Marcy se acercó y se puso detrás, no dijo nada, pero Sasha se dio la vuelta al sentir la presencia de otra persona.

- ¡Oh! ¡Ahora sí que madrugaste, Marcy!

Sasha la saludo con una sonrisa y una clara sorpresa en el rostro.

Marcy se quedó un momento en silencio, intentando analizar cada acción y palabra de Sasha.

- Buenos días, Sasha.

Otra vez se hizo el silencio, Marcy estaba prácticamente inmóvil, plantada en el mismo sitio desde que llegó. La sonrisa de Sasha desapareció poco a poco y levantó una ceja extrañada.

- ...

- ¿Qué sucede, hoy no hay beso?

Esas palabras golpearon a Marcy más fuerte de lo que esperaba, lo sintió en el corazón, en la mente y le hizo abrir más sus ojos. Mientras Sasha se tocaba la mejilla con un dedo de una forma indicativa, Marcy se dio cuenta de la razón.

- E-Esperas el beso...

- ¿Uh?

"Costumbre" esa palabra fue la primera que se le vino a la mente, Sasha se había acostumbrado a recibir sus besos, es más, esperaba recibirlos, esto era peor de lo que creía.

No es algo que se puede arreglar con tiempo, no es como si pudiese parar un tiempo de besarla y luego al volver a hacerlo hacerla sonrojar, no, ella había convertido en una normalidad los besos y ya no se iba a sonrojar por ello.

Su mente había llegado a una conclusión, inamovible e innegable.

Los besos en la mejilla ya no eran suficiente.

- Hey, Mars... ¿Aún estás aquí?

Marcy reaccionó a los chasquidos de dedos que Sasha hacía frente a su cara, se dio cuenta que se había quedado viendo al vacío ensimismada en sus pensamientos.

- ¡Ah, sí!

Marcy tomó aire, se acercó a Sasha, tomó sus manos y se inclinó hacia su mejilla, Marcy se aseguró que el beso fuese más suave y al menos dos segundos más largo de lo normal.

Cuando se separó y miró a Sasha, sus ojos solo lo confirmaron, Sasha no estaba sonrojada.

Marcy se mordió suavemente el labio en su frustración.

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