capítulo veintinueve:

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G1: dónde estabas??, Por un momento pensé que te habían aplastado

G2: me aventó con su cola, pero estoy bien, hay que seguir!

La pelea parecía eterna, apezar de la ayuda de Krilin y la androide 18, Gamma 2 luchaba con todas sus fuerzas, no quería irse, todavía no.

El estar distraído casi hace que una ráfaga de láseres impacten sobre él, de no haber sido por su hermano quién lo quito rápidamente del camino de un empujón.

G1: eso estuvo cerca... número dos, estás muy distraído, concéntrate en la pelea!, Pudieron desactivarte!

G2: perdón, es que ando un poco pensativo, sé que es un mal momento para que me ponga a divagar pero no puedo evitarlo, se trata de algo muy importante para mí

G1: trata de hacerlo a un lado, lo más importante es que todos sobrevivamos.. cuidado!!

Gritó y empujó rápidamente lejos de la zona de peligro a su hermano, es entonces que Gamma 2 decide dar su último intento de salvar a todos sin necesidad de un sacrificio.

Esquivó y atacó, con tal rapidez que logro llegar a la cabeza, activó su escáner y comenzó a atacar, fue hay donde todo terminó, la capa que protegía su cabeza era demasiado dura como para que cualquiera de los presentes con sus ataques convencionales pudieran atravesarlo, no había de otra, incluso si todos se juntaran no podrían destruirla.

G2: e-esto no es posible...

La comisión fue tanta que no pudo esquivar un manotazo, el cula lo arrojó con ferozidad al suelo, al incorporarse con dificultad pudo terminar de procesar todo lo que estaba apunto de pasar.

Por una.parte estaban sus deseos de vivir, apenas llevaba conectado unos 4 meses, apenas había logrado unir a su familia, apenas había logrado tener una vida digna por lo menos por 3 días, tan rápido todo tenía que acabar?.

Por otra parte estaba sus deseos de salvar a sus seres queridos, ese deber del que tanto huía ahora estaba frente a él, el nunca la gustó la idea de dar todo por los demás, nunca le gustó la idea de que alguien sacrificara absolutamente todo de si para que todos los demás vivan, era injusto según él, pero ahí estaba.

Al fin y al cabo era su decisión, nadie le estaba obligando, pero a la vez esa casi imposible negarse, era una decisión difícil, terminar con su vida, par que las de los demás prevalezcan.

En medio de toda su tormenta interna miró a su hermano, un gran sujeto que había sufrido en silencio durante toda su existencia y que merecía un final feliz; luego miró al lugar donde se encontraba su creador, el hombre más inteligente que conoció, alguien que si bien cometió muchos errores en su vida, estaba dispuesto al cambio, alguien que merecía un descanzo después de todo el sufrimiento que había pasado, luego miró a piccolo, alguien que si bien tuvo un mal comienzo, con el corto tiempo de haberlo conocido le pareció alguien bastante bueno, nuevamente alguien que merecía seguir viviendo, por último observó a los demás, personas que no conocía pero que posiblemente tenían familias, amigos, seres queridos, sueños y metas, las cuales ahora corrían peligro, luego pensó en todo el mundo, los animales, en la vida del planeta en general, todos y cada uno de esos seres merecían ser salvados.

Ahora lo entendía todo, ahora ya no habían más dudas, esa era la razón del sacrificio, sacrificar lo que tienes con tal de que los seres que amas sean salvados, ahora podía entenderlo, lo entendía al ver a su hermano, a su creador, lo entendía al verse a si mismo, había vivido una gran vida, pero nada es eterno, todo tiene que terminar.

Con esto en mente se levantó del sueño y se dirigió con los demás, era hora de poner en marcha un nuevo plan, uno que terminaría con aquel mounstro.

Era hora de ser una estrella fugaz

- Número Dos -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora