Hopeless || Abril Ramez.

Capítulo 9.

Está vez salimos un poco más temprano de la cafetería. Nos toca mi materia menos favorita, Educación Física.

No la odio. Pero tampoco es como que ame correr en círculos y trotar de un cono a otro, mientras todos te miran. Sí te caes, ellos se enteran. Sí te lastimas, ellos se enteran.

Cualquier hecho vergonzoso, todos ellos se enteran. Porque están atentos a todos, como si esperaran ver algo más que unos simples adolescentes que quieren pasar la maldita materia de Educación Física.

Terminó en la cancha techada con un short-falda y mi camisa blanca. Sinceramente, me estoy muriendo de calor. No entiendo porque no prenden los aires acondicionados, se excusan con que no es saludable y que podemos enfermar.

Por favor, los prenden cuando hay partidos de basketball. No vengan a joder con eso.

Mary está hablando animadamente con unos chicos que aseguró que los conoció en su sala de Estudio. Yo estoy sentada junto a Lex y Nathan, esperando a que el profesor se digne a llegar.

Ellos siguen hablando de sus "cosas de hombres". Absurdo. Sé que no hablan de aquellas cosas, siempre las han hablado sin problema delante mío. Creo que en realidad están coqueteando, pero no lo sé con exactitud. Lex suelta risitas de mierda cuando Nathan le susurra algo en el oído, después se separa de Lex y sonríe como si acabará de ganar la copa mundial.

No puedo soportarlo más.

Un chistido detrás de mí, abajo de las gradas; me hace voltear y regresar a la realidad.

Theodore Manson está de pie ahí. Con su uniforme de deportes.

Volteó a ver a Lex y Nathan. Siguen platicando. Mary también sigue riendo con sus otros amigos. Me levantó y bajó las gradas. Nathan y Lex ni siquiera lo notan.

Manson está haciendo señas para que deje de apurarme.

Acelero mis movimientos y llegó con él debajo de las gradas.

"Hola" me saluda.

Normalmente respondería con un <<¿qué quieres?>>, pero después de lo que dijo Nathan; creo que debería ser más... más... amigable.

"Hola" contesto, mi voz suena un poco adormilada.

Él sonríe.

"Lamento haberte hecho sentir incomoda con el abrazo de la mañana" se disculpa.

Yo asiento sin saber como responder a eso. Él se me queda mirando, esperando una respuesta.

"Yo lamento haberte hecho quedar mal con tus amigos" digo, pero no suena mucho a una disculpa, suena más a una vacilación.

Aún así, parece estar satisfecho con aquello.

Vuelve a sonreír. Parece que está feliz con algo. No sé la razón.

"Te quería invitar a una reunión" comenta con una sonrisa tímida.

Dudo mucho que su reunión sea una reunión de verdad. Suena más a una excusa barata de esas que los adolescentes usan con sus padres para evitar decir que van a una fiesta con alcohol, sexo, drogas y estupideces.

Dudo un poco. No me gustan las fiestas, honestamente.

"No lo sé, sería raro" respondo, no tan convencida. "Si puedo invitar a mis amigos, tal vez lo consideraré"

Él me voltea a ver confundido.

"¿La chica de cabello rubio no es tu amiga?" pregunta con el ceño fruncido.

Pronto me doy cuenta que la <<chica de cabello rubio>> es Mary. Asiento lentamente, no sé a que viene la pregunta.

"Oh, es que, ella organizó la fiesta..." explica un tanto incómodo. Me quedó callada. "Pensé que ya lo sabrías..."