Capítulo 05

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“Lisa oculta cosas”.

Jeon Jungkook.

Hace poco más de un mes había llevado mis solicitudes de empleo a Londres, en los requisitos decía que deberías entregarlas personalmente para que te tomen en cuenta, así que lo hice.

Ese mismo día me hicieron una pequeña entrevista para preguntarme sobre mi experiencia laboral, mis estudios y donde trabajaba actualmente.

Me habían dicho el típico "nosotros te llamamos", no les creí, cuando salí de la universidad tres restaurantes me dijeron lo mismo.

Bastardos mentirosos.

No es que no me gustara el lugar donde ahora trabajo. Era un restaurante elegante, pero no, yo quería estar en el Royal Eagle Hotel de Londres, uno de los hoteles más importantes en aquella ciudad y del país.

Hoy me había llegado una carta con la dirección de las oficinas del hotel, la misma donde lleve mis pápeles.

En ella estaba escrito que había quedado para ser el chef titular de dicho lugar. Me sentí muy emocionado.

¡Tenía que decirle a Lalisa! Quería que ella fuese la primera en saberlo, así que le llamé.

Le marque tres veces y no contestaba, me mandaba al buzón de voz. Raro, ella siempre contestaba a los tres pitidos, claro, a menos que estuviera en horarios de sus clases. No le permitían utilizar el móvil, su directora decía que era un distractor y podían descuidar a los niños.

Idiota.

Cinco llamadas y al fin.

Hola, Jungkook —habló antes que yo.

—Lisa ¡Te tengo buenas nuevas! —le dije demostrando mi obvia emoción a través del teléfono.

¿Ah, sí? ¿Cuáles son? No me digas que Bill Kaulitz apareció en la puerta de tu casa y te ofreció sexo gratis, si es así, te odio.

Reí por su muy estúpido chiste.

—No, pero ojalá —fingí mi tono de decepción—, en quince estoy en tu casa, bebé. No tardo.

(...)

Estacione lo más rápido que pude en la casa de Lisa. La vejiga estaba por explotarme. En el camino me había dado por tomarme dos botellas de aguas, según yo era la emoción.

Baje corriendo y toqué el timbre desesperadamente. No aguantaba más. Lisa me abrió con el teléfono en la oreja. Pasé a un lado de ella y fui directamente al baño de visitas.

Me desabroché el pantalón, bajé la bragueta y, ¡Aaaah! Me sentí un hombre nuevo. Acomodé mi ropa y me volteé para la lavarme las manos. Dentro de estos se encontraban unos aparatos que tenían forma de termómetros. En el suelo habían cajitas de diferentes colores y marcas. Tome los "termómetros" y las cajas, los miré un rato, Lisa seguía hablando con alguien por teléfono, lo oía pero no entendía lo que decía.

Leí el contenido de los empaques y me di cuenta de que eran pruebas de embarazo y... Todas marcaban positivo.

¡Lisa estaba embarazada! ¡Tendría un bebé! No, ¡Tendríamos un bebé!

Creo que este día lo calificaría como el mejor día de mi vida.

1) me habían dado el trabajo de mis sueños.

2) me enteré que Lili estaba con un bebé mío dentro de ella.

Dejé todo a un lado y me lavé las manos velozmente. Salí con la mejor sonrisa que tenía, me acerqué y la abracé.

Ya no estaba hablando por teléfono, al parecer había colgado y ahora solo me miraba embelesada.

—¡Tengo una noticia! —hablé primero, demostrando toda la emoción contenida dentro de mi.

—Yo también —murmuró algo bajo, aun así, logré entenderla.

—Muy bien, pero primero yo... ¿Te acuerdas que la vez que nos peleamos te dije que iba a mandar unas solicitudes de empleo?

—Hmm... Sí — contestó asintiendo lentamente.

—¡Pues me dieron el empleo! ¡Conseguí trabajo en Londres! —anuncié gritando alegremente. Se quedó pensando un gran rato, yo lo observaba desde la corta distancia que me separaba de Lisa.

—¿Un cabaret? Tú no puedes trabajar en uno...

—No seas idiota —carcajeé por lo idiota que sonó su comentario —. Hablo de Londres, la ciudad en Inglaterra, no el cabaret, que por cierto, es muy bueno.

—¿Me v-vas a dejar? — sus ojitos comenzaron a aguarse, quería llorar y se estaba haciendo la fuerte.

Jamás la dejaría, y menos ahora. ¡Cierto! Tenía que pensar, era el bebé o el trabajo de mis sueños, pero vamos, era más que obvio, como cualquiera padre pondría a mi hijo en primer lugar, total, podría quedarme trabajando en el mismo lugar, la paga era demasiado buena.

—Lili, vendré para vacaciones —acorté la distancia y lo tomé entre mis brazos, dándole un cálido abrazo—. Además, es el trabajo de mis sueños. ¡Trabajaré en el Royal Eagle Hotel!

Literalmente le estaba dando paso libre para que me contara acerca del bebé.

Se supone que yo no sabía anda, aún.

—¡Increíble!

Se alejó unos pasos de mi y me miró con una sonrisa que yo conocía, era una de esas sonrisas tristes y nerviosas. La misma que puso cuando reprobo un examen de matemáticas y no quería decirle a su mamá.

—Ahora, tú... ¿Qué querías decirme? —sonreí tanto que dolía.

—¡Jisoo nos invitó a comer el viernes! — dijo como si eso fuera lo mejor del mundo.

¿Qué carajos le pasaba? ¿No eran de ella esas pruebas o qué? ¡¿Por qué no dijo nada?! Espero que tenga una buena explicación. Tal vez no está lista, y quiere hacer esto un poco más formal. Le daré su espacio y esperaré a que ella lo diga.

—Bueno si es todo, tengo que ir a decirle a mi mamá, adiós —no pude evitar mi tono de enfado, fue algo inconsciente. Volví a abrazarla, besé su frente y salí de ahí para ir con mi madre.

Confío en ella.

Aunque existe la posibilidad de que esas pruebas no sean de ella, ¿cierto?

Babies for Lili [LISKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora