🦋🦋🦋Capítulo 24🦋🦋🦋

15 5 0
                                    


Si Oliver puede ver el pasado, el presente y el futuro. De seguro sabe que estoy escribiendo estas palabras. Oliver, si estás leyendo esto, quiero que sepas que vamos a detenerte.

Capítulo 24

Así como cuando literalmente una cometa rosada salva al mundo.

Alexa estaba en la sala de su casa. Sentada en el sofá gris en frente del televisor de cuarenta pulgadas. Su madre estaba a su izquierda, su padre a su derecha. Ella se sentía en paz, libre de preocupaciones. Miró a su alrededor, era como si viera el mundo a través de un filtro que hacía los colores más vivos. Como si la silueta de todo tuviera un resplandor apenas perceptible.

¿Cómo llegué aquí? Se preguntó. No lo recordaba.

Su madre tomó el control remoto y apuntó al televisor.

—Nos vamos a perder la novela.Presionó un botón y encendió la tv.

—¿Dónde está Felipe?

—¿Quién es Felipe? —preguntó su madre sin apartar la vista de la pantalla.

Una lagrima solitaria corrió por la mejilla de Alexa.

—Mi amor. —Su padre se inclinó hacia ella para limpiar la lagrima—. ¿Por qué lloras?

Ella negó con la cabeza.

—Es que lloro de felicidad—respondió con una sonrisa.

Una mariposa que parecía estar hecha de luz verde, voló sobre ella. La chica frunció el ceño.

—Alexa, tienes que salir de aquí —habló una voz detrás del sofá.

La chica dio media vuelta y me vio en mitad de la sala. Sí, yo estaba dentro del sueño de Alexa.

Le extendí la mano.

—Ven, acompáñame, por favor.

—¿Oliver? —Ella se mostraba confundida.

El padre dio media vuelta.

—No deberías estar aquí, jovencito.

—Alexa—lo ignoré—, tienes que venir conmigo. Nada de esto es real.

A mi lado apareció Mary, de la nada, era como si se hubiera materializado en el aire.

—Es cierto, prima —declaró con tono apremiante—. Nada de esto es real.

—¿Y qué? —Alexa se puso de pie y apretó los puños—. ¿Qué me ha dejado la realidad? Puro dolor. ¿Por qué tendría que volver?

—Bien dicho, hija. —La madre acarició la mano de la chica—. Tu lugar está con nosotros.

—Siento mucho lo que te hicieron. —Eduardo apareció al lado de Mary—. Todos nosotros lo ignoramos. Yo lo ignoré. Estaba tan preocupado por mis propios problemas, que no quería ver los de los demás.

—A veces me pregunto—Katy salió de la nada, ¿detrás de Eduardo? —: ¿y si yo le hubiera hablado a la chica que no tenía amigos? ¿Y si yo le hubiese mostrado amabilidad una sola vez? ¿Las cosas hubieran sido diferentes?

—Ya es tarde. —Alexa sacudió la cabeza—. Esta es mi realidad ahora. Aquí seré feliz.

—Tal vez tú creas que quieras eso—habló Mary—, pero, ¿qué hay de las demás personas allá afuera? Millones no escogieron esto. Se les impuso a la fuerza. ¿Apoyas eso? ¿Ah? ¿Te parece correcto que millones de personas estén dopadas en contra de su voluntad?

El Chico Milagro [Wattys 2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora