😭😭😭Capítulo 14😭😭😭

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ADVERTENCIA: Este capítulo tiene contenido que podría afectar a los lectores. Si te perturban las escenas donde un personaje pasa por alguna clase de abu$$3xua1, físico o psicológico, te recomiendo discreción o saltarte las escenas finales. 


Le pregunté a mi señor Borya cuál era el plan del Tirano. ¿Qué era lo que tanto buscaba que no había logrado en miles de años de guerra? Y me respondió que busca el control de todas las almas del mundo. En todo tiempo: pasado, presente y futuro. En otras palabras, quiere ser Dios. Y el Heredero es su marioneta, su soldado más fiel y su activo más importante en su plan, pues el Heredero puede conectar con otras almas en diferentes puntos del tiempo. ¿Y qué es lo que evita que el Tirano alcance su objetivo? Según lo entiendo yo, son los demonios. Los al-sinns. Sí, los demonios, los supuestos enemigos de la humanidad, son los únicos que evitan que los humanos sean sometidos por el Tirano. Y el Heredero lo ayuda sin darse cuenta. ¿Quién lo diría?

Capítulo 14

Así como cuando estás a punto de convertirte en Darth Vader en vez de Luke Skywalker.

Yo sentía una rabia incontenible y se notaba en mi entrenamiento. Con cada puño y cada patada. ¿Por qué? No lo tenía muy claro. Por todo y por nada. Por el asesinato de Josef, por no haber tenido un padre, porque Borya escapó, porque ya no existía el Club de Periodismo, porque Mary no me hablaba. Porque ella besó a Eduardo. Porque quería acabar con todos los demonios sobre la tierra y ellos seguían existiendo. Muchos de ellos rondaban por las calles nocturnas de la ciudad. Como si nada. Y yo. Bueno, yo seguía siendo débil.

Tú vas a acabar con todos los demonios—dijo la voz, en medio de mi entrenamiento.

Yo voy a acabar con todos los demonios, repetí en mi mente.

Cuando Ezequiel me pidió entrenar con el saco de boxeo, lo golpeé tan fuerte que se desprendió y salió volando contra la pared.

—¡Bien!, bien! Así me gusta. Usa tu rabia.

Ezequiel se acercó a recoger el saco de boxeo.

—Tú fuerza ha aumentado.

Bien. Porque de aquí adelante me haré más fuerte.

—Necesito derrotar a Borya—dije con tono decidido—. Le haré pagar por la muerte de Josef y demostraré que la profecía es falsa.

Ezequiel asintió, cargando el saco hacía el lugar donde estaba colgado.

—Lo harás. Más pronto que tarde.

—¿Por qué no le cuentas sobre mí?

Yo miré a Ezequiel, vacilante, tenso.

¿Pasa algo? —preguntó Ezequiel.

—¿Sabes? Creo que él no nos entendería.

Negué con la cabeza.

—No pasa nada, profesor.

Bien. No pasa nada, dices.

Cuando el joven sin piernas pierda su segundo padre, recordé la profecía, iniciará un viaje hacia su propia destrucción. Perderá todo lo que más ama. Arrastrará a todos hacia los tiempos más oscuros. Tirano será. Sin piedad, sin aliados, sin amor, sin futuro. Solo la sangre del demonio purpura podrá darle fin al milenario tirano. Una traición necesaria. No más destino. No más orden. Solo libertad. Desde que leí esas palabras por primera vez, nunca pude olvidarlas.

El Chico Milagro [Wattys 2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora