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No le agradaba en absoluto aquellos días en los que tenía que pasar frente a la cancha de fútbol dónde entrenaban los jugadores.

Odiaba ese día a la semana en dónde todas las miradas iban hacia él y varios murmullos y gritos iban dirigidos a su persona solo por su forma de vestir.

La mayoría de los jugadores eran alfas, siempre buscando molestarlo por su estatura, su poca apariencia omega o por  su actitud.

Jihoon decidió ponerse la gorra de su sudadera para intentar tapar su rostro, quizá tendría que pasar corriendo pero eso no importaba sí evitaría a cualquier persona.

El plan iba bien, camino los primeros pasos mirando hacia abajo e intentando meterse lo más posible en su gorro. No porqué se sintiera intimidado, solo no quería hablar con nadie ese día.

– ¡Hey, pequeño beta! – una voz conocida había gritado haciendo que bufara por lo alto y no detuviera su caminar pero su muñeca fue tomada haciendo detener todos sus movimientos.

– ¿Qué es lo qué quieres, estúpido? – preguntó molesto viendo a Park Hyungee ese molesto chico que siempre le decia cosas junto con otros alfas. – Suelta mi muñeca.

– Deberías de tratarme de forma más amable. A fin de cuentas soy alfa y tú solo eres un omega.

Jihoon frunció el ceño demasiado molesto como para contestar algo. Nadie podia decirle algo como eso cuando a él le importaba poco la jerarquía de las personas.

– Amaneciste con ganas de ser golpeado, ¿No? – con cierto coraje se soltó bruscamente del agarre contrario pero nunca espero ser acercado hacia el cuerpo de Hyungee quien lo sujeto de la cintura.

Su nerviosismo aumento cuando la mano en su cintura se apretó. Y sus ojos detonaron miedo cuando vio los del alfa, pues él podría descubrir lo que escondía bajo toda esa ropa que traía.

– Creo qué escondes algo bajo esa ancha sudadera. Me gustaría ver.

Jihoon paso saliva bufando fastidiado y tomando por la camisa al alfa dispuesto a acercarlo a él y golpearle el rostro.

– ¿Sabes la que le sucede a los alfas que tocan a un omega sin su consentimiento?– sin miedo, Jihoon acercó el rostro hacia Hyungee quien le alzó una ceja.

Faltaba poco para que levantará su pierna y le pegará en la entrepierna cuando alguien llegó a interrumpirlos.

– ¡Park Hyungee, deberías comenzar a dar cinco vueltas alrededor de la cancha!– llamando la atención de Jihoon frunció el ceño cuando alguien más lo separó del cuerpo de Hyungee.

El tenue aroma a eucalipto lo invadió y alzando su mirada hacia arriba pudo ver el rostro de ese chico pelinegro amigo de Mingyu. Ese que aunque era atractivo, era demasiado molesto.

Pued no era necesario pensar mucho para saber que intentaba separarlos a ambos. O en un intento de heroísmo alejarlo del alfa.

– Seungcheol-ah. Creo que deberías dejarme un poco más con mi omega.

Ni en sus más fantasiosos pensamientos había imaginado que Park Hyungee, ese chico altivo y que se creía la última Coca Cola en el desierto se fijaría en él como para decirle “mi omega"

– ¡Oye qué te pasa estúpido! – exclamó demasiado enojado Jihoon pegándole con la palma extendida al alfa en el brazo. – Yo no soy omega de nadie.

Jihoon se alejo de ambos alfas enojado y solo pudo comenzar a caminar lejos de ellos para no ver el rostro de ninguno. Sus pensamientos estaban lo suficientemente confusos como para querer socializar más.

No quería ser la princesita en apuros que necesitaba ser salvado por alguien, ni mucho menos el omega que necesitaba la protección de un alfa. No era el omega dócil y sumiso que se asustaba con cualquier cosa.

Sin duda, él patearia entre las piernas a cualquier persona que lo molestará e irritara.

– ¡Espera, Lee Jihoon! – exclamó la conocida voz amable de ese alfa pelinegro que lo hizo bufar.

Un pequeño mareo lo invadió cuando se detuvo y vio de frente al alfa. El aroma a eucalipto lo invadió acelerando su corazón y causando un ansioso sentimiento en su lobo que se alboroto.

– ¿Qué quieres? Yo no te pedí que lo alejaras de mi. ¿O acaso me veo muy débil como para no poder protegerme a mi mismo? – expreso con firmeza odiando el hecho de no haberle pegado como habría querido a Hyungee.

Seungcheol había fruncido el ceño confundido a lo que Jihoon solo bufo fastidiado.

– Perdón por intentar ser amable y quitartelo de encima antes de que comenzarás una pelea.

– No era necesario. Tenía todo controlado. – Jihoon volvió a marearse sintiendo una extraña sensación en su vientre que lo hizo confundirse al sentirse sensible con ese aroma.

– ¿Estás bien? – preguntó Seungcheol al ver al omega ladearse pero recuperar la compustura.

– Sí. Solo que tú aroma es tan horrible que comienza a marearme.

El vientre comenzó a arderle mientras sus piernas se debilitaban y en un intento de alejarse solo consiguió que sus piernas fallaran y fuera sujetado por los brazos del alfa quien lo acercó a su cuerpo.

Elevando su rostro hacia arriba vio los rojizos labios de Seungcheol que lo invitaron a besarlo pero interrumpió todos sus pensamientos intentando recuperar la compustura.

No volvería a rogarle por algo a un alfa solo por estar en celo. No, él no era un omega que se metería con un alfa.

– Tú aroma se está volviendo más dulce.– la voz de Seungcheol se volvió ronca logrando que  Jihoon mordiera su labio inferior al sentir la mano en su cintura apretarse.

No quería que volviera a pasar, pero sentir en su espalda el ancho cuerpo de Seungcheol junto con sus manos rodearle, su atractivo aroma rodearlo y ese estúpido guapo rostro mirarle causaban demasiado en él.

– Espera. ¿Estás entrando en celo? – Jihoon solo pudo jadear a la vez que arqueaba un poco su espalda al sentir el dolor invadir su vientre de forma punzante.

No quería volver a verse como un fácil que no controlaba sus celos y se entregaba a cualquiera. No podía.

Perdiendo la lucidez al sentir la humedad invadir su entrada volteo su cuerpo abrazándose a los hombros de Seungcheol queriendo olfatear más de cerca su aroma.

– Todo es tú culpa. Llévame a la enfermería antes de que no pueda controlarme – murmuró frotando su cabeza contra el pecho del pelinegro quien solo lo sujeto de la cintura.

Seungcheol no espero más tiempo para cargar en sus brazos el pequeño cuerpo del omega quien jadeo adolorido por el insistente dolor en su vientre.

Jihoon comenzó a sentir su propio aroma en el lugar y solo pudo maldecirse, todos verían que estaba entrando en celo. Esos malditos alfas no eran merecedores de olfatear su aroma y excitarse.

Sentía el movimiento por parte de Seungcheol y sintiendo los ojos pesados quiso decirle que se detuviera, que podían esconderse mientras su aroma se calmara un poco.

– No queria que volviera a ocurrir. Ya me había pasado esto en las duchas de alfas del gimnasio un tonto alfa me tocó y no pudo controlarse. – explico entre balbuceos sintiendo el cuerpo caliente y solo una cosa pasaba en su mente; desnudar al alfa.

Pero, debía mantenerse cuerdo lo más que podía. Ni siquiera quería ir a la enfermería, no, su lado consciente y su lobo estaban de acuerdo en encerrarse en cualquier parte a solas junto con Seungcheol y que lo ayudara a calmarse.

Él pelinegro paro su caminar bajando el rostro hacia el de Jihoon quien lo miro confundido por su actuar.

– Yo fui ese tonto alfa que no pudo controlarse.

Jihoon no aguanto más y solo con esas palabras dejo que su omega lo dominará. Su descarado y extravagante lado omega que solo deseaba ser follado por ese alfa.

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Déjame frotarme [JICHEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora