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Jihoon sabía que salir con Seungcheol cambiaría demasiadas cosas en él pues necesitaba cambiar un poco su actitud negativa y dejar de sobrepensar las cosas para poder permitirse sentir esa sensación en su corazón cada que estaba con Seungcheol.

Sí, sabia que para estar con él alfa no debía ser un idiota. Pero nadie le dijo que tras recordar lo que sucedió en su segundo celo iba a querer repetir todo aquello.

Porqué mirar los labios de Seungcheol cada que hablaba mientras comían en un restaurante de comida callejera o que sus ojos divagaran en el torso del alfa no significaba que no lo estuviera  escuchando, de hecho había descubierto muchas cosas sobre él, pero la sensación hormigueante en sus manos por tocarlo era algo que nunca había experimentado y hasta cierto punto le daba miedo.

También había descubierto que Seungcheol tenía un aura intimidante cuando quería mientras que otras veces solo se veía como un pequeño cachorro que quería proteger.

– Espérame un momento, iré al baño. – habló Jihoon queriendo refrescar su rostro en un intento de deshacerse de sus pensamientos que estaban fuera de lugar pues no era el momento. Seungcheol solo asintió y el se encamino hacia el baño.

Jihoon se tranquilizó por minutos intentando ignorar el aullido de su lobo pidiendo algo demasiado específico que aún no se sentía listo para afrontar o sí lo haría pero era demasiado pronto.

Se sintió tranquilo durante su charla con Seungcheol y mientras comían amó por completo el ambiente entre ambos, el detalle estaba en qué su lobo se encontraba demasiado ansioso alborotandose con solo ver los ojos del alfa o sus reacciones y expresiones al hablar.

Ni siquiera podía pensar bien con solo recordar la ceja de Seungcheol alzarse cuando habló sobre un tema que no le agrado -hablar sobre que no le gustaba comer papas fritas con catsup-, pero después ambos terminaron riendo.

Quiso reírse de sí mismo por como estaba actuando porque nunca se imagino que pudiese convivir con alguien sin fastidiarse o molestarse a la media hora de estar hablando.

Todas sus actitudes y pensamientos sobre los alfas se habían ido por un tubo desde que conoció a Seungcheol y eso aún era extraño.

Jihoon salió del baño después de quitar lo rosadas que se veían sus mejilla, notó el alboroto que las personas tenían pues parecía que ha alguien le había sucedido algo.

El aroma a eucalipto pudo sentirlo haciendo paralizar su caminar, el corazón comenzó a latirle con fuerza y sintió su vientre hormiguear ante las feromonas atrayentes y dominantes que se esparcirán por el lugar.

Su mente se nublo por un momento haciendo que sus piernas temblaran antes de reaccionar y saber que Seungcheol había entrado en celo en medio de un restaurante.

Caminó hasta su mesa ignorando el efecto que estaba teniendo su cuerpo con solo olfatear el aroma del alfa, era más importante sacarlo de ahí e irse. Deteniéndose en la mesa donde estaban se dió cuenta de las personas que agarraban a Seungcheol mientras él forcejeaba intentando alejarlos, gruñendoles molesto.

– Tienes que alejarte chico, es peligroso que estés aquí. Hemos sacado a los omegas y pronto se le inyectara un tranquilizante para poder llevarlo a su casa. – habló él beta que antes los había atendido, pero Jihoon negó.

– No me iré. Soy su omega.

La voz de Jihoon atrajo por completo la atención de Seungcheol quien forcejeo aún más queriendo soltarse. Él omega lo miro por un segundo en dónde sus ojos se cruzaron y Jihoon juro sentir algo hormiguear en su pecho.

– Sostengalo, le aplicaré el tranquilizante.

Jihoon quiso acercarse pero lo único que obtuvo fue que sus piernas fallaran y cayera al suelo quejándose por lo bajo y sintiéndo el vientre arderle al igual que todo el cuerpo cuando se dió cuenta que también había entrado en celo. Un completo caos, pues no era posible que eso estuviera sucediendo ahí y no pudiera hacer nada para evitarlo.

Déjame frotarme [JICHEOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora