CAPÍTULO 19

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Para nada - sonríe - confío en ti -. Dianna

Bien, los dejo y cuando estén listos los espero el recepción para que puedan retirarse - se va-. Doctor

Bill ayuda a Dianna a levantarse de la cama, al pasar semanas sin caminar tropieza y Bill la atrapa entre sus brazos quedando sus rostros muy cerca, tanto que pueden sentir sus respiraciones.

Estás bien? - pregunta bajo-. Bill

Si, gracias - sonríe -. Dianna

Ya una vez que Dianna puede caminar sin tambalearse van al baño, al llevar Bill la sienta en una silla y con cuidado le saca la ropa quedando Dianna en ropa interior, una vez que el agua de la tina está en una buena temperatura Dianna se mete y Bill lava su cabeza, después con una esponja recorre con delicadeza el cuerpo de Dianna, quien cierra los ojos disfrutando del tacto del chico. Cuando está lista, Bill deja a Dianna para que cambie su ropa interior, cuando lo hace Bill le pasa bien la toalla por su cuerpo hasta que queda seco, despues pone la toalla en su cabeza y empieza a dar pequeños círculos, haciendo que Dianna ría mientras las manos de Bill se posan en su rostro, ambos conectan miradas entonces todo lo demás desaparece, solo son ellos y el sonido de sus corazón acelerados al paso que ellos se van acercando, hasta que sucede, unen sus labios lentamente moviéndose con suavidad, encajaron perfectamente como si estuvieran diseñados los uno para el otro.

Lo siento - dice preocupado- no debí.. -. Bill

No, está bien, si debiste - dice con una gran sonrisa -. Dianna

¿Enserio? - pregunta impresionado -. Bill

Si.. - dice con las mejillas rojas -. Dianna

Bill sonríe alegre y vuelve a besar a Dianna, cuando se separan se ven con una sonrisa y se abrazan, sus corazones no dejan de latir por el otro, y lo tenían claro, estaban enamorados.

Cuando estuvieron listos fueron a recepción y pudieron salir por fin del hospital, Bill llevo a Dianna a su casa, y cuando entraron Tom y Gustav la recibieron con una pequeña fiesta sorpresa.

¡Bienvenida! Gritan los chicos, Dianna llora de la felicidad y los abraza con fuerza.

No tenían que hacerlo.. - dice limpiando sus lágrimas -. Dianna

Claro que sí, niña - sonríe ligero -. Gustav

Gracias de todas maneras.. los quiero mucho - los abraza de nuevo mientras llora -. Dianna

Todos pasan la tarde juntos, comen, ven una película, y ven el atardecer, Dianna no podía estar más feliz, todos sus amigos estaban juntos, aquello le traía una inmensa calidez a su corazón, y por fin, se sentía en casa.

Y como lo prometió, todos estuvieron con Tom mientras tomaba terapia, después de unas semanas asistiendo se le miraba cada vez una sonrisa más grande, Dianna, así como su hermano le expresaron lo orgullosos que estaban de el.

Dianna y Tom siguieron siendo amigos tal y como le habia dicho, Tom también cumplió su promesa, mejorar para darle lo que se merece a Dianna, felicidad y grandes sonrisas, sonrisas que nunca se cansara de ver.

Así mismo, Bill y Dianna comenzaron una relación a los pocos días de salir del hospital, Bill la cito a un campo, uno a dónde Dianna iba de pequeña, era grande lleno de pasto y hermosas flores de colores, ahí tuvieron un picnic y justo a media noche, Bill abrió su corazón a Dianna y ella con una sonrisa lo acepto.

Te amo, bonita..

Y yo, kaulitz..

Exilio - Gemelos kaulitz y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora