Un tango de rivales

Capítulo 6

-Rusia-

La primera vez que conocí a México, fue como un sueño.

Mi padre URSS y yo caminábamos por los huertos, fríos, sin vida; huertos que alimentan a varios pueblos, desde hace temporadas que habían sequías y fríos extremos que no dejaban que las papas crecieran.
Ya se había acabado lo poco que quedaba de lo cosechado antes, ahora le gente tenía hambre y estaba enojada.

- Esto es una pesadilla - URSS habló mientras pisaba la nieve.

- ¿Que podemos hacer? - le pregunte sintiendo el agradable sol y silencio del bosque.

- Nada... ya lo intente todo - se peino la barba - Ya contacte con varios países para pedir recursos.

- ¿Y qué pasó? - lo mire con un destello de esperanza de que un alma buena nos ayudara.

- Nadie respondió - sacó un puro de su bolsillo y unos cerillos.

Era de esperarse, ¿quien querría de todos modos?, somos el país comunista del cual Estados Unidos habla pestes... de solo decir su nombre se me hierve la sangre.

- ¿Tienes algún plan? - el humo de su puro hacía que me maree, así que me cubría la nariz y boca con la bufanda que rodeaba mi cuello.

- No...

La respuesta me hizo detenerme, quizás de la impresión o de las ganas de golpearlo.
Es el líder de esta nación y no tenia nada.
Que inútil es.

- Deberías de - le respondí, girando los ojos con desagrado.

Sentí un jalón hacia enfrente, URSS había jalado de mi chamarra, levantándome un poco del suelo mientras sacaba humo de la nariz

- ¿Por que no tú haces un plan? si eres tan listo deberías de - me bajo de manera tosca, siguiendo su camino - Y no me vuelvas a girar los ojos, si no quieres que te los saque.

Escuché el sonido de una avioneta volar encima de nosotros, bastante cerca de lo que se consideraría normal del suelo.
La avioneta parecía acercarse más y más al suelo hasta que se perdió entre los pinos.

- Maldita sea - URSS empezó a trotar hacia donde la avioneta había aterrizado.

Le seguí el paso, no había visto si había alguna bandera pintada, pero ni siquiera era un lugar para aterrizar.

Nos acercamos hasta tener la avioneta a unos pies, el piloto bajándose lentamente de ella

- Aquí no es lugar para aterrizar, imbecil - vi la mano de URSS deslizarse en la parte de atrás de su abrigo, donde estaba su arma.

El piloto levantó la mirada, tenía toda la cara cubierta, con lentes en los ojos, gorro de frío y una bufanda café cubriendo nariz y boca; a parte tenia puesto un abrigo se aviador y unos pantalones pegados al cuerpo, muy femeninos para mi gusto.

En cuanto nos vio, dio dos pasos atrás y levantó ambas manos.

- Necesito tu licencia, ¿sabes quien soy? - URSS siguió, siendo agresivo e invadiendo su espacio personal.

- Disculpa - el piloto habló, mientras se quitaba los lentes y la bufanda.

Unos bellos ojos verdes se asomaron, haciendo que URSS detenga toda agresión hacia el piloto.
Hasta que vi sus rasgos faciales, me di cuenta que era una chica.
Tenía la nariz roja del frío, los labios cortados, los ojos llorosos y el cabello cubriendo su cuello.

- No sabía donde aterrizar - cuando hablaba tartamudeaba por el frío.

Me acerqué un poco más con curiosidad, jamás había visto a alguien con la piel tan bellamente bronceada, tenía ligeras pecas en la nariz y las pestañas largas, con copos de nieve pegados en ellas.