Chapter 34

1.6K 59 27
                                    

No me consideraba una persona agradable en general y era peor cuando me forzaban a estar en donde no quería estar, ella lo sabía.

Relamí mis labios llevando el cigarrillo a mis labios completamente ausente y perdido de la conversación que se mantenía en la mesa.

No era la gran cosa, era una simple cena en mi restaurante, aun así, ella se negaba a dejar algún aspecto mal que decepcionara a sus padres. Siempre buscaba aprobación por más que intentara ocultarlo.

Me querían y lo hacían por mi nombre, lo que obtenía, mi influencia, no porque en realidad se preocuparan por mí.

Ya debía de estar acostumbrado, pero me agobiaban las preguntas, los halagos tanto a mí como a mi mamá con la intención de que me cayeran bien a la fuerza, los besos fingiendo amor, la risita tratando de ocultar mi actitud o faltas de respuestas y las conversaciones vacías fingiendo que no había sucedido y no estaba sucediendo nada cuando nosotros ya habíamos tocado un límite en el que ya no teníamos nada que hablar más allá de las cuentas.

Ella parecía no querer soltarme y yo buscaba la manera de hacerlo sin herirla y sin mentirme a mí mismo respecto a mis sentimientos.

Alondra era problemas, pero vale más malo conocido, que por conocer. Dentro de lo que cabía nos conocíamos y sabía que tenía algo seguro allí aunque ya no la deseaba como antes. Era estabilidad.

No quería discutir con Alondra, estábamos relativamente bien por eso mismo la ignoraba y trataba de evitar que me besara o me acariciara tanto. Le correspondía cuando debía y sabía que necesitaba sentirse querida, como antes, cuando empezamos.

Yo me conocía, yo sabía cómo me ponía cuando me encabronaba y no era justificable, por esa misma razón me callaba o en su defecto simplemente ignoraba todo. Por más que estaba cegado por la manera en que encontré a Nicole en el baño, yo en ningún momento debí ponerle una mano encima.

Ansiaba salir de aquí.

Cuando iban por la entrada, yo me fui directo al plato fuerte y cuando el papá de Alondra consideró que era buena idea probar uno de los tantos whiskys que había pedido para el restaurante yo me limité pedir la cuenta.

Tenía cosas que hacer.

Sin querer mi mente trajo a colación la imagen de Nicole sentada en las piernas del tipo que había traído aquí la vez pasada como una cosa que tenía que hacer.

—Dios si, Bry tiene una colección de vinos y whiskys en la parte de atrás. No lo he visto bien, pero es increíble. ¿Los acompaño, amor? Yo también quiero ver algunos vinos. —sonrió con cierta emoción acariciando mi pecho.

—Tengo cosas que solucionar, será para otro día. —avisé, acercándome a dejar un pequeño beso en sus labios presionando el cigarrillo en el cenicero frente a mí—Mavis. —moví la mano levemente llamándola a lo que ella se acercó rápidamente—. Anotas todo lo que se consumió a mi cuenta, y lo que pida mi mamá extra también.

— ¿Algo más, señor?

— ¿Qué haces?...Ay, hijo. ¿Por qué tan rápido? Haz estado tan callado, yo quería saber cómo te estaba yendo y demás. —renegó un poco de Alondra con lastima y desconcierto en su rostro.

—Tengo cosas que solucionar, terminen de disfrutar.

—Pero si apenas está empezando la noche. ¿Cuál es la prisa? Tienes tiempo, ¿qué pasó?

La ignoré, Alondra respondió por mí acariciando mi mano mientras yo me levantaba.

—No, solo eso. Gracias, baby. —murmuré sonriéndole levemente a lo que ella asintió yéndose rápidamente con cierto sonrojo.

INFIEL. [BRYTIAGO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora