Chapter 33

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Los dedos de su mano derecha pasaron sutilmente por sus párpados como si se limpiara las lagañas. Suspiró frunciendo levemente el ceño, en el proceso dio unos cuantos pasos quedando justo a mi lado manteniendo, quizás un metro de distancia entre la orilla de la cama y ella.

Ejerció más fuerza en su agarre a la sabana como si ese fuera su escudo, como si se sintiera segura con eso.

—No me está costando admitir nada, no voy a utilizar nada en tu contra—susurró con tranquilidad tratando de mantenerme la mirada—Quería estar contigo, en este aspecto confío en ti. Me sedujiste, yo también jugué, me dejé seducir y estoy bien con eso. No sé qué carajo te pasa, duerme o...como quieras.

Me sonrió sin mostrar los dientes, como si todo estuviera normal.

Desconcertado traté de actuar normal mientras me tragaba la incomodidad que sentía, la imité correspondiéndole la sonrisa haciendo un gran esfuerzo para no verme confundido; ella se agachó con cuidado y agarró el pantalón, de forma amigable me lo tiró en el pecho.

Lo agarré por instinto.

—Me bañaré, retiro lo dicho. Acepto que me lleves si eso te hace sentir mejor. Sino, duerme un poco más, no hemos dormido nada.

La miré con cierta cautela siguiéndole los pasos con la mirada, escuché la puerta del baño cerrarse, rodé los ojos con fastidio.

No le creía un carajo.

Quizás no era estrés, pero ese sabor amargo, esa incomodidad no se me pasaba. Casi en automático, sintiendo el nudo en mi garganta, pasé la palma de mi mano sana por mi cuello hasta mi barbilla echando la cabeza hacia atrás apretando los ojos en el proceso.

Inhale y exhale profundo.

Nada estaba bien, no estaba bien con eso.

Necesitaba que me gritara porque a pesar del tiempo ella me leía, y yo la leía en ocasiones, pero a veces, necesitaba que me lo dijera, que fuera explícita, porque no entendía un carajo y terminaba así: con una mezcla de satisfacción y enredo mental que acababan por tensarme todo el cuerpo y cual ansioso, crear escenarios o hipótesis de cosas las cuales no tenía certezas, pero al tener de referencia nuestra "historia pendeja" claramente a ella le pasaba algo.

Esto simplemente me pasaba por dejar lo carnal a un lado e involucrarme de manera emocional en lo que no debía.

Relamí mis labios y suspiré antes de levantarme completamente desnudo de la cama, con facilidad me puse el pantalón dejándolo desabrochado, vi la hora en el teléfono ignorando en su totalidad las posibles notificaciones y llamadas al tener la lunita activada. Arrojé el teléfono junto a la caja de cigarrillos a la cama, conservé uno entre mis labios, miré la cama revuelta aún con manchas de fluidos recientes, el panti y mini falda de mi nena revueltas por ahí junto al resto de sábanas y almohadas.

Habíamos hecho tanto desastre, la había extrañado mucho.

El sentimiento de satisfacción y de comodidad después de chingar en vez de querer irme porque ya había depositado seguía ahí aunque todo lo demás lo opacara casi por completo. El contacto físico, los besos, las palabras sucias y bonitas cobraban más sentido cuando había química, comodidad y sentimientos, aunque sean sentimientos plenamente carnales, puramente deseo.

Intenté tres veces encenderlo antes de darle la primera calada profunda en un intento desesperado por aliviar la leve tensión que intentaba tener mi cuerpo no necesariamente por el agotamiento, la pesadez y dolor muscular que sentía.

Estábamos bien, independientemente de que debo disculparme por mi actitud, ella y yo estábamos bien, quizás mejor que los pocos días que duró el acuerdo antes de que yo la tratara de puta solo por... ni idea, fue estúpido e inmaduro y el simple hecho de pensarlo me causaba vergüenza.

INFIEL. [BRYTIAGO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora