Desperté esposado dentro de una celda.
--Solo esto me faltaba.
--Conque ya despertaste chico, ponte de pie -me pidió un oficial con un cierto tono de amabilidad.
Al no poder notar una clara hostilidad en su forma de actuar, le hice caso y me puse de pie. El policía abrió la celda y me condujo afuera.
--Anoche nos llegó una llamada de una persona que decía haber encontrado a un vándalo frente a las estatuas de los dos héroes más grandes de esta ciudad. Yo fui el oficial que te trajo aquí, pero no abriré registro. Te noté triste y desamparado, tirado frente a las estatuas que aparentemente restauraste, cuando las vi ya no tenían nada de grafiti.
Lo último que me dijo me sorprendió bastante, será que la lluvia que generó mi tormenta había limpiado el grafiti, ¿pero cómo? No soy un usuario de agua. Me pregunté mirando mis manos.
--Por mí puedes irte, no hay nadie más y las cámaras están apagadas, así que vete tranquilo.
--¿Por qué es amable con un joven que apareció borracho en un cementerio? -le pregunté intrigado.
--¿Por qué te arrestaría luego de restaurar un lugar tan importante cuando nadie lo hizo antes? -acotó.
--Gracias, señor, es bueno saber que aún hay gente buena.
En cuanto dije eso se escuchó un portazo y dos personas entraron en la comisaría.
--Tranquilo, diré que ya hice el papeleo.
Con otro portazo abrieron la puerta que estaba frente a mí y un oficial de policía entró y me encaró.
--¿Qué hace libre el prisionero? -preguntó escupiéndome en la cara aun cuando soy más alto que él.
--Está limpio, ya hice el papeleo, así que es libre.
Al recibir esta respuesta no se quejó, aparentemente tenían el mismo rango, así que no se metió en problemas el oficial que no me empeoraba la resaca.
--Como sea, ahí alguien que lo conoce y hablará con él antes de que se vaya -le dijo luego de un rato de silencio.
--¿No podrían hablar ya afuera de la comisaría? -preguntó al ver que ese alguien era un hombre muy extraño.
--Usted tranquilo, estaré bien -le dije en voz muy baja antes de seguir al policía pigmeo.
Ese policía me condujo a una de las salas de interrogatorio y al dejarme adentro cerró la puerta y entró el otro hombre. No lo miré ni le dije nada hasta que se sentó y se quedó viéndome fijamente.
--¿Ya quieres comenzar o buscas quitarme más tiempo? -le pregunté con un tono relajado.
--¿Por qué haría esto rápido? Me gusta divertirme con mis presas -contestó ya dejando de ocultar su hostilidad.
--Entonces supuse bien, Sayaki te envió.
--Es correcto, el señor Sayaki me pagó dos millones por llevarle tu cabeza en una bandeja, en mi vida nunca había escuchado tu nombre, y al saber lo joven que eres me pareció extraño, pero... ¡¿Cómo me negaría con esa oferta?! -cambió de tono abruptamente, dejándome ver matices de trastorno de personalidades múltiples.
--¿Solo eso te pagó? -le pregunté en tono burlesco.
--Eso no es poco dinero niño, se nota que no sabes nada.
--Al contrario, sé más que tú, dos millones no es nada, él te estafo.
--Crees ser demasiado chico -me dijo poniéndose de pie.
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Shadow Shocker
FantasíaOdio, ira, resentimiento y rencor son el combustible que me impulsa día a día. Vivo en un mundo en el que la tercera parte de la población tiene afinidad por un elemento, o por la magia. Este es un mundo de héroes y villanos en el que puedes volvert...