Capítulo 8

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"Más que amigos"

Madison.

Habían pasado exactamente 5 días desde aquella salida. Esa madrugada reí con Cloe hasta hacerme en los pantalones literalmente y pude descansar como hace meses no lo hacía.

Por otro lado el tema "señorito Rewiw" avanzaba pero a la vez no, recuerdo esa videollamada donde tuvo que colgar porque una chica lo estaba esperando para hablar o eso escuche que le decía su madre. No quise investigar nada ni por fuentes externas, esperaría y respetaría su espacio.

Justo me encontraba terminando la clase de Biología cuando un mensaje me sobresalta.

En el grupo donde estábamos Ross , Yan y yo habían +9 mensajes, pero los paso por alto para enfocarme en el que me habían enviado.

Damon^~^
Hola Madi, tienes esta tarde libre?

Respuesta:
Sip, algún plan?

Demon^~^
Si, paso por ti luego de la última clase.

Guardo el celular con una risa tonta en mi rostro.

Ahora las ansias por que la estúpida clase terminara aumentaron. Siento que literalmente envejecí cuando por fin sonó la campana. Tomo mis cosas sin medir mi apuro y termino tropezando con un chico en el pasillo.

Sobo mi muñeca y él me extiende la mano, alzo la cabeza para pedirle perdón pero cuando veo de quien se trata me trago mis palabras.

—Tienes que ver por donde vienes.— formula burlón, Fayrit.

Fayrit no era más que uno de mis ligues fallidos, literalmente nunca llegábamos a nada serio, la razón : él era un bandido de esos que si son unos hijos de puta y caen mal con solo respirar. No había atracción entre nosotros solo una incomodidad y tensión que se podía cortar con un cuchillo.

—Ya claro...— me giro rezando por que se calle la boca y desaparezca pero claro, tenía que seguir metiendo la pata.

—Oye Madi..

—Madison, Fayrit, Ma-di-son— recarco bien.

Blanquea sus ojos.

—¿Sabes qué? Olvídalo sigues igual de payasa.

Le sonrío falsamente.

—Y tu sigues igual de capullo, ya vez hay cosas que nunca cambian.

Me giro justo cuando va a reclamar y agradezco al cielo que una moto que conocía muy bien apareció en mi campo de visión.

Corro en su dirección y con tan solo ver sus ojos y sonrisa toda molestia que sentía se esfuma.Era como su magia, una que influía mucho en mí.

Lo saludo con un beso en la mejilla.

—Hola.— dice y me extiende el casco.—¿Una vuelta?

—¿Por qué no?—subo con muchísima dificultad , no se mucho de motos pero creo que era una Honda y me duplicaba el tamaño.

Se ríe por mi corta estatura y le proporciono un golpe en la nuca.

—¡Ay! Ok ok, perdona guerrera...diminuta.— vuelve a estallar en risas y justo cuando voy a pegarle acelera provocándome un casi infarto mientras chocaba con su dura espalda.

AetérnumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora