Capítulo 15

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"Bello y destructivo"

Madison.

¿Qué carajos había hecho? No lo se pero no me arrepentía ni un jodido segundo. Pensé en lo que me dijo Yan y llegué a la conclusión de que él no me debía nada , ella sí. Rompió mi confianza con sus actos porque fácilmente se podía frenar pero lo hecho , hecho está. Ahora solo quedaba esperar, ir avanzando y ver como resultaban las cosas.

Me torturaba por lo que sentía por él en tan poco tiempo, pero entendí que el amor no se trata de eso, sino de conexión.Aún no llegaba a la etapa del enamoramiento pero era consiente que no faltaba mucho.

Me separa un poco y ambos tenemos la cara roja. Mi mejor amigo estaba mirándonos como si fuera una película de amor juvenil pero aunque me duela estamos lejos de ser algo tan cliché, hay desconfianza y traiciones de por medio , heridas que aún siguen latentes.

—Me tengo que ir.—hablo con dificultad y me aclaro la garganta, Yan por su lado, me mira con furia

—A no de eso nada.—habla y me mete en el portal.—Tú, bájate de esa moto , vamos a hablar un rato.

Lo fulmino pero en el fondo le agradezco que él tenga el valor que me falta.

Damon accede y se encamina hasta quedar a mi lado. Mi mejor amigo se pierde dentro de la casa diciendo que iba por unas sillas...

—¿Tenía que reconocer mis celos para conseguir ese beso Madi?—susurra cerca.

Obvio no, yo también lo hubiera hecho como sea.

—Tal vez..—farfullé casi inaudible.

Se pone en frente y coloca sus manos sobre mi cintura dándole un leve apretón.

—¿Puedo, bonita?—alzo mi cabeza para verle, la oscuridad me dificulta la situación.

Asiento y sin previo aviso me besa. Esta vez no hay torpeza, el maldito sabía lo que hacía , joder que sí. Una corriente recorrió mi cuerpo haciendo que me olvide de todo, solo éramos él y yo. Pongo mis manos temblorosas en su nuca pegándolo más a mí. Me permito saborearlo , dejarme llevar por el placer y solo nos separamos por falta de oxígeno uniendo nuestras frentes.

—Besas exquisito.—roce con delicadeza antes de seguir.—Joder, son afrodisíacos.

—Los tuyos también ,flaco.

Me mira sorprendido. Era el primer apodo que le decía y le quedaba a la perfección.

—Me gustó más de lo que debería.—murmura acercando sus labios de nuevo pero un grito hace que nos separemos de golpe.

—¡Si quieren les presto mi cuarto!—se exaltó dramático y Damon sonrió, yo por mi parte no podía con la vergüenza.

Ambos chicos pusieron unos sillones pero opté por treparme en el murito.

No hubo un silencio tenso, por el contrario ,comenzamos a hablar de series y mi mejor amigo al descubrir que Damon no había visto "El diario de un vampiro" se indignó y sacó su teléfono.

—Y yo pensé que tenías tu nombre por Damon Salvatore.—la decepción no pasa desapercibida.

Me reí por dicho acto y Damon aprovechó para sentarse a mi lado.

—Dime que si has visto "La Casa de Papel"—lo señale tratando de sonar amenazante.

Puso una mano en su pecho con drama.

—Es mi serie favorita.—aplaudí victoriosa.—Cuando la comencé a ver empataba la noche con el día.

Me reí como hace rato no lo hacía, extrañaba su compañía, tenía algo que me hacía sentir una paz inexplicable.

—Yo lloré mares con la muerte de Nairobi y Tokio.—confesé.

—Me pasó lo mismo pero no con Tokio, la odio¡Por su culpa todo salía mal!— arrugó su nariz negando.

Esa declaración fue motivo de pelea. La cual acabó cuando me tomó y me besó con rudeza.

—No puedes hacer eso.—puse una mano en su pecho mientras recuperaba la respiración.

Su rostro lucía culpable y preocupado pero no me refería a eso, no en ese sentido.

—Perdona yo...—comenzó a disculparse pero se cayó cuando puse mi mano sobre su pecho justo donde estaba su corazón, iba muy deprisa .

No quisiera imaginar el mío.

Cerró los ojos ante mi toque y besé la comisura de sus labios.

—No me molesta , pero quiero hacer las cosas bien contigo...También quiero hacerme un poco la dura.—dije lo último un poco sonriente y Damon no demoró en imitarme.

—Vamos despacio, pequeña.—posó sus labios en mi frente y ese acto se me hizo muy tierno.

Le mostré fotos y videos de mis hermanos alegando que eran unos tornados capaces de provocar una jaqueca horrible pero él se moría por conocerlos. También quiso saber sobre la salud de mi madre y su operación. Aún mi padre no daba noticias cosa que me preocupaba y compartí con él.

Estaba siendo mas sincera y abierta, lo mejor es que era recíproco porque no dudó en contarme sobre su hermana menor, su madre , su padre y abuelo.

Hubo un tiempo donde fue a recoger sus llaves las cuales estaban en el sillón pero unas ves las tenía en la mano grité asustando a todos.

—¡UNA RANA!— con solo decir eso Damon palideció.

Salté del muro muerta de la risa por los gritos chillones de los chicos que venían detrás de mí.

Damon me sujetó con fuerza como si en cualquier momento fuera a desmayarse.

—Solo es una rana.—mencioné burlona ganándome una mirada mortífera.

—Muy graciosa.

Besé su frente y suspiró mientras me abrazaba.

Por el rabillo del ojo capté los movimientos de dos personas. Giré la cabeza topándome con sus feas caras.

Ross y Elvis venían loma abajo,ella se nos quedó mirando como si no lo creyera. Me separé un poco incómoda y Damon no tardó 3 segundos en entenderlo todo.

—Hace un mes no nos hablamos.—dirigí mi vista hacia él.

—No necesitas darme explicaciones.—mi tono cortante le dolió un poco pero no hice nada.

—Pero te las quiero dar.

Negué con una falsa sonrisa.

—Dámelas pero no con respecto al tema de ella.

Asintió sin más.

—Madison, ahí viene mi abuela.—susurró mi amigo.

Como en efecto esa vieja venía subiendo y sabía lo que significaba, debía irme o sino todos se iban a enterar del encuentro con Damon.

—Nos vemos.—traté de escaparme sin más pero me detuvo.

Me acercó a su duro cuerpo y tomó mis mejillas con delicadeza para besarme. Fue suave , tierno, con algo de nostalgia.

—Adiós flaca.—susurró y sonreí ante ese apodo que sin duda era mi favorito.

—Adiós flaco.—le di un último beso antes de separarme para ver como se perdía en la espesa noche.

Suspiré con pesadez cuando Yan me abrasó por atrás.

—Estoy jodida.

—El amor, que bello y destructivo es el amor, flaca.—canturreó burlón y le pegué separándome de su agarre.

AetérnumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora