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Nayeon rodó los ojos al mismo tiempo que mordía su puño cuando sintió a Mina mover su lengua dentro de ella, la Japonesa le dió un pellizco en su muslo haciendo a Nayeon quejarse.

— Shh... Unnie. — Mina le reprendió para volver a seguir con su labor en el coño de Nayeon, la mayor aprieta su agarre en los cabellos de Mina provocando que la Pelinegra diera otro pellizco.

— ¡No hagas eso!

— Entonces baja la voz. — Nayeon iba a quejarse pero al sentir a Mina mover su lengua en su zona la hizo abrir la boca y soltar un gemido. — Nay... Obedece.

— ¿Cómo quieres que me calle cuando me estás comiendo el coño? — Susurró por lo bajo mientras la menor seguía satisfaciendo a su novia. Nayeon tuvo que agarrar una almohada y morderla para callar su gemido.

Mina río por lo bajo.

— Muerde Almohadas. ¡Oye! — Exclamó cuando recibió un pequeño golpecito en su cabeza de parte de Nayeon.

— ¡Mgh! Mierda... — Como un castigo por haberla golpeado, Mina arremetió introduciendo dos dedos en la entrada de Im y moviéndolos con brusquedad. — ¡Por el amor de Dios, Mina ya para! — Pedía Nayeon en grititos bajos.

— ¿Y si no quiero qué? — La Japonesa retó a la Coreana mientras seguía moviendo sus dedos en su centro. — Me gusta verte así. Sudada y... Desesperada. — Unos movimientos más y Mina terminó con su trabajo.

Nayeon respiró exhausta y dejó que Mina le limpiara sus piernas e intimidad. Un besito tierno de parte de la Japonesa y Nayeon sonrió tímida.

— Oye, Mina.

— ¿Si?

Una duda se había instalado en Nayeon desde que Mina y ella habían dado el siguiente paso.

— ¿No sientes la necesidad de... ?

— ¿Si?

— Bueno, ya sabes... ¿De... Follar? — Pregunta con vergüenza la Coreana y Mina ríe por esto.

— ¿Quieres otra ronda, Nay? — Mina dice en tono pícaro y con una sonrisa traviesa.

Las mejillas de Nayeon se ruborizan.

— ¡No!, Bueno... Si, pero eso no es lo que trato de decir. — Myoui levanta la ceja. — ¿No sientes la necesidad de que yo también te haga sentir placer?

— Pero ya lo haces.

— ¡Si! Pero yo me refiero a que si no sientes que tú también mereces que... Bueno. ¿Solo serás activa y ya?, ¿No recibirás nada? — La expresión de la Japonesa cambia de confundida a una risueña.

Lo siguiente que Nayeon observa es a Mina que la acorrala en la cama subiéndose encima de ella, y tomando sus manos para colocarlas a los costados de su cabeza sorprendiendo a la Coreana en el acto.

— A mi me encanta ser la que te haga el amor, Yeonnie. — Susurra a centímetros del rostro de Nayeon. — No tengo la necesidad de que me devuelvas lo que yo te hago, porque con solo ser yo quien te haga sentir bien estoy más que satisfecha.

— ¿Estás segura? Podemos ser versátiles si eso te-

Mina calló a Nayeon con un beso fuerte y hambriento.

— No quiero. Me gusta ser tu activa. Además... Siento que ser versátil no es lo mío. — Nayeon alzó las cejas. — No sé, me excitaría más el que yo te haga venir, al que seas tú quien lo haga.

— ¿Por qué? — Nayeon pregunta y Mina se sube de hombros.

— No lo sé, cosa mía, supongo. — La Coreana asiente con lentitud. — Pero si deseas darme placer también, puedo ser pasiva de vez en cuando. Si eso te hace feliz.

Nayeon sonríe hacia su novia.

— Descuida, si así estás cómoda, yo también lo estaré. Además, no tengo problema en ir abajo. — Guiña su ojo y Mina sonríe.

— Por eso eres la mejor, Unnie. — Un besito fue depositado en los labios de Nayeon quién correspondió gustosa.

— No más que tú... — Susurró en el rostro de Mina quién no desaprovecho el momento para llevar su boca al cuello pálido de Nayeon y comenzó a chupar y besar este cual caramelo.

Ahora que las cosas estaban más que claras podían continuar tranquilas.

— ¡Mina!

Y sin distracciones de ningún tipo.

— ¡Chicas la cena está lista! — Gritó la madre de Nayeon desde la cocina.

O tal vez no más de dos distracciones.









¿¡You Are Top!? - MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora