Antes que Lorit pudiese responder, tomo una posición de alerta. Sus orejas humanas se transformaron a voluntad en unas más grandes y peludas que se movieron en dirección donde percibía el sonido. Gira su cabeza agudizando su mirada hacia la vieja fuente que se encuentra a mi espalda.
Premeditando que estoy por preguntar qué pasa, se coloca un dedo en los labios, mientras sus ojos bailan buscando el causante de su perturbación.
Camina despacio mientras que con una mano me indica que lo siga, la otra aún permanece en sus labios.
Es un milagro que entre tantas plantas no se encuentre ninguna hoja seca que al pisarla cualquier criatura sobrenatural que han venido al palacio nos descubran.
No ocultamos detrás de un grueso y antiguo roble, la noche también nos camufla con la oscuridad del ambiente.
Espero que mi olor no nos delate.
Los ojos de Lorit se vuelven dorados brillantes ante la pobre iluminación del lugar.
Entonces, se recuesta y ocultándose detrás del árbol conmigo, me quedo lo más quieto, aguardando hasta la respiración. Al mismo tiempo, o quizás un milisegundo después, lo escucho.
Pasos. Alguien se está acercando. No es alguien, al menos son dos sujetos. Caminan despreocupadamente creyendo que son los únicos en el lugar.
Una sombra pasa muy cerca y pese que mis pulmones lloran porque expire e inspire aire fresco nuevamente, me abstengo un momento más. Se alejan unos metros que permite escucharlos.
-¿Lo has hecho? - Reconozco la distinguible voz soberbia de Anassel.
Desde donde estamos nos permite divisarlos sin que nos vean, una pequeña silueta nos da la espalda, Anassel, en cambio la silueta desconocida más alta y corpulenta que está enfrente de ella si tan siquiera girase un poco más el cuello descubriría nuestro escondite.
Me pregunto quien es, pero no vemos su rostro por la oscuridad, aunque su rasposa voz me eriza la piel, como debía de suponer. No es humano.
-Eso y más. -Responde el desconocido.
- ¿A qué te refiero con eso? - distingo el tono ansioso en la voz Anassel.
-No serán un problema. El peñasco de las brujas definitivamente no podrán salir de su agujeros, todos los caminos para tomar suministro están cortados.
Miro a Lorit sin entender nada, entonces él me devuelve una mirada confundido al igual que yo.
-No fue explícitamente lo que pedí. ¡Me puedes explicar grandísimo imbécil en que me beneficiar eso! - Su voz destila ira. ¿Ira?
-No tendrán suministro por lo que no tardaran a caer en canibalismo entre ellos. Los humanos serán los primeros, después -pese que explica apresuradamente rápido y nervioso, Anassel lo interrumpe.
La mención de humanos me desorienta aún más. Sin embargo, en los ojos de Lorit veo como cruza la resolución. Sabe algo.
¿Qué sabe que no me ha compartido?
-¡Suficiente! Me sorprendes. Eres más inútil de lo que creí. Has entorpecido todo, ahora debo recurrir a otro plan. Has colmado mi paciencia y si no es porque eres un soldado de Marield
¿Plan?
Lo último que recuerdo de los clanes de las brujas que habitaban al oeste de Cletur, era nada más que habían roto cualquier contacto con el rey usurpador, sobre todo cuando este quiso expandir Cletur sobre el territorio de las brujas, robándole más de la mitad y orillándola a recluirse en el peñasco.
Ahora Cletur poseía más territorio pero tenía un enemigo lo suficientemente fuerte y al acecho en la vuelta de la esquina. Claramente, eso nunca ha preocupado al rey usurpador, siempre que su copa este llena.
Entonces, ¿por qué Anassell quiere tocar ese avispero?
No conocí personalmente a las brujas, pero existían leyendas sobre ellas, todo el mundo las conocí. Fuertes guerreras que al igual que un cascabel esperan pacientemente para ir directo a la yugular.
Después de todo, qué es el tiempo para los inmortales.
-Técnicamente soy más que- sin esperármelo la interrumpe el desconocido, lo que aumenta el cabreo de Anassel.
La oscuridad es interrumpida por una gran llama que rodea el cuerpo de ella como si de un capullo se tratase.
-Eso me importa una mierda. ¡¡Vuelve a desobedecer y quedaras incinerado!!
-Pero
-¡Lárgate! No te quiero ver más. Vete antes que me arrepienta.
Tras este fortuitito encuentro llegue a dos conclusiones.
La primera es que Anassel se trae algo entre manos, todos saben que es lo suficiente avariciosa para causar una guerra si eso le consigue el absoluto poder.
Y la segunda, esta princesa tenía un espía en el ejército de su propia hermana, lo que me inquieta y mirando a Lorit me cuestiono si el informante de él no estará también en las telarañas de ella y tal cual, caeremos.
Solo cuando escucho los pasos alejarse de ellos, es cuando le permito respirar a mis agonizantes pulmones.
Mierda y más mierda.
Lorit me mira en silencio y sabe lo que pienso. Asiente concordando conmigo.
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Gloria ensangrentada
General FictionLos libros de historia siempre se han escrito por el vencedor, es ridículo de leer hasta que lo ves frente a tus narices. Cuando tu reino es usurpado, tu legado es destruido y tu nombre olvidado, queda claro que en esta historia eres el perdedor. Cl...