En la mañana siguiente
Camino entre la multitud de la plaza, tratando de llegar a tiempo a mi destino. Arión fue muy clara con la puntualidad, aunque, sea un ser que carezca de ella.
Si bien, pretendo ignorar mi conciencia, esta me come vivo. Entre más evito pensar en lo de anoche más recuerdos me invaden, nunca supero sentirme como un gigolo, un humano que alimenta a una demonio sexual a cambio de dinero y algo más
No dejo de preguntarme si vale la pena entregarme a uno de ellos solo por información...
¿Información? ¿Será solo por eso?
Me da escalofrío pensar en Arión como mi plan B.
Si al salir todo mal y mi cabeza terminara en la horca, no quiero pensar en Arión como mi salvadora.
Porque solo me ayudaría para condenarme a ser su bote de alimento, mientras sea factible.
Definitivamente, no puede ser mi plan B.
Mi razón me respalda que no será nada fácil alcanzar mi meta, pero eso no bloquea a mi conciencia reprochadora.
Si soy capaz de venderme por esto ¿Puedo ser capaz de ser más atroz?
Me aterra que haya una respuesta afirmativa.
Entre el enfado y frustración provocado por mis pensamientos susurrante, llego a la fuente central de la plaza a unos segundos de que el sol este en el centro y sofoque a todos con sus rayos tan intensos, metafóricamente, ya quisiese que estas plagas pudiesen morir tan fácil.
Me recuerdo que es muy temprano para resentimiento y me controlo.
Hipervigilante busco a un sujeto con gabardina y cola de lagarto.
Solo alcanzo a ver muchas gabardinas, pero ninguna cola de lagarto.
Cuando estoy por empezar a maldecir a Arión por mentirme, lo diviso de lejos.
Es muy distinguible con su larga cola con grandes escamas arrastrándola por todos lados, los pocos comerciantes humanos que aún permanecen aquí se apartan prudentes y las otras especies de ellos se ven indiferentes.
El sujeto con cola larga me da un vistazo y sigue su camino sin esperar, cuento de 1 a 10 recordando las palabras de Arión:
<No es un tipo que le guste hablar, no desperdicies tus encantos en él y camina rápido es fácil de perderle el paso>.
En lo último debió enfatizarlo más Arión, en lo poco que llegaba persiguiéndolo, lo había perdido más de cuatro veces.
Después de lo que parecía kilómetros llegamos a un viejo teatro con el piso de madera lleno de termitas.
Al entrar en él reconozco las descripciones de Arión:
<Grandes cortinas rojas desgatadas y un eco impresionante para lo destartalado que está>.El eco lo corroboro al patear un pedazo de lata que está en el camino y el eco dura 10 segundos transmitiéndose en el gran salón, ahora vacío.
El sujeto con cola de lagarto palmea el umbral donde acabamos de entrar, sin mucha ceremonia para irse.
Adentrándome en los vestidores oigo voces y me dirijo hacia ellos, no debería de sorprenderme nada, creí haber visto de todo, hasta ahora.
Se reconocer a los sátiros fácilmente, grandes machos de casi tres metros de altura que habían abandonado hace seis años el bosque donde estaban, gracias a las diligencias del nuevo rey o la absurda necesidad de los príncipes feéricos de tener compañeros de fiesta.
Ahora, es bastante frecuente ver sus patas de caballos peludas y orejas de cabras por todo Cletur.
Todos los humanos en Cletur sabemos los hábitos de estas criaturas desenfadada que tienden a tornarse violentas.
Cuando empezaron a desaparecer en grandes cantidades mujeres jóvenes sabíamos que se debía a los sátiros, pero no se podía acusar a los protegidos del nuevo rey.
Por eso no me debe sorprender ver bajo glamour a una risueña y bella humana,quizás en sus veinte años, atada en una gigante equis idéntica a una que tiene Arión.
¿Cuál es su afán con las cuerdas?
El sátiro que inicialmente me da la espalda y su cola de caballo, se gira al escuchar mis pasos.
Su cara picara me asquea, sin embargo, cuando su falo de caballo me apunta, me quedo consternado.
- ¡Oh, un humano! –se ríe a grandes carcajadas y el auditorio resuena – Resultaste todo un voyerista, pequeñín.
Indiferente hacia mí, se vuelve hacia la chica que lo mira con ojos soñadores y sin más, coloca su falo en su entrada de su coño y la penetra de una estocada.
La chica emite pequeña risitas, el sátiro solo gruñe como una bestia y yo no me puedo sentir más enfermo.
Salgo de mi estupor para tratar de evitar que esto siga, miles de chicas son tomadas por los sátiros para violarlas bajo el efecto del glamour.
¿Ella sería diferente? ¿Es consentido?
Su risita neurótica me indica una y otra vez que es por el glamour.
- Me ha mandado Arión, sr. Abpil.
- ¿Qué quiere Arión? – Sin perturbarse por mi intromisión, sigue penetrándola y ahora aprieta con sus manos los senos de las chicas – No me digas que eres su bocadillo. No es nada personal si ella te deja después de los 28 años, así es Arión, le gustan jóvenes.
- De hecho, en esta primavera cumpliré 28 años y por ello, me ha mandado. Dice que mi tiempo se está acabando, pero, que soy un chico bueno y que por eso la tendré de referencia para conseguir trabajo- Escucho una estruendosa risa tipo: te lo dije.
- ¿Y yo que puedo hacer en eso? – No soporto su arrogante y excitada voz.
Toma todo mi autocontrol no sacar la daga que llevo en la bota y apuñalarlo, es bien sabido que su dura piel es impenetrable a dagas ordinarias.
- Conseguirme trabajo en los jardines del palacio para cuidarlo y podarlo. - Resuelvo - Es unos de los lugares donde se hace frecuentemente las fiestas, deben tener atención.
- Es muy audaz hacer una entrevista para un trabajo mientras me follo a esta chica. Pero, me agradas y le debo un favor a Arión. Déjame ver que hago y envío por ti– No me sorprendo cuando aúlla muy excitado - Se acerca el gran final, te gustara ver esto.
Me volteo lo más rápido que puedo siendo consciente que no tengo arma para enfrentarlo en este momento.
Camino hacia la puerta de salida de emergencia maldiciendo una y otra vez la suerte de esa chica.
- Primero, debo terminar unos asuntos pendientes.
Apenas digo antes de cruzar el umbral, pero para mí horror me responde con un alarido de liberación.
En mi mente solo me repito que la próxima vez tendré herramienta para salvar a la próxima.
Porque con ellos siempre habrá otra víctima hasta que alguien los detengan.
Y yo tomaré esa tarea.Ahora, su rostro angelical, ojos verdes y cabello castaño, no me dejará dormir por las noches en un largo tiempo.
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Gloria ensangrentada
Ficción GeneralLos libros de historia siempre se han escrito por el vencedor, es ridículo de leer hasta que lo ves frente a tus narices. Cuando tu reino es usurpado, tu legado es destruido y tu nombre olvidado, queda claro que en esta historia eres el perdedor. Cl...