DRAGÓN ROJO

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Una vez que la reina de tu contrincante se encuentra en tu casa, se declara un juego perdido, al menos que haya un movimiento milagroso.

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"El inframundo brilla más de lo que debería."

Últimamente, el rey del inframundo estaba sonriendo más, eso era lo que se murmuraba dentro de los pasillos del Helheim. Hades estaba mostrando un lado nuevo de él a su pueblo, y ellos recibían gustosos ese lado único de su rey. Todos sabían porque era, era claro que todo ello era gracias a la reina, pero, muchos no querían admitirlo. Algunos aun guardaban recelo por lo que había hecho el humano, aunque, admitían que después de echar a su harem del Helheim y solo dedicarse a Hades, se había redimido ante ellos.

Por otro lado, Hades se encontraba feliz, mirando diferente joyería en su tableta, al poder crear de todo tipo de piedras, diamantes, oros, etc. Quería conseguir algo especial, algo que su reina apreciara. Así que buscando ideas vio esa clase de joyería para los dedos, esos anillos de armadura, donde apenas puso sus ojos en ellos, sintió un flashback al Ragnarök. Su rey usándolos con tal gracia y belleza, sonrió, le encantaba esa imagen de Qin.

Decidió por elegir un diseño, para su dedo índice y medio, que fuera dorado con leves toques rojos, que estuviera hecho de oro y rubíes con diamantes. Sonrió al pensar que parecían pequeñas granadas en aquella joyería que usaría su esposo. Entonces un deseo fugaz en su mente llegó, si su amada reina decidiera consumir las granadas, si decidiera pasar la eternidad a su lado, probablemente moriría de felicidad.

— Verte sonreír tanto es extraño, Hades. — el rey del inframundo suspiró, viendo como diferentes ráfagas de arena comenzaban a empalmarse, donde poco a poco se formó el cuerpo de Morfeo en el asiento de enfrente. — No me disgusta, me agrada.

Pudo ver el rostro pálido del dios que, hacia una leve sonrisa, mientras suspiraba a lo que el rey del Helheim mofó. Morfeo no era un dios que interactuara con otros, y si llegaba a interactuar, solo lo hacía con dioses del inframundo o con Hypnos, incluso, no lo hacía con otros dioses del sueño. En cierto punto, le recordaba a Beelzebub, y su talento de querer aislarse de los demás.

— Bueno, estoy teniendo una buena vida. — sonrió Hades. — ¿Qué te parece esta clase de joyería?

— Extravagante y que solo podría usarla alguien que tuviera una personalidad más brillante que el brillo de esta. O sea, tu reina.

— Si, es para él. — afirmó Hades. — Sabes, he estado pensando últimamente.

— ¿En qué?

— La mayoría de dioses está enamorándose, están dejando salir ese lado que muchos olvidamos hace eones.

— ¿Y ese es?

— Ser nosotros mismos. — rio Hades. — Los humanos nos hacen bien, nos curan, su presencia nos cura de nuestra propia soledad, crean ese complemento que cada uno necesitamos. Por eso siento que, a la larga, este plan será obsoleto, si ellos siguen enamorándose, yo solo tengo que hacer tiempo, hasta que estén tan prendados, que ni siquiera me preguntarán del plan, solo vivirán su vida feliz.

CHECKMATE (JAQUE MATE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora