Capítulo 20

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Narra Anahí

Desperté a la mañana, me dolía los ojos, como no, si la pase toda la noche llorando, Alfonso no paro de llamar toda la noche, hasta las 3 donde mi celular se quedó sin batería o el dejo de llamar.

Me levante de la cama sin muchas ganas, sabía que si iba al colegio el estaría ahí y verlo sería desastroso, yo quería faltar, pero no podía, mi madre no me permitiría.

Me bañé y me puse lo primero que vi, que fueron unos vaqueros gastados, una remera negra y las converses del mismo color.

Acomode mi morral y agarre unos lentes oscuros de sol, me los puse y baje a la cocina.
Sin decir una palabra entre, allí estaba mi madre y Mika, mi madre mientras tomaba un café leí el periódico y Mika como siempre hacia el desayuno.

-Creo que se saluda en las mañanas-dijo mi madre reprochándome.
-Hola-dije fría sin mirar a ninguna de las dos mujeres.
Me acerque al estante de arriba y de allí saque un pequeño termo, lo lave y en el puse café, le puse la tapa y tome un gran sorbo de café caliente.

-Me voy-dije sin más y salí de la cocina antes de que mi madre comenzara a reprocharme otra vez, no tenía ánimos de nada, no quería hablar con nadie, en este momento lo único que quería hacer era gritar y llorar con todas mis fuerzas, tenía un gran nudo en mi garganta y estómago y me sentía fatal.
Abrí la puerta de entrada y salirla briza fría del mañana choco contra mi cara, lo cual me relajo muy bien.
Acomode mis lentes y mi morral y tome otro sorbo de café, mira a la derecha e izquierda y comencé a caminar hacia la escuela, quería estar sola, caminar sola, necesitaba esto, sin más comencé a llorar, por suerte retuve el sonido en mi interior solo deje que las lágrimas salieran.

(...)


-ANAHÍ, sal mismo de ese baño, YA!-grito Dulce desde el otro lado de la puerta.
Que patética era, estaba sentada sobre el retrete de la escuela mis manos cubrían mi cara y lloraba como la tarada que era.
Al parecer todo el llanto que solté anoche y hoy a la mañana no sirvió para aliviarme, todavía tenía más acumulado.
Era verdad todo lo que decían, el primer amor siempre duele, el primer amor siempre se va a recordar y eso era lo que me pasaba mí en este momento, lo recordaba a él, cada cosa que hicimos, cada risa que compartimos, cada beso, todo, como que si mi mente quiera hacerme más daño de lo que ya tenía acumulado en el corazón, dios porque eres tan injusto.
Además, el colmo es saber que él está en el mismo establecimiento, a solo metros de ti y que en la próxima hora estarás con él, haciendo que no pasó nada, que solo éramos alumna y profesor, mi profesor.
Otra oleada de llanto ataco mis ojos y tuve que dejarlo salir.
-Anny, sal ya mismo -pidió Dulce, pero yo no la escuche, no quiera verla, a nadie.-Anny no me hagas entrar-gruño ella, escuche pasos, después una puerta abrirse y luego cerrarse y al final, silencio.
Levante la vista de mis manos y soné mi nariz.
Escuche arañazos y después Dulce callo parada frente mío.
-Te dije que entraría-dijo ella, se trepo la pared y salto por arriba.
-Está loca-dije entre lágrimas.
-Anny-dijo Dulce con tono triste y me abrazo, comencé a llorar en su pecho, mientras que ella me abrazaba.
-Cuéntame todo lo que paso-pregunto mientras acariciaba mi cabello.
En unos 15 minutos le conté todo lo ocurrido, no guarde ningún detalle, nada.
-Hija de perra-gruño Dulce en tono molesto refiriéndola a Ana.
-No, yo fui la tonta en creer en Alfonso-dije y me soné la nariz con un pañuelo que Dulce me había dado.
-Pero Anny, si él dijo que no pasó nada y que ella no es nadie... entonces no crees que sea verdad y que ella es la que miente- pregunto no muy segura.
-No Dulce, ¿por qué crees que se iba todos los fines de semana? era seguro para verse con ella-dije con enojo, resaltando el "Ella".
El timbre sonó, eso significa que iba a estar máximo 2 horas aguantando el llanto y guardando el enojo dentro mío.
- ¿Faltaras a clases hoy?-pregunto Dulce poniéndose de pie ya que estaba en cuclillas.
-No-negué con la cabeza.
-Está bien-dijo ella no muy convencida, abrió la puerta y salió, atrás de ella salí yo, me acerque a los lavabos y me limpie la cara ya que tenía todos los ojos rojos.
Me puse los lentes y salí del baño con Dulce atrás mío.

(...)


Entre al aula y todos estaban en pequeños grupos como siempre, agachando la cabeza me dirigí a mi respectivo pupitre, se escucharon pasos firmes y sentí como el corazón se me detenía.
Por la puerta apareció Alfonso, su cabello estaba despeinado, tenía ojeras y su ropa estaba algo desaliñada, en la mano derecha tenía un caso de Starbuck seguro con café negro casi puro, se notaba que no había dormido en toda la noche.
Me saqué los lentes, ya que en la escuela no se permitían usarlos, y pedí por favor no tener los ojos rojos.
-Bueno días-dijo Alfonso y rápidamente me miro, no pude ver muy bien lo que reflejaba su mirada ya que desvía la mía apenas me miro, apreté mis ojos fuertes y mordí mi lengua para evitar llorar.
Mire de reojo a Alfonso y este se mordió el labio, tomo un sorbo largo de café y después comenzó su labor de profesor.
-Acá están sus tareas, le marque con rojo sus errores y con verde los que acertaron-dijo y saco de su maletín un montón de hojas.
Comenzó a decir los nombre y entregar su hoja correspondiente.
-Puente-dijo y levante la vista de mi lapicera, él se acercó a mí y yo desvié la vista, no quiera verlo, no quiera perderme en sus ojos, no podía, sentí su presencia al lado mío ,y trague con fuerza, sentía las lágrimas en mis ojos, no!, para! basta Anny, me decía a mí misma.
Como supo que no lo iba a mirar, dejo la hoja en mi mesa y después siguió repartiendo.
Agarre la hoja con mano temblorosa y mire la tarea corregida.
En un costado de la hoja, con roja y en letras chiquitas la frase "Te necesito , tenemos que hablar por favor" estaba escrita, era la letra de Alfonso, levante un poco la vista y el seguía repartiendo hojas, solté el aire que tenía dentro y guarde la hoja en mi carpeta.

(...)


La hora paso lento, como si el tiempo estuviese en mi contra y quisiera que yo sufriera, gracias tiempo, pensé para mí.
Alfonso estaba al frente, borrando la pizarra, agarro la tiza y comenzó a escribir.
-Poesía-dijo mientras seguía escribiendo, se dio la vuelta mirando al frente mientras se sacudía la tiza de las manos-¿Alguien sabe el significado de la poesía?-pregunto mientras se sentaba en el extremo de su escritorio.
Con la mirada recorrió todo el salón y como siempre se detuvo en mí, yo desvié la mirada y el siguió hablando.-La poesía es un género literario considerado como una manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa.-explico para todos-Anoche he buscado en internet algunas poesías y encontré una que es muy hermosa-se paró y agarro su maletín después de allí saco un hoja arrugada y doblada, se volvió a sentar y desdoblo el papel.
Se aclaró la garganta y miro a todos se centró en mi nuevamente, esta vez no desvié la vista me le quede mirando.
-Perdóname... Te escribo un poema, porque te quiero decir palabras que tal vez no quieres oír... Perdóname, por ser un machista ,sé que estuve mal, porque fui un maldito egoísta... Perdóname, Sé que te he desilusionado, y justo en este momento mi corazón siente que no merezco estar a tú lado...-levanto la vista para mirarme, sentía que el corazón se me hacía pequeño y que las lágrimas estaban al borde de mis ojos, desvié su vista, ¿por qué me hacía esto? no le bastaba con ya haberme lastimado, una lagrima corrió por mejilla y rápidamente (disimuladamente) me limpie el rostro con el dorso de mi mano y volví a levantar la vista hacia él.-Perdóname, por haberme ofendido, debí entender que tus palabras tenían otro sentido... Perdóname. Nunca quise ofenderte, y sí lo hice, tal vez mi castigo debe ser la muerte... Perdóname. Sé que te he herido, y yo entenderé si tú y tu corazón me deja en el olvido... Perdóname. Es lo que mi corazón más clama, sé que soy un idiota al olvidar de tratar a una dama... Perdóname, Si te hice llorar, eso es de cobardes, solo quiero que el rencor en tu alma no me guardes... ¡Perdóname! es lo que imploro. Amor mío, pues si no te tengo, me siento perdido...-el timbre sonó y todos comenzaron a guardar, yo me quede unos segundos hay solo tratando de que mi enojo no explote y que las lágrimas se queden dónde deben estar, ósea mis ojos.
Un ligero golpe en mi hombro me hizo volver, era Dulce que me miraba con cara preocupada.
-¿Esta bien?-pregunto poniéndose la mochila al hombro.
Asentí algo aturdida y comencé a guardar las cosas.
-Señorita Puente, quédese unos momentos debo hablar con usted sobre sus trabajos-dijo el profesor Herrera en voz alta, levante la vista de mi cuadernillo y lo fulmine con la mirada.
-No puedo tengo otra cosas que hacer-dije desviando la vista.
-Es una orden-demando casi gritando.
Todos se quedaron en silencio e inmóviles solo observando al profesor que respiraba entrecortado, también era del grupo que se quedó congelado por su tono de voz, después de unos segundo todo volvió a la normalidad y salieron todos.
-Estaré afuera-me susurro Dulce en el oído.
Asentí después ella salió, cerrando la puerta atrás de ella.
Con paso firme me acerque al frente para quedar justo en frente del Alfonso.
-Anny, yo....
Le pegue una cachetada sin dejar que terminara la frase, su cabeza se giró hacia el costado y después de unos segundos reacciono, frotándose con la palma de la mano.
No sentía remordimiento por lo que hice en cambio me agrado, creo que necesitaba desahogarme de alguna forma y esa fue la manera.
-Creo que me lo merecía-dijo mirándome.
-¿Creo?-conteste sarcástica.-¿Creo?, no Alfonso no creas te lo merecías-dije llorando, Dios estas putas lagrimas por qué carajo existían.
-Cariño, tenemos que hablar-pidió trato de agarrarme la mano pero yo la lleva atrás de mi espalda, para que ni siquiera se le ocurra tocarme.
-Tu y yo no tenemos nada de qué hablar-dije furiosa.
-Sí, si tenemos-dijo y agarro mi rostro para que lo mirara justo a los ojos. Sus ojos color miel tenían lagrimas también, dios me destrozaba verlo así pero quiera que mi orgullo fuese un poco más que mi amor por él.
-Me mentiste-dijo y agarre sus muñecas y lo aleje de mi de un tirón.
-NO TE MENTI-grito casi desesperado.-no te mentí - volvió a repetir ahora más calmado.-Mira no podemos hablar acá-dijo y me miro.-Ven a casa hoy a las tres......
-No iré a ningún lado-dije interrumpiendo.
-Si nos vas a las tres a mi departamento, te iré a buscar a tu casa y se joderá todo y no me importa si tu mamá este ahí-me amenazo enojado.
Sin decir nada camine a la puerta, pero me detuve cerca de ella, me gire y camine de vuelta frente a Alfonso lo mire con mucha rabia, después salí por la puerta al pasillo del colegio.

Mi Alumna Favorita (AyA Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora