Capítulo 23

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Narra Ana.

Estaba en el auto frente a una de los edificios más importantes de la ciudad de México, el estudio de diseño de la diseñadora Elizabeth Puente.
Eran como las nueve de la mañana un sábado, hacia frio y mi vuelo salía a las 10:30 am, así que debía darme prisa.
Apague el auto y me puse unas lentes de sol negros, agarre el sobre de cartón color marrón que estaba en el asiento del copiloto y salí del auto.
Cruce la calle y entre al edificio, allí había un montón de personas con uniformes y otros con el último grito de la moda, yo solo tenía unos jeans color azul y una remera verde manzana, con una campera de cuero y los lentes.
Camine al ascensor y entre, apreté el número 31 que era el último piso y espere a llegar.
Cuando el timbre sonó y la puerta se abrio indicándome que ya había llegado, salí y me acerque a la secretaria que estaba ahí, atrás a la derecha estaba unas puerta dobles de madera que decía en grande "Elizabeth Puente".
-¿Hola, puedo ayudarla en algo?-pregunto amable la señorita de cabello oscuro y ojos marrones.
-Sí. Busco a la señorita Puente, es urgente-dije poniendo el sobre sobre la mesada aun en mis manos.
-Lo siento la señorita Puente está ocupada, está en una reunión si puede esperar tal vez después la atenderá-dije y volvió a su computadora.
-Mire Señorita, esto es urgente y yo en media hora debo tomar un vuelo a Los Angeles, además a la señora Puente le va a interesar, es sobre su hija-susurre esto último solo para que ella escuche.
Me miro y después agarro el teléfono y marco el * y nueve.
-Disculpe Señorita Puente por molestarte, pero acá hay una señora..
-Señorita-interrumpí.
-Una señorita que desea verla, dice que es urgente, se trata de su hija-dijo, no pude escuchar lo que decía la señora Puente pero después de unos segundos colgó la secretaria.
Unos hombres salieron por las puertas doble de madera y después una señora con cabello castaño recogido en un rodete apareció en la puerta.
-¿Usted es la persona que quiere verme?-pregunto señalándome la que debía ser Elizabeth.
-Si soy yo-dije y agarre el sobre y me acerque a ella.
-Entre y cierre la puerta-dijo e hice lo que me ordeno, entre y cerré la puerta, ella ya se había acomodo atrás del escritorio sentándose en un sillón de cuero.
-Tome asiento por favor-dijo señalando el sillón que estaba frente al escritorio.
-No gracias, lo que vengo a hacer es rápido y debo tomar un avión así que no estaré por mucho tiempo-dije y me acerqué al respaldo de la silla para apoyarme en ella.
-Bueno está bien, pero sigo sin entender que es usted de mi hija-dijo frunciendo el ceño.
-Mire señora, le seré franca y rápida por que debo irme-dije y su ceño se frunció más-¿Usted sabe por qué su hija es tan brillante en la escuela?-pregunte.
-Porque mi hija estudia, pero no le veo el punto-dije mientras se ponía derecha en el asiento.
-¿Es consiente a donde va su hija todos los días?-pregunte.
-Claro, ella va a la biblioteca, debe estudiar para dar sus exámenes-dijo.
-¿Y usted se cree eso?-pregunte confundía-No sabe nada de la vida de su hija, disculpe que le diga,-
-Mire señorita-dijo levantándose de su asiento-Si vino acá a decirme cómo educar a mi hija le pido que se retire-dijo ofendida.
-Su hija no saca buenas notas por que estudia, su hija se acuesta con sus profesores por las notas y si no me cree acá esta la prueba-dije lanzándole el sobre marrón en el escritorio que nos dividía.
-Mire señorita puede llevarse su sobre e ir a decirle a otra persona que su hija es una Zorra, deje de mentir-
-Si cree que estoy mintiendo vea el sobre y después dígame mentirosa-dije señalando el sobre.
Elizabeth respiro hondo y algo frustrada agarro el sobre, lo abrió y saco las fotos de aliso cara se transformó de furia a asombro.
Se tambaleo hacia atrás y callo en el sillón aun mirando las fotos.
-Esto...no puede ser-susurro.
-Pues lo es-dije-Su hija es una Zorra que se metió con mi novio solo por las notas, las más calladitas son las peores-dije, por Dios deberia ser actriz actuó muy bien.

-Cállate!, no insultes a mi hija o te verás conmigo.

Mi celular comenzó a sonar y rápidamente lo saque de mi chaqueta ,revise y era un mensaje de Alex diciendo que ya estaba abajo con las maletas para ir al aeropuerto.
Guarde el teléfono y mira a Elizabeth, ella estaba como en shock sin poder creer la clase de persona que era su adorable hija.
-Mire lamento que se entere así pero alguien debía sacarle la venda de los ojos-dije y camine a la puerta pero me pare frente a ella, me gire para ver a Elizabeth-Por favor mándele mis saludos a su hija, de parte de Ana-dije y salí con una sonrisa del lugar.

Narra Anahí.

Era como las una del mediodía y ahora me encontraba sentada en la banca de la plaza, frente mío estaban un montón de chicos jugando y riendo como si nada más importara, solo el ahora, recuerdo cuando era chiquita y me pasaba eso, solo me gustaba divertirme, sentir el aire en mi cara, no me importaba nada, solo quería jugar.
Pero ahora que soy grande, debía importarme muchas cosas, la escuela, mi futuro, mi presente, mi vida, bueno nuestra vida.
Saque las manos de mi bolsillo de mi campera-ya que hacia un poco de frio ahora-y puse ambas manos en mi estómago.
Dios, un bebe, tenía un pequeño bebe dentro de mí, ahora debía ocuparme no solo de mi vida, si no de la de dos, a suya y al mía.
Mi celular comenzó a sonar y lo saque de mi morral, era una llamada de mi madre, la cual no conteste, no quería hablar con nadie, no tenía fuerzas para enfrentarla o hablarle, así que corte la llamada y apague mi celular.
Volvi a colocar mis manos en mi estómago y mientras veía a los niños jugar y a las madre sonriendo felices, sentí las ganas de llorar.
Embarazada, era la única palabra que estaba en mi mente ahora, embarazada, si estaba embarazada, tenía un pequeño o pequeña Herrera.
Una imagen de un nenito, corriendo por el parque igual a Alfonso me vino a la mente y no pude evitar sonreír, peor después mi sonrisa se esfumo.
¿Que pensaría Alfonso de todo esto? ¿un bebe era algo grande? ¿y si el no quería? ¿y si el me dejaba con él bebe?
Dios, esto me estaba matando.
Sentí como una persona se sentaba a mi lado, pero no me asuste o gire la cabeza para ver quién era porque sabía perfectamente quien era.
- ¿Que harás ahora?-pregunto Dulce a mi lado.- ¿Abortaras?-pregunto mientras ponían un mechón detrás de su oreja.
Gire mi cabeza para verla, la idea de abortar me taladro la cabeza toda la noche, pero ¿qué hacer?.
Tomé aire y respondí.
-No, me lo quedare-susurre, en realidad no se si sería una buena idea o creo que, si era una buena idea, además... no podía quitarle la vida a una personita que no tenía nada que ver.
-Está bien-dijo frotando mi espalda para darme animo-Yo estaré contigo en todo momento ¿me escuchaste?-pregunto Dulce cerca de mí.
Asentí y sonreí.
- ¿Lista para ir al médico?-pregunto parándose.
Levante la vista del suelo y asentí.
Para eso la había llamado para encontrarnos acá, quería ir al médico y tener una segunda opinión por que no quería fiarme de un test.
-Vamos-dijo alargando la mano para que la tomara, agarre mi morral y después su mano.

(...)


Entramos al hospital y nos dirigimos a la secretaria.
-Buenos tardes, ¿que necesitan?-pregunto la señora de mayor edad con amabilidad.
Mire a Dulce y ella me miro también, no quería hablar así que le pedí (por la mirada) que hablara ella.
-Necesitamos que haga una prueba de embarazo-dijo y la mujer paso su mirada de Dulce a mí y después volvió a Dulce nuevamente.
- ¿Quién se va hacer la prueba?-pregunto con un tono algo amable.
-Para... para mi-murmure.
Ella asintió y después puso una hoja frente a nosotras.
-Muy bien llene esta nota con tus datos y después entrégamela-dijo y me dio un lapicero, apoye la hoja sobre la mesada y comencé a escribirla hoja decía cosas que los médicos debían saber, que edad tenia, nombre completo, tipo de sangre, alergia a algún medicamento, todo eso.
-Acá tiene - dije después de completar la ficha.
-Muy bien-dijo la señora agarrando la hoja y mirándola, escribió algo en ella y después me la entrego-Vas por ese pasillo y toquen la última puerta, te hará un examen de sangre, después el doctor te dirá los resultado-dijo la señora y sonrió a media.
-Está bien, gracias-susurré y comencé a caminar junto con Dulce por el pasillo hacia la puerta.
Dulce toco la puerta y después de unos segundos un hombre de pelo castaño y bata blanca abrió la puerta.
-¿Si?-pregunto mirándonos.
-Tengo que hacerme una prueba de sangre-dije y le entregue el papelito que la secretaria me había dado.
El leyó el papel y su ceño se frunció.
Levanto la mirada hacia mí pero yo la esquive viendo al suelo.
-Está bien pasa-dijo y me hizo entrar, Dulce se quedó afuera ya que a ella las agujas le dan impresión al igual que la sangre, que debilucha era.
-Siéntate en la silla y remángate la remera-pidió el doctor y se dio la vuelta para buscar algo en una mesa de acero, hice lo que me pidió y acomode.
El doctor se dio la vuelta mientras se ponía unos guantes, metió las manos en los bolsillo y saco una jeringa con una aguja, saco la tapita de plástico y se acercó a mí.
Con una banda elástica ato mi bíceps y después froto algodón con alcohol sobre mi parte interna del codo.
Acerco la aguja y después sentí un ligero pinchazo y la sangre comenzaba a acumularse en la jeringa.
-Listo-dijo el doctor extrayendo la aguja.
Me puso algodón y después un pedazo de cinta blanca par que se quede en su lugar.
-Vaya a donde la sala de espera, dentro de poco le entregare el resultado-dijo señalándome la puerta.
Me puse de pie salí de ese pequeño lugar que parecía un laboratorio.

(...)


La espera duro más de 15 minutos y con Dulce esperamos algo nerviosas los análisis como dijo el doctor en la sala de espera, algunas personas también estaban esperando en la sala.
Justo sentada frente nuestro estaba un mujer de unos 35 años pelo rojizo con un pequeño bebe en brazos.
Mi atención estaba en ellos dos, como la mujer comenzaba a mecerse en la silla tratando de dormir al bebe.
Me imagine o trate de imaginarme en esa situación, yo meciendo a mi bebe, tratando de hacerlo dormir o a Alfonso con él bebe en brazos, jugando o durmiendo juntos en su cama.
Pero si los análisis que me había echo decían que no estaba embarazada, que el test que me hice me dio un falso positivo, que no tenía a un pequeño Alfonso Herrera en mí, ¿cómo sería mi reacción? sentiría ¿alivio, tristeza, frustración? No sé.
Un suave golpe en mi antebrazo me saco de mis pensamientos, era Dulce la que me había tocado.
-Señorita Puente ¿está bien?-pregunto el doctor a mi lado, me asuste y gire la cabeza en su dirección. El doctor llevaba en sus manos unos papeles que no pude saber que era pero me imaginaba que serían mis estudios.
-Si, lo siento, me distraje-dije poniéndome de pie.
-Está bien, síganme-dijo y comenzó a caminar hacia una puerta de madera.
El abrió la puerta y nos dejó pasar, en ella había una camilla en el medio del salón y un aparato a su lado, la habitación no era tan grande ni tan chiquita.
El entro después de Dulce y cerró la puerta.
-Muy bien señorita Puente, acá tengo sus análisis de sangre, ¿usted pidió un test de embarazo?-pregunto levantando la vista de las hojas.
Yo asentí y trague con fuerza.
-Está bien-dijo volviendo a la hojas y después a mí-La felicito señorita Puente, va a ser mamá-dijo con una media sonrisa.
No sabía que contestar, no sabía cómo reaccionar o que hacer, solo me quede hay parada mirando a el doctor.
-¿Bueno le gustaría que haga ramos una ecografía para ver que tal esta en bebe?-pregunto y yo asentí.
Las palabras no me salían de la boca-Esta bien, acuéstese en la camilla, levántese la remera y espere, ahora vendrá la doctora-dijo y salió de la habitación.
Me saque la chaqueta y me acosté en la camilla, levante mi remera hasta mis senos.
Ni Dulce ni yo dijo alguna palabra, ningún sonido o nos miramos si quiera, no sabía cómo reaccionar ahora, ya estaba confirmado, en los próximos 9 meses tendría un bebe, mi bebe, el de Alfonso y mío.
Una doctora rubia apareció y se quedó mirándonos.
-Soy Lara-dijo acercándose, estiro la mano en forma de saludo y yo la acepte igual que Dulce-¿Esto. Esto es producto de...-la doctora no termino la frase, pero yo capte el mensaje.
-No..no..no fue producto de un violación tranquila-dije y medio sonreí.
La doctora suspiro como aliviada.
Agarro una botella con un gel azul y puso un poco en mi vientre.
-Esta frio-suspire, ella sonrió y después prendió el monitor, agarro la manija y lo asomo a mi vientre.
-Bueno veamos que tal esta-dijo y comenzó a moverlo por todo mi vientre, en el monitor se veía algo negro y blanco, después algo chiquito y redondo.
-Ahí esta-dijo señalando ese ser tan pequeño.
Mis ojos se humedecieron al verlo, Dios era tan chiquito y frágil, no pude aguantarlo y solté las lágrimas acumuladas en mis ojos.
-Mire, mamá...tu bebe-susurro Dulce en mi oreja y sonreí mirando al monitor.
-¿Les gustaría una foto?-pregunto la doctora pero no le conteste.
-Si por favor-respondió Dulce.
Yo seguí mirando a mi bebe, era algo pequeño y hermoso.
La doctora apretó algo en el monitor después se escuchó un ruido y luego, el monitos quedo en negro, haciendo desaparecer a mi bebe.
-Todavía es muy chiquito y no se sabe muy bien que es, pero está creciendo bien, a los tres meses se podrá saber el sexo-dijo la doctora, poniendo la manija en su lugar.
Me dio un poco de papel para poder limpiarme y después me dio me dejo ponerme de pie.
me limpie y acomode mi remera junto con mi chaqueta.
-Aquí tiene-dijo ella dándome un sobre con color marrón.
Lo agarre y le di a la doctora una media sonrisa.
Aun sentía las mejillas húmedas así que las limpie con mi mano.
-Felicidades y seguro que el padre debe estar muy contento-dijo la doctora saliendo de la habitación.
Sin tan solo supiera, pensé.
Abrí el sobre y allí dentro estaban mis estudios y en una esquinita estaba la foto de la ecografía.
La agarre y la saque del sobre, se veía muy bien a mi bebe, y la alegría me inundo así que no pude no evitar sonreír.
-Mira-le dije llorando a Dulce mostrándole la foto.
Ella sonrió y la agarro.
-Mi sobrinito tan lindo-dijo ella mirando con ternura la foto, levanto la vista de ella y me abrazo.
-¿Lista para irnos?-pregunto después de abrazarme, agarre la foto y la guarde nuevamente en el sobre, después guarde el sobre en mi morral y asentí mientras limpiaba mi húmeda mejilla.

(...)


Dul se fue a su casa y yo a la mía, antes de irnos me dieron algunos folletos donde decía que vitaminas tomar y que cosas hacer o no hacer.
Guarde todo eso en mi morral para que nadie lo viera.
Entre a mi casa y en ella había un silencio casi como de película de terror.
-Mamá llegue-grite cuando cerré la puerta tras de sí.
Escuche tacones aproximando y después mi madre apareció en mi campo visual y con un sobre en la mano, no le iba a contar sobre el embarazo, aun no, debía hablar con Alfonso primero.
-Mama sé que estas-mi frase quedo incompleta y en su lugar mi madre me pego una cachetada.
-Eres un zorra-dijo con mucha rabia y asco.
Gire mi cabeza para mirarla pero no comprendía de que estaba hablando.
-¿Mama que te sucede?-grite alterada.
-Eres una fácil, una zorra, nunca pensé eso de ti, venderte por una notas, eso solo lo haría una puta-dijo ofendida.
¿Puta?
Ella ya sabía de Alfonso pero ¿que tenía que ver las notas de Alfonso?.
-Mamá no entiendo de que estas diciendo-dije ya algo nerviosa.
-No entiendes. Estonces, explícame esto-dijo estirando el sobre en mi dirección.
La mira a ella y después agarre el sobre, lo abrí y en ella estaba fotos mías y de Alfonso de ayer, cuando estábamos en la librería y paseando en el ciudad.
-Mama puedo explicártelo-dije mirándola, en su cara se notaba en odio.
-No quiero escucharte, eres una fácil y solo por las notas, no quiero verte, pero esto no se queda así-dijo y salió hacia su estudio.
La seguí pero me cerró la puerta en la cara.
-MAMA DEJA QUE TE EXPLIQUE,NO ES LO QUE PARECE-grite pero nada se escuchó, las lágrimas salían de mis ojos.
Dios esto era malo, me di la vuelta y me apoye en la puerta, llave mis manos a mi vientre y trate de calmarme.
Tenía miedo ¿qué hará mi madre?

Mi Alumna Favorita (AyA Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora