Capítulo 30

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Cuando estuve dentro de la habitación no pude aguantar ni un solo segundo sin llorar, ver a Heeseung en ese estado me partía el alma en mil pedazos, quería estar yo en su posición, porque él no se merecía esto, él no merecía nada malo. Me acerqué lentamente hacia donde estaba él y tomé la pequeña silla que estaba al lado de la camilla, sentándome en esta.

Admiré al chico rubio por unos segundos y tomé su mano con delicadeza, recibiendo un escalofrío cuando sentí lo fría que estaba, en comparación a la temperatura de mi cuerpo. Mis lágrimas comenzaron a salir con más desesperación, ni siquiera podía hablar, me sentía como una idiota y además, no creo que Heeseung quisiera escuchar mi voz.

Intenté decir algo mientras sentía mis labios temblar sin freno alguno, pero mi voz no salió, en cambio, el nudo de mi garganta se intensificó, comencé a hacer caricias en su mano y apreté mis labios. Todavía me parecía irreal la situación.

Él había dicho que hablaríamos cuando nos calmaramos, pero veo que él no quería volver a hablar. Tomó otro camino, uno mucho peor. Entonces, ¿Era tan complicado hablar conmigo?

Pues claro que lo era, lo único que hacía era culparlo por todo y decirle que cambiaría cuando sabía que no era fácil hacerlo y que no lo haría de un día para otro, todo el tiempo le hacía daño, incluso cuando no discutíamos.

"Lo siento" Solté inconscientemente mientras me ahogaba con mis propias lágrimas. "Tienes que despertar, Heeseung, por favor" Esta vez, supliqué recostando mi cabeza sobre su brazo, llenando este con mis lágrimas. "Toma como inspiración que luego de que despiertes y estés bien no me volverás a ver, te dejaré ser feliz" Susurré sobre la piel de su brazo con mis labios temblando.

Levanté mi cabeza contemplando la imagen frente a mí y aún me seguía pareciendo irreal, ¿Cómo había podido llegar tan lejos? Solo quería saber que pasaba por su cabeza cuando hizo eso, sabía que le hacía daño, pero no pensé que podría llegar a este punto. En estos momentos realmente me odiaba y merecía su odio y el de todos los demás.

Seguí haciendo caricias en su mano esperando a que él respondiera aunque sabía que no pasaría.

Lo único que anhelaba era estar entre sus brazos sintiéndome segura, quería sentir como con su cuerpo transmitía calor al mío, quería volver a sentirme bien, quería sentirme amada por él otra vez, quería mirar sus ojos y perderme en estos, pero él ni siquiera podía abrirlos.

"Lo siento mucho, Heeseung" Volví a hablar, pero esta vez con mi voz entrecortada gracias a mi llanto. "En verdad no sabes cuánto lo siento, todo este tiempo he sido una inmadura de mierda que no sabía lo que hacía y ahora por mi culpa estás aquí, cuando tú no deberías sufrir por alguien como yo" Mi lágrimas seguían saliendo sin parar complicando mi habla. "Heeseung, tienes que despertar, por favor" Repetí otra vez, sintiéndome inútil ya que decir eso no haría que se despertara de repente.

Estuve unos minutos sin decir nada, desesperándome por lo fuerte que era el silencio aquí dentro, lo único que llenaba la sala era el sonido del extraño líquido que iba a su brazo cayendo, solo quería escuchar su voz, era lo único que me reconfortaba cuando estaba mal y ahora no podía escuchar ni siquiera un quejido o algún sonido procedente de su boca.

"Iré a buscar a Jake, tal vez estés mejor si escuchas su voz" Susurré apenada, sintiéndome tonta ya que lo decía como si se pudiera ir, pero él no se iría a ningún lugar, no podía hacerlo. Dejé un pequeño beso en su mano fría y salí de la habitación lentamente.

Cuando ví el gran pasillo que tenía que recorrer de vuelta, un escalofrío se apoderó de mi cuerpo, haciéndome sentir extraña. Caminé lentamente por estos, volviendo a llorar desesperadamente.

It's always you  "Lee Heeseung„Donde viven las historias. Descúbrelo ahora