It's always you "Lee Heeseung„

Capítulo 21

"Necesito hablar con mi mamá, así que si me lo permites, voy a pasar" Intenté entrar, pero con su brazo me detuvo y me empujó hacia atrás, en respuesta rodé los ojos y solté un suspiro pesado.

"No, yo no quiero que pases" Él soltó con amargura en su voz y yo levanté ambas cejas, mientras dirigía mi mirada al piso.

"Mira, esta tarde le dije que iba a hablar con ella y es lo que pienso hacer" Lo miré con disgusto y él no contestó nada. "Si no quieres que pase tráela, me tratan como si fuera un puto asesino o algo por el estilo" Estaba comenzando a alzar la voz porque la ira me estaba invadiendo.

"Si te tratamos como un asesino es porque te creemos capaz de todo, Heeseung, luego de todo lo que has hecho ni siquiera puedo confiar un poco en ti" Al escuchar salir eso de la boca de mi propio padre me dolió el pecho, pero no estaba sorprendido, ese fue el trato que me llevé los últimos años que estuve en esa casa, todo por intentar ayudarlos trayendo un poco de dinero a la casa. Aunque luego de mi partida lograron tener bastante dinero y era evidente que eso era lo único que les importaba.

"Si fuera un asesino, ustedes dos no estarían en tierra firme ahora, estarían en una puta tumba, créeme" Le grité y me di la vuelta para dirigirme a casa, ya ni iba a intentar perder más tiempo en eso. Durante el camino sentí como las lágrimas invadían mis rostro, así que desvíe mi camino y entré a la discoteca a la que siempre iba con Jake.

Cuando llegué me dirigí directo a la barra y pedí una cerveza, sabía que me pasaría de tragos, pero a este punto de mi vida ya me daba igual todo, realmente no tenía nada importante o por lo cual preocuparme de mi salud. Sentí como alguien se ponía a mi lado recostando su codo derecho en la mesa, al sentir una mano en mi brazo y una voz volteé mi mirada.

"Hola, guapo" Era una chica que no conocía, ignoré su saludo y moví mi brazo para dejar de sentir su tacto sobre mi piel. "Parece que alguien está teniendo una mala noche" Volvió a insistir poniendo su cuerpo sobre mi espalda, pasando sus manos encima de mis hombros hasta llegar a mis brazos y comenzar a acariciar estos. "Yo te puedo ayudar" Susurró en mi oído y aunque por un momento pensé en llegar a más con ella, la terminé apartando de mi cuerpo y me levanté de la silla en la que me encontraba.

"No quiero nada, no vine para esas cosas" Hablé por última vez y me iba a dirigir al baño, hasta que ví a varios chicos sentados en una mesa drogándose, siempre estaban ahí, pero está vez sentía la necesidad de unirme a ellos, por una vez que lo hiciera no pasaría nada. Me acerqué a ellos y todos dirigieron su mirada hacia mí. "¿Se puede?" Pregunté con una sonrisa de lado en mi cara mientras señalaba la mesa.

"Heeseung, hermano" Entonces moví mi mirada hacia el lugar proveniente de esa voz y ví a Jay, no lo había visto antes así que me sorprendí un poco. "Ven aquí, claro que puedes unirte" En su actitud se notaba que estaba drogado, pero aún así me acerqué.

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Me desperté y rápidamente me senté en la cama en la que me encontraba, me mareé al instante, así que sostuve mi cabeza entre mis dos manos. Joder, más nunca iría a una discoteca solo en situaciones como estas. Analicé un poco el lugar y entonces reconocí esa habitación, era en la que menos deseaba estar. Al instante me levanté de la cama y me dirigí al baño, ya que sentía dolor en mi cara, cuando dirigí mi mirada al espejo entendí todo cuando ví un moretón en mi ojo y mi labio roto. Salí de ahí y cuando iba a salir de la habitación, abrieron la puerta desde afuera.

"Veo que ya estás despierto" Dijo Eunji evitando mi mirada, pero claramente pude notar su cara pálida, tenía ojeras gigantes en sus ojos y estos también estaban hinchados, ya me imaginaba la situación.

"Ajá, ya me voy" Respondí con indiferencia y salí de su habitación, pero sentí una fuerza en mi muñeca.

"Espera, Heeseung" Ella habló y yo me volteé a verla, no era lo suficientemente orgulloso como para ignorarla, al menos con ella nunca lo había sido. "Ayer..." Se quedó en silencio y yo me quedé esperando pacientemente, al ver que seguía tomando mi muñeca hice un movimiento y dejé que mi brazo cayera a un lado de mi cuerpo. "¿Te drogaste?" Ella por fin habló y yo sentí como mi corazón se aceleró gracias a la pregunta.