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Aida G.
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Después de dos semanas agotadoras con todo esto del reencuentro padre e hijo yo estaba apunto de colapsar.
Creí que Aidan al tener que asumir una nueva responsabilidad como padre saldría huyendo y me dejaría en paz junto a mi hijo, pero ocurrió todo lo contrario. Como tanto temía, Aidan se enamoró de mi hijo, estaba loco por él.
Y como no sí era idéntico, aunque le sugerí una prueba de ADN con la idea de asustarlo y para que huyera por la duda de que tal vez no sea su hijo, el se negó y con toda razón. Denis era idéntico a él, tanto física como mentalmente. Ambos eran dos gotas de agua, cuando mi hijo se ponía las gafas para leer o hacer la tarea y Aidan lo hacía para checar su computadora no había como pensar que no eran padre e hijo.
La misma actitud, las mismas muecas, lo mismo todo, ellos eran iguales.
Justo ahora que salí a tomar un café con una amiga aprovechando que mi hijo está en el colegio y Aidan se quedó en mi casa con la promesa de recogerlo. Porque sí, el está quedándose en mi casa.
- Bueno hay que ponernos al día, necesito saberlo todo de la llegada de él - exclamó mi amiga llamando la atención de las mesas a nuestros al rededores.
- Camille basta, dios suficiente tengo con que todo mi vecindario quiera saber de mí jodida vida como para que ahora tu también lo hagas - murmuré cubriendo mi cara agobiada.
- Pues tus vecinos son unos chismosos, yo soy tu mejor amiga y la tía/ madrina de Denis así que necesito saberlo todo, si no no podré ayudarte - la escuché hablar y quite mis manos de mi rostro - ¿Como te encontró? - pregunto más seria.
Ella tenía razón, desde que supe que estaba embarazada fue ella la única persona a la que realmente pude llamar familia, Camille merecía saber.
- Le escribí una carta - susurré y abrió la boca sorprendida.
- ¿Qué?! No puedo creerlo, que acaso no juraste nunca buscarlo ¿Por qué lo hiciste?.
- Porque Denis quería conocerlo, el es un niño muy listo y ya estaba para creerme eso de que su padre volvería algún día - hice una ligera pausa - juro que pensé que ni siquiera le llegaría la carta. Esa era la idea, recibiría la carta y el la iba a ignorar así yo quedaría libre de culpa si en algún momento Denis me reclamaba el no conocer a su padre... Han pasado años y yo apostaba que había cambiado de dirección o algo, incluso en la carta le escribí explícitamente que porfavor no volviera a perturbar mi paz o la de mi hijo, no pensé que volvería ni... Era una locura ¿Quien volvería por una bailarina que conoció hace años que dice tener un hijo tuyo? - pregunté desesperada.
- Pues al parecer él - murmuró.
- Camille no ayudas - solte un suspiro pesado - no puedo creer como hace dos semanas se apareció en mi puerta diciendo que quería conocer a Denis, porque no pudo ser una mierda de hombre como todos y simplemente ignorar su paternidad - bufé frustrada.
Y Camille río sin gracia - ¿Te estás escuchando? - su rostro estaba completamente serio - el padre de tu hijo el cual apenas se acaba de enterar que es padre vino hasta aquí, está queriendo recuperar el tiempo con su hijo y Denis por lo visto ya lo ama, el pequeño tendrá la oportunidad de crecer con un padre al cual le importa su bienestar y parece ser un buen hombre, pero tu solo te estás quejando de que el respondió a tu carta como un verdadero hombre y trata de ser un padre para Denis - me quede callada - dios mujer, estás loca!!.
