Hechizadas [Terminada]

Inicio.

Maléfica encendió el foco de su tocador y se sentó en el taburete frente a ella. Eran las 6 am. Apenas amanecía. Sentada a punto de maquillarse tomó una caja y sacó la ultima carta de Regina Mills, aquella en la que le contaba que habia conocido a alguien y que pronto se casaría. 

Suspiró,  pasó las yemas delicadamente sobre el sello del sobre;  una R cursiva de color rojo con cera, sellaba aquella nota. La volvió a abrir esperando que el contenido de la carta fuera diferente: 

" Querida Maleficent....Sé que llevamos un tiempo sin hablarnos. Te extraño mucho en el pueblo. No es lo mismo sin ti y escribo esta carta para contarte algo hermoso.

Como sabes, yo comparto la custodia de Henry con Emma y soy feliz con eso. La señorita Swan y yo nos hemos hecho muy cercanas tanto que nos dimos un beso. Ahora, estamos juntas, somos felices y deseamos casarnos. Sé que no la conoces en persona, pero te aseguro que es la indicada. Tenias razón amiga, tarde o temprano encontraria el amor.

Espero que tu hija y tú se encuentren bien, besos Regina Mills."

Esa fue la carta que la llenó de dudas. No podía permitir que la chica de sus sueños desposara a otra persona. Soltó una lágrima de tristeza e impotencia, sus dedos se hicieron puños y en un arrebato quemó el papel

―Ya quiero yo, comprobar que es la indicada para ti. – Se dijo mirando su reflejo en el espejo. -"Volveré para demostrarte que estas equivocada". – Con eso en mente empacó sus cosas para viajar de vuelta a Storybrooke a su lado se unió Lilith deseosa de unas vacaciones en el pintoresco pueblo.

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Lilith descendió de la camioneta con una maleta en mano. Estiró los pies y bajó a su mascota. Estaba en la vieja casa de sus abuelos. Hace 10 años que no estaba ahí. La casa ahora estaba deshabitada, pero se conservaba en buenas condiciones

―Sólo hay que limpiar un poco.- Dijo Maléfica guardando las llaves del auto en su chaqueta. Tomó su bolsa y recorrió las peñas escaleras del porche. -La habitación principal es mía y tu puedes escoger alguna de las otras Lilith.

―Entendido. – Respondió la chica.

Afueradel vecindario se encontraba paseando Snow White con la carriola de su hijo.Así, la mujer se dio cuenta de que una amenaza llegaba al pueblo. No pasaron ni  tres días hasta que la información se difundió.