Sospechoso

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Maléfica estaba en la habitación de invitados. Ahora, toda su vida comenzaba a tornarse rara. No recordaba la última vez que se quedó pensando hasta altas horas de la noche.  Se preguntaba por qué aún conservaba el tatuaje del amor verdadero. En estos momentos no entendía nada de la magia. Se aferró a la almohada y comenzó a desahogarse, llorando y sollozando un poco.

―¿Por qué? ¿Por qué tenía que enamorarme de ella?... -Apretó sus nudillos fuertemente a la almohada.  Estaba triste y resentida.  Le venía a la mente el puñetazo que le metió a Swan. ―Te hubiera golpeado más fuerte.

Extrañaba la comodidad de su cama. El calor de Zelena, su risa. Estaban a unos cuantos metros, pero no se hacía a la idea de perder todo de golpe. Una vez con Stefan sintió esta clase de dolor, pero ahora todo era tan fuerte que la sobrepasaba.

No podía hundirse en el dolor, quedarse observando era poco sensato se sentía como un conductor, presenciando un choque. Solo una espectadora del desastre que otro había causado.
―No me arrepiento de nada. Volvería a impedir la boda con tal de conocerte. – Susurró apartando sus ojos de la almohada.
Ahora estaba derrotada.

Zelena fumaba un  cigarrillo en la habitación principal.  Miraba a la nada mientras sostenía el humo, pensando. Su vida siempre había sido un desastre, pero con Mal las cosas parecían tener sentido.  Ella se había convertido en su motor, su compañera y amiga.

Una parte de ella no quería irse.  En Maléfica y Lilith había encontrado un hogar.

―Mañana atraparé a quien nos encerró. - se dijo a si misma. ―Pero, debo saber que siento cuando no estoy hechizada respecto a ti.

Pasaron las horas y llegó el amanecer. Lilith despertó temprano y preparó el desayuno para todas. Era lo menos que podía hacer

―Sé que debemos atrapar a quien intentó lastimarnos, pero yo no quiero jugar a ser detective.  – Dijo retirando unos hot cakes de la estufa. Llevaba un pequeño mandil rosa y un gorro de chef. ―Le dejaré ese trabajo a los adultos.

Mal se acercó a la cocina y llevó los platos hasta la mesa

―Parece que seremos tu y yo… -Miró a Zelena.

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Estaban en la biblioteca de Maléfica..

―He pensado que… debemos inspeccionar el salón en donde nos encerraron.

―Emma ya se nos adelantó.  Y no encontró nada. – Dijo Zelena mirando un video que mostraba el salón de fiestas impecable. ―Nuestro captor no dejó ni una huella.

―Alguien debió actuar sospechoso. 

―Los habitantes son buenas personas. – No quedan sospechosos. -Explicó la pelirroja

―¿Qué hay de Hades? . – Lo último que escuché fue su voz. – Explicó Maléfica

―¿Por que lo haría? . – Preguntó Zelena

 ―Porque no le agradábamos.

Zelena se puso a pensar en aquella vez que fueron a verlo.

Estaban en el inframundo… En una ciudad parecida a Storybrooke, pero desolada. Zelena pidió hablar con su madre y él le permitió hacerlo, pero él seguía  mostrando interés en ella.  Como era de suponer Zelena lo rechazó y este le advirtió

"Tarde o temprano lo suyo acabará. Y volverás rogando hacia mi. Te lo aseguro.

Hades parecía muy confiado…  Observó las almas de su caldero dar vueltas. Deseoso de que el alma de Maléfica fuera común como las otras.

Maléfica estaba de brazos cruzados a unos pasos de ellos. Se mantenía escuchando. Había prometido no hacer un escándalo y se había comportado de la forma más diplomática posible.

Pasaron unas horas y Hades se propuso visitar al auténtico Storybrooke.

 ―Es hora de que vea a un viejo amigo. – Se dijo en medio de la oscuridad.

Hallaría la forma de separar a Zelena de Malefica.

 ―Así que… ¿lo viste con tus propios ojos?. – Dijo la voz de Rumple entre las sombras

 ―Sea quien sea… se divierte con ellas usandolas como marionetas… Creen que están enamoradas. – Lo miró seriamente

 ―Yo no soy quien para romper la ilusión.

 ―Quiero que esto acabe ya.. No me agradan juntas.  Las llamas de su cabello empezaron a crecer, demostrando su furia

 ―Tengo el presentimiento de que volverán a reunirse… Son muy afines.

 ―Quiero que lances humo en la fiesta de Regina. Un gas letal que mate a Maléfica.  Si Zelena no es mía. No será de nadie.

 ―¿Y por qué lo haria? Yo soy inmortal. – Dijo Rumple seguro

 ―Tu amada. No lo es…  El amor es debilidad, querido. Aprendelo de una buena vez.

 ―De acuerdo… pero si no funciona no es mi problema.

 ―Funcionará te lo aseguro.

 Fin del flashback

Maléfica tenía la certeza de que había sido Hades.

 ―¿Estás segura de que oíste su voz?, ¿Por qué yo no oi nada?. – Preguntó Zelena

 ―Él quiso que solo yo lo escuchara… quería herirme y que supiera que fue él. – Es brillante y vengativo… Lo admiro, pero prefiero que no me asesine.

 ―Puedo hablar con él y…

 ―No. Es exactamente lo que él quiere… Algo me dice que tendrá una trampa para ti también .

Estar juntas había provocado la furia de Hades el rey del inframundo. Ahora, nadie estaba a salvo.

 

Hechizadas [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora