7. Monstruos escondidos ⭐

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~ Tan solo con palabras, se puede destruir un mundo de sueños creados

Dashiel

Miro a través de la ventana llena de rendijas que tiene vista hacia el jardín. Jardín totalmente muerto y gris, rio irónicamente, en su lugar enredaderas salvajes crecen subiendo los muros del palacio sin dejarlo a la vista.

He pasado gran parte del día aquí y siento que me estoy asfixiando, no me gusta este lugar, me hace sentir inerte, es como si mi verdadero espíritu se marchará para darle paso a ese vacío que llena a cada una de las personas que habita en este sitio.

Hace dos días que no he ido a encontrarme con Ilaria a como me estaba acostumbrando a hacer con el pasar de las semanas, y sé perfectamente la razón.

Yo lo ví. Ví como de un momento a otro su cabello cambió rádicalmente, en un instante se había convertido en otro de una totalidad casi blanquecina y sumamente largo, y eso no es normal.

A lo mejor no tengo los conocimientos que muchos de los habitantes de Gantrick poseen sobre este lugar y sus orígenes, pero no soy estúpido. No es producto del cansancio o de mi imaginación como trató de convencerme Ilaria al momento de confrontarla, yo estoy seguro de lo que ví.

De un momento a otro viene a mi mente un recuerdo de muchos años antes.

Soy yo de pequeño jugando con mi madre a las escondidas en el jardín posterior del castillo, ese que da a los oscuros calabozos del reino.

Una voz me llamaba. Decía mi nombre de una manera sumante dulce y atrayente para un niño de seis años. Corrí hasta donde creía que provenía la voz, buscando a la mujer que con su voz me hablaba, solo que no había nadie. Oscuridad era lo único que lograba ver asustandome por completo.

De un momento a otro había aparecido una persona pero no lograba distinguir quien era, su cabello negro caía sobre su rostro dejando a la vista solo su macabra sonrisa y me mostraba sus manos cubiertas de una gran cantidad de lo que al parecer era sangre, y entonces llevó su dedo índice a su boca en un gesto de que hiciera silencio para luego señalar hacia la izquiera de donde se escuchaba que alguien venía. Callé y no dije nada, lo último que supe era que mamá me sacaba de ese tenebroso lugar en sus brazos.

- Dashiel mirame y escucha lo que voy a decirte - tomaba mi rostro con ambas manos - Nunca pero nunca confíes en nadie de este lugar. Aunque te resulte hermoso o atrayente, no vayas. Ellos se esconden cariño, se ocultan detrás de una hermosa envoltura pero no lo son, ellos son malos y te arrastrarán a su oscuridad.

En sus hombros se posaron unas manos enfundadas en guantes negros y subí la vista para poder ver desde mi corta estatura.

Mi padre se encontraba detrás de ella, solo que en lugar de su rostro solo podía ver la misma tétrica sonrisa que había visto en el ser oscuro de antes.

El recuerdo se esfuma rápidamente antes de que pueda ahondar más en el, dejándome con una sensación extraña y de dolor en el pecho, me llevo una mano a el mientras respiro pausadamente para que logré pasar. Es muy extraño que logre recordar cosas de tiempos pasados.

Me dirijo hacia la puerta de la habitación para salir de ella, y empiezo a caminar por el largo pero vacío pasillo en el cual se encuentra la habitacion de mamá y la mía, como la oficina de mi progenitor, o mejor dicho, el rey.

ILARIA [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora