14. Familia Dumont ⭐

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~ Quién humilla para poder demostrar su poder, revela su propia miseria.

Dashiel

Casarme. Ahora si se volvio loco.

Por Dios, no quiero casarme, y mucho menos con una señorita que sólo he visto un par de veces en algunas visitias. Puede ser mi padre, y pudo haberme amedrentado durante casi toda mi vida pero en esto no voy a ceder.

No quiero unir mi vida al lado de una persona solo por cumplir las expectativas de él, aunque esto sea lo único que siempre he buscado desde que era un niño. Ya no más.

Salimos del comedor de forma rápida siguiendo a mi madre que se dirige con sigilo hacia uno de los salones del castillo. Fue una sorpresa mucho mayor para mí ver que fue ella quien se levantó a defenderme, son muy pocas las veces que lo ha hecho, en su mayoría solo decide callar y hacer como si nada hubiera pasado. Pero está vez fue diferente, realmente me sentí apoyado por esa mujer que me cuidaba con esmero y dedicación cuando aún era un pequeño.

Por otro lado del problema está Ilaria. Pude ver la confusión en sus ojos al escuchar la noticia de mi presunta boda. No somos pareja ni nada por el estilo, pero estoy seguro de que hay algo. Se ha creado una conexión muy profunda en lo que llevamos de conocernos, y puedo sentir como mi corazón salta cada vez que estoy junto a ella. Por esa razón estoy mucho más seguro de que no haré caso al rey en esto.

- ¿Se puede saber por qué recriminan mis órdenes? - su voz llena de ira cala en el lugar - Si yo dicto una orden se cumple, así de fácil. Si digo que te vas a casar lo vas hacer con quién yo disponga para tí.

Niego enseguida con la cabeza mientras me preparo para enfrentar al hombre que se hace llamar mi padre pero que de eso tiene muy poco.

- No voy a casarme con esa mujer, ya te lo dije antes. No sé que es lo que planeas pero no estoy dispuesto a permitir que manejes mi vida de esa forma - siento como la valentía invade mi cuerpo al pronunciar mi firme decisión.

- ¿De qué vida hablas si eres un inútil bueno para nada? - suelta la típica frase que me ha repetido desde hace años pero que siempre tiene el mismo impacto en mí.

Si mirada se cruza con la mía y parece tratar de relajarse, intento inútil de su parte porque parece que siempre está a punto de estallar.

- Solo necesito que te cases ¿sí? Hazme sentir que por lo menos eres capaz de obedecer en algo tan simple.

- ¡¿Por qué diablos quieres que haga eso?! - pregunto lleno de exasperación - Tú ya eres el rey, y por lo visto no vas a morir ni mucho menos estás enfermo ¿Qué es lo que realmente quieres?

- Lo que pasa es que tu padre no... - el intento de hablar de mi madre queda a medias por el grito que sale del hombre frente a mí.

- ¡Cállate Amelia! No necesito que digas nada, actúa como un maldito fantasma como siempre lo has hecho y no te metas en esto.

La misma sensación de gritos, peleas y reclamos vuelve a invadirme después de mucho tiempo.

- ¡No voy a callarme! - mi madre se oye fuerte y con una decisión indestructible, cosa que nunca había visto - Mi hijo no va a casarse con esa mujer, no voy a permitir que cometa los mismos errores que yo casándose con alguien que ni siquiera ama.

- ¿De qué hablas Amelia? - su voz adquiere un tono burlón mientras que yo miro toda la escena sin inmutar palabra - Cualquiera que te escuche pensará que te obligaron a casarte conmigo, cuando sabes muy bien que no fue así.

ILARIA [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora