9. Rencor en un corazón herido ⭐

16 5 9
                                    


Dashiel

La veo irse corriendo rápidamente en dirección a la Villa, mientras mi cabeza esta hecha un lío. Hace pocos minutos pude escuchar su historia, y todavía no salgo de mi asombro.

Bruja. Ilaria es hija de una de las tantas mujeres acusadas de brujería que fueron asesinadas por la corona de Gantrick. La leyenda de la quema de hogueras es algo muy conocido por aquí, aunque realmente nunca se pudó saber a ciencia cierta si todos los rumores que se han mantenido con el tiempo eran verdad.

La pude ver a ella por un momento tan vulnerable que lo único que logré hacer fue refugiarla en mis brazos queriendo hacerla sentir segura. Seguridad que se fue al caño hasta hace solo unos instantes.

Regreso a la realidad, al tiempo que maquino con rápidez que puedo hacer para resolver todo esto. Ilaria estaba realmente asustada, pero lo más grave de todo es que nunca logró decirme el nombre de esa persona. Esa persona que le ha quitado todo y la ha reducido a estar escondida como si ella fuera una delincuente.

Y ahora estaba esto, un centenar de soldados dirigiendose hacia donde vive Ilaria. Algo que tampoco logro entender es a quién exactemente busca mi padre, pero no puedo dejar que le hagan daño a ninguna de las personas que viven en ese lugar, porque estoy consciente que sus técnicas por llegar a cumplir las ordenes del rey, son totalmente inhumanas.

Agarro las riendas de Ferox, subiendome con agilidad sobre él y partiendo a toda marcha en rumbo hacia donde escucho el pelotón de soldados, captando a algunos que ya se han empezado a bajar de los animales y empiezan a caminar con sus espadas enfundadas entre sus manos.

Me apresuro a bajarme buscando con mi mirada al consejero del rey, él cual estoy seguro que se encuentra detrás de esta escena. Logro captarlo dando ordenes a una hilera de soldados y cuando estoy a punto de llegar a donde esta, veo correr a los hombres a todo prisa.

- ¡Uriel! - alzo la voz para ser notado bajo el bullicio que se escucha.
Los soldados que hay a mi alrededor al escuchar mi voz, se inclinan en una reverencia postrando una de sus rodillas en el suelo.

- Príncipe Dashiel - expresan todos al unisono, mientras yo les hago una seña para que se pongan en pie.

Uriel me mira con impresión al tiempo que carraspea su garganta y parece querer decir algo, pero me apresuro a interrumpirlo.

- ¿Qué hacen acá? - digo con severidad - Creó que la orden del rey fue de que yo me iba a encargar de registrar este lugar.

Estoy consciente de que Uriel esta acá por las mismas ordenes de padre, pero tengo que ganar tiempo para lograr impedir que entren al lugar frente a nosotros.

- Eso lo sé príncipe, sin embargo quisimos venir a ver si se le ofrecia algo del pelotón.

Veo en su mirada que ni él mismo se cree las sandeces que esta diciendo, pero no puedo negarme a la ayuda sin quedar como un sospechoso escondiendo algo.

- No pasa nada - espeto finalmente.
Antes de que pueda ordenarle algo a mis hombres, veo como las luces de la Villa son encendidas mientras una decena de personas salen asustadas al ver el panorama frente a ellos.

Busco con mi mirada a Ilaria, encontrándola al lado del pequeño Gael, un hombre y una mujer que nos ven con plena desconfianza al tiempo que esta última da un paso hacia al frente alzando la voz.

- ¿Qué es lo que pasa para que vengan a mi hogar a irrumpir a altas horas de la noche? - sus ojos desprenden rabia total al tiempo que se dirige a los hombres armados.

Veo como Ilaria alza al niño y se refugia en los brazos del hombre a su lado con la mirada totalmente asustada, ocasionando que aparte mis ojos de la escena.

ILARIA [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora