Capítulo 3: Impregnado en vino

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Carlos

Charles se dirigió al garaje de Ferrari, al parecer tenían una reunión con Binotto y el equipo en general. Encontró a Carlos conversando con los chicos, su compañero tenía mala cara, él sabía muy bien que su accidente en carrera le había afectado.

-Hola, ¿sabes si nos quedaremos mucho tiempo? Realmente quiero ducharme, estoy pegajoso.

El diminuto grupo lo observó con la nariz arrugada, en señal de disgusto.

-Apestas a alcohol... y no por la celebración.

Charles mostró una cara confundida, mientras sonreía para burlarse un poco:

-No he bebido, estaba esperando me acompañaras a la fiesta para hacerlo juntos.

-Charlie...- susurró el español con cuidado. - estuvisteis con Max, ¿Pasó algo?-

-Ah, sí claro, me felicitó y tal vez ¿amenazó?, dando a entender que la próxima carrera me ganará-

-¿Seguro que solo fue eso? - titubeó un poco- tú apestáis a él-

-Seguro, solo eso... Si percibo un poco de sus feromonas, pero ya sabes como es Max, le encanta esparcirlas para sentirse ¿superior?

-Ay Charles, no es SOLO eso, oléis muchísimo, como si quisiera avisarle a todos que estáis juntos. - El grupito asintió algo incomodos, y dando un paso atrás.

- Oh my god Carlos! Por supuesto que no, solo me ve como un rival al cual vencer, tiene una obsesión con eso, lo conoces, además también huelo así por el vino espumoso de la celebración. - Mencionó mientras sus ojos se abrían con dramatismo, dando a entender que era muy ilógico el pensamiento del español.

Carlos profirió un suspiro, él también era un alfa dominante, su olfato se encontraba desarrollado a la perfección en cuanto se trataba de feromonas y sus intenciones. De hecho le molestaba encontrarse con Verstappen, ese tío siempre esparcía su olor como un aspersor, además de ser agresivo en la pista, lo era en la vida diaria, lo usaba como una señal de alerta, si te acercabas mucho a él podrías asfixiarte, y él lo sentía como un enemigo natural, su instinto reaccionaba ante su altanería y para molestarlo también sacaba sus feromonas, trataba de lograr enseñarle que a él no le podría ganar, esas luchas se extendían hasta que George, un omega dominante, los detenía diciendo que estaban incomodando a todos.

Charles parecía no querer aceptar que Max se estaba comportando extraño, por ejemplo, Checo olía a Verstappen, por la convivencia diaria y su mala costumbre de ser un difusor andante, pero la intención con la que la esencia estaba impregnada en Leclerc, mandaba un mensaje claro "Aléjate de él, es mío." No podía concebir que el neerlandés juagara a esto, su afán por ser el más odiado de la parrilla lo llevaba a cometer estas acciones tan infantiles, solo por molestar a los demás.

Charles

Los dedos largos de Leclerc se movían rítmicamente mientras escuchaba a Binotto, no entendía por qué hablaba de "esa" estrategia para el siguiente premio, le estaba quitando su autoridad como piloto de dar sugerencias, además regañó a Carlos por su descuido en carrera. La molestia crecía cada que él trataba de proveer una opinión del monoplaza y su jefe solo le indicaba lo contrario. Sin ánimos de pelear, se quedó callado el resto de la reunión, deseaba relajarse, tomar un baño y buscar a un omega adorable con el cual tener sexo. Sin embargo, Binotto le comentó que debía quedarse media hora más a checar unas cosas de la telemetría con los ingenieros, "Max no estaba en carrera, por eso ganaste", se lo dejó claro, y la frustración aumentó desde su estómago hasta la cabeza, sintiéndose inferior.

Obsesión | LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora