Capítulo 17: Mutación

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I put a spell on you

Because you're mine

En el Ferrari de Carlos

Mónaco


―NO SEAS RIDÍCULO, BÁJAME, VOY A...―las arcadas se le atoraron en la garganta, ardía, aquella feromona dominante le estaba afectando, siempre le había agradado el olor de Carlos, caoba y sándalo, tan sutil y extravagante que a todos encantaba, no solo la cara del español asemejaba una escultura, su aroma era una mezcla intrigante, sin embargo, en este momento le parecía tan fuerte y desagradable que su cuerpo temblaba presa del pánico.

―Aguanta, estoy a dos cuadras... no vomites mi Ferrari...―condujo como un loco entre las calles repletas de millonarios, no le importó el sonido de los cláxones frenéticos, ni el escándalo que se originaría si los detenía la policía.

Situó el coche en el lujoso estacionamiento del hospital, a la par que Charles abría la puerta y se inclinaba para vaciar el estómago contra el pavimento, Carlos agradeció el hecho que su tapicería se había salvado por unos segundos.

―Amigo, espérame aquí... ya vuelvo. ― le tendió al monegasco un poco de papel, mientras le daba pequeñas palmadas en la espalda, desapareció entre los coches dejándolo solo.

Charles se sostuvo de la manija, le escurrían gruesas gotas por la frente y las convulsiones le recorrían el cuerpo, cuando la esencia de su compañero se alejó, pudo recobrar un poco de fuerza, parecía un ciervo recién nacido, estremecido y asustado, ¿qué le ocurría?, ¿por qué había dicho eso Sainz? ¿Max lo estaría buscando? ¿Debería hablar con Lorenzo?

Los pasos se escucharon por el estacionamiento y se apresuraron a su lado:

―Acá está doctora Rousseau, por favor, recuerde lo que le dije...― Carlos producía una voz angustiada.

―Tome y rocíese esto...― le extendió un aerosol especial para bloquear feromonas, con rapidez se lo aplicó...―Ahora ayúdeme a llevarlo a mi consultorio, entraremos por la puerta exclusiva de personal. ―el cabello caramelo brilló bajo la intensa luz del lugar, el vértigo lograba que viera borroso, después sintió los brazos de Carlos llevarlo casi a arrastras por los pasillos del hospital.

La camilla con sábanas blancas le pareció demasiado dura, el olor a desinfectante le hizo marearse de nuevo y sintió su cabeza dar vueltas a pesar de que no se movía, escuchaba a lo lejos la plática nerviosa:

―Usted conoce al famoso Charles Leclerc, es un alfa común, se lo aseguro... pero huele diferente, siento su feromona y se parece a la de un omega, aunque el olor de Verstappen está impregnado, trató de ocultarlo, algo no está bien, reaccionó a mi esencia dominante, ¿qué le pasó? ¿por qué está así?... ¿Max le hizo esto? ¿Deberíamos hablarle a la policía? ― restregó ambas palmas en el rostro asustado por la situación de su amigo.

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⏰ Última actualización: Jul 22 ⏰

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