Capítulo 3: Terminar lo empezado.

861 69 4
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"La sociedad solo cuida de uno mientras éste resulte rentable"

Simone de Beauvoir

Por unos largos segundos la señora no dijo nada. No esperaba que dijera nada tampoco.

—Supongo que es broma —habló por fin. Me encogí de hombros.

—Ojalá lo fuera. —Suspiré y me acerqué al lavabo para mojarme un poco la cara—. Maté a mi maldito padrastro, si es que se le podía llamar así —digo con asco.

No contestó. Supuse que, si alguien me hubiera dicho una cosa como esa, reaccionaria igual, pero nunca lo sabría.

—Pero ¿y cómo? —sujetó la puerta—, si solo tienes dieciocho años. — Me miró con lástima.

—Él abusaba de mí. —Ella soltó un sonido de horror—. Hoy lo encontré abusando de otra chica, tal vez menor que yo. Ella lloraba y tenía sangre alrededor de las piernas. —Me detuve un momento cuando las imágenes volvieron a repetirse en mi mente—. Agarré un jarrón y le di con él en la cabeza. Luego comenzó a salir mucha sangre. Me asusté y me fui. —Pasé una mano por mi pelo.

—Cielo, al parecer no lo mataste —dijo con voz suave. La miré de inmediato

—¿Qué? —pregunté atónita. Vi toda la sangre saliendo de su cabeza. Él no se movía.

—Los policías me dijeron que te buscaban por intento de asesinato...

—«¡Dios mío!»— y por tráfico de drogas. —«¿Drogas? Bien hecho, mamá».

—¡Él va a matarme! —susurré.

Comencé a caminar por el baño. No tenía el dinero suficiente para escapar del país, y seguro él me encontraría. Era un maldito psicópata.

—¿Tu madre sabe que él te hacía eso? 

Asentí.

—A veces incluso miraba. —Me reí con amargura—. La creí capaz de todo. Sabía que iba a denunciarme, pero no creí que fuera a acusarme de vender droga, porque esa sería la única forma de que la policía me buscara.

Reinando el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora