Sesiones.

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Me aclaré la garganta y traté de mantener un postura que no me hiciera parecer un novata en apuros, acomodé mis gafas con un movimiento seco para continuar mirando directamente a sus ojos.

"No puedo negar ni afirmar nada, solo estoy algo sorprendida de la confianza que
maneja."

Él se rió por lo bajo y me sentí como si quien fuera a ser analizada era yo, di una mirada a la ventana de mi despacho, los hombres de seguridad estaban ahí listos para intervenir en caso de ser necesario pero no estaban autorizados a estar en la sala debido al secreto profesional.

"Empecemos entonces."

Utilicé un golpe de mi mano para quitar mi cabello de mi hombro, tuve que recordarme que la doctora y la autoridad aquí era yo. Hice algunas preguntas triviales, su edad, de dónde era, quienes eran sus padres y luego indagué un poco de su vida antes del crimen, no necesitaba saber de qué colegio se graduó ni a qué universidad iba cuando pasó lo que pasó, sin embargo el protocolo decía que así debía ser. También me llevé una grata sorpresa al saber que Satoru nunca
había tenido opción de asistir a psicoterapia, recibía medicamento para personas con esquizofrenia pero su diagnóstico inicial era "delirio".

"Bien señor Gojo, muchas gracias por ser sincero conmigo, me dispongo a
comunicarle mis expectativas sobre esta y las próximas sesiones que tendremos."

Me dispuse a enumerar una por una, realmente solo esperaba conseguir pruebas suficiente para reacomodar su diagnóstico y evitar la medicación así que en ese mismo instante mientras tomaba apuntes en la laptop cancelé la administración de estos en su perfil de paciente.

"¿Y qué hay de usted, doctora? ¿No tengo derecho a saber nada de su vida?"

Sus preguntas tenían un tono amenazante y sarcástico, le miré entornando las cejas y nuevamente empujé mis gafas, poniéndolas en su lugar.

"¿Hay algo en específico que quiera saber?"

"¿Está casada?"

No pude evitar soltar una risita, luego volví a mi semblante serio pero amable.

"Disculpe, eso me tomó por sorpresa. No, no estoy casada, Satoru."

Tal vez fue mi imaginación pero sus ojos adquirieron un brillo diferente, casi parecía estar dando saltos de celebración dentro de su cabeza.

"Está bien, eso es todo."

Dijo para levantarse y poner las manos en los bolsillos de su pantalón.

"Supongo que la veré en una semana."

Y con eso dejó el despacho cerrando la puerta tras de él. Mi cronograma decía que todos los lunes a las 3pm estaría en esta oficina hablando con él durante una hora, tendría que acostumbrarme a ello.

-

Las próximas sesiones fueron casi igual, Satoru me habló bastante sobre ese mundo en el que él era un hechicero y me explicó como funcionaban los poderes, el sistema que manejaban, realmente parecía algo digno de una historia para un manga. Sin embargo aún me sentía nerviosa cuando en sus relatos nos acercabamos a la fecha en la que Suguru Geto falleció y él parecía evitarlo. Ambos sabíamos que todavía debíamos tomar un poco más de confianza para tocar el tema, aun así Satoru siempre parecía coquetear conmigo, soltaba frases sarcásticas sobre que yo probablemente pensaba que él estaba más chiflado de lo que parecía y luego halagaba mi físico. Tengo que admitir que a veces me reía de sus ocurrencias y a veces solo podía mirarle incrédula sin decir mucho, la segunda reacción no le gusta mucho.

Su personalidad extrovertida hizo las cosas más fáciles para ambos, sesión con sesión las conversaciones parecían darse en el contexto de dos amigos hablando, aunque Satoru a veces parecía querer decir algo diferente a lo que realmente decía, no podía analizar rastros de mentiras pero si parecía que omitía más cosas de las que debería decir. Fue difícil ganar su confianza, realmente estaba comenzando a encariñarme con él y temía que el momento de hablar de su crimen rompiera el buen vínculo que se estaba creando entre nosotros. Para cuando me di cuenta, había pasado un mes, tendría que abordar ese tema pronto.

𝑃𝑇𝑆𝐷 || 𝐺𝑜𝑗𝑜 𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢 - 𝐽𝐽𝐾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora