Los rayos de luz naranjada y cálida que entraban por el balcón acariciaban mi piel. Hundida en mi sofá miré la bolsa de nachos en mi mano derecha y la salsa de queso cheddar en mi izquierda, luego miré a Copito durmiendo profundamente en su hamaca pegada en la ventana y a Blair acicalandose sobre el tapete de la entrada. Me tomé casi todo mi sábado estudiando y dándole vueltas al asunto que había discutido con el abogado de los Gojo hace dos días, y ya era casi el fin de mi domingo, había desperdiciado mis preciados días de descanso dándole vueltas al asunto.
De una u otra manera sabía que tenía que cooperar con el caso y que lo que yo quisiera no importaba porque mi trabajo era velar por el bienestar de mi paciente, pero seguía pensando en lo que Mei Mei me comentó aquella vez cuando quise cambiar el diagnóstico, no estaba escrito en ninguna parte que que el caso iba a probar la inocencia de Satoru y, además, para probar la negligencia también tendría que expresar mis ganas de cambiar el diagnóstico porque ya estaba escrito en el expediente. Si las cosas no salían bien, probablemente estaría arruinando la vida de Satoru y sus padres arruinarían la mía.
Como si el universo supiera que necesitaba una señal, el timbre sonó, creo que desde que llegué a este departamento nunca lo había oído. Me levanté con pereza, seguro sería algún vecino o algo.
"AKA-CHAN"
En cuanto abrí la puerta mi madre se abalanzó sobre mí atrapandome en un abrazo, le encantaba ese apodo porque podría seguir llamándome bebé incluso cuando estaba a nada de cumplir treinta.
"Ma..."
Fue lo único que pude decir, ella se separó de mí, definitivamente había hecho bien escogiendo a su marido porque mi madre era extremadamente bajita, sin embargo yo había sacado los genes de jugador de voley de papá.
"¿Es así como saludas a tu madre? Muchacha insolente." Empujó mi hombro divertida para proceder a quitarse los zapatos y entrar de lleno al apartamento. "Tuve un viaje muy largo, quería darle una sorpresa a mi único tesoro pero parece que ya se olvidó de mi."
"¡Claro que no!" Protesté y arrastré los pies en dirección a la cocina "¿Quieres te?"
Ella me siguió luego de dejar su bolso en el sofá, supongo que no se quedaría mucho.
"¿Por qué viniste sola hasta Sendai?"
"Ya sabes, tu padre está muy ocupado siempre, teníamos planeado algo desde hace un tiempo pero a última hora le surgió algo... ¿estás saliendo con alguien?"
Casi tiro las tazas que estaba sacando de un cajón cuando escuché esa pregunta.
"¿A qué te refieres? a duras penas tengo tiempo para los gatos, ma."
"Te vez más bonita, parece que finalmente diste tu paso a la madurez. ¿Es de buena familia? Tienen que casarse."
Mi mamá siempre había sido intuitiva e imprudente, pero la situación con su posible yerno era probablemente la más engorrosa y compleja que se pudiera imaginar.
"No estoy viendo a nadie, ma, tal vez es el aire de Sendai que me sienta mejor que el hollín de Tokyo."
Mi mamá me miró con la mirada más sornera que pude ver en su rostro, sabía que le estaba mintiendo pero eso sería para explicar en otro momento. Terminé de servir el te helado y nos tumbamos en el sofá.
"Nunca te dediques a la decoración de interiores."
Dijo mientras daba un sorbo.
"Apenas paso por aquí, solo vengo a dormir y ducharme, realmente no me importa el aspecto del departamento."
"Por eso aún no consigues marido."
Me señaló con el mentón de manera despectiva, yo solo atiné a reírme.
"Tal vez deberías hacerle una remodelación, literalmente el apartamento está como cuando ustedes lo compraron."
Como si le hubiera dicho que se acababa de ganar la lotería, el brillo en los ojos de mi madre y su sonrisa crecieron.
"Primero deberías presentarme a ese muchacho, no voy a trabajar de gratis."
Abrí la boca para decir algo pero no salió nada, hice un puchero, tomé de mi té, miré a Copito todavía durmiendo y finalmente formulé la idea en mi mente.
"Hablando de eso... Necesito tu opinión."
Si íbamos a tener una conversación incómoda sería la que yo quisiera. Le conté a mi madre todo lo que estaba pasando en el trabajo, obvié las partes donde me enrollé con mi paciente y rompí la ley.
Mi madre era una experta en asesoramiento legal, se dedicó durante toda su vida a construir una empresa de tecnología que la llevó a ser de las personas más ricas del país y cuando se aburrió de eso, puso todo a nombre de mi padre y ahora solo se dedica a salir con sus amigas e ir a cafés estúpidamente costosos.
"Deberías cooperar, igual van a probar la inocencia del muchacho con o sin tu ayuda porque ya tiene la ficha clave, la negligencia."
Dijo finalmente luego de escucharme por unos diez minutos intentando resumir y ocultar lo más que pudiera mis crímenes.
"Lo único que quieren de ti es convertir un juicio de varias audiencias en una sola, normalmente la ley confía mucho en la palabra experta."
Miré a mi madre como si me acabaran de iluminar y por un segundo hubiera liberado el cien por ciento de mi capacidad cerebral. Esta mujer de la tercera edad con el cabello castaño pero casi blanco hasta el mentón siempre había sido mi ejemplo a seguir, mi heroína. Su forma de hablar, despreocupada pero estratégica siempre me dejaba si palabras.
"Y bien, creo que me quedaré a hacerte un poco de compañía esta semana."
Blair que siempre la había amado más de lo que me amaba a mí, había tomado posición en sus piernas y había caído tan profunda en el sueño que mi madre tuvo acceso a acariciar su barriguita.
"No me vendría mal eso, estar sola realmente ha sido feo..."
Mi madre y yo siempre habíamos tenido una buena relación, aunque el trabajo la alejó de los mejores años de mi infancia, ella siempre hizo su mejor esfuerzo y me crió de la mejor manera que pudo, aunque tenía el dinero para contratar cualquier tipo de niñera, prefirió tomarse el tiempo de recogerme siempre en la escuela y sentarse a hacer tareas a las tantas de la noche, se negó a que yo tuviera otra figura materna y que en un futuro la rechazara.
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𝑃𝑇𝑆𝐷 || 𝐺𝑜𝑗𝑜 𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢 - 𝐽𝐽𝐾
Fanfiction"Donde Akane Mizuhara es un psiquiatra novata en el sanatorio más grande de Japón ubicado en las afueras de Sendai y Gojo Satoru uno de los pacientes más intrigantes y peligrosos. La misión de Mizuhara será obviar las reglas para ayudar a la mente q...