Capítulo 6: Melodías y Confidencias

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El domingo amaneció con un cielo despejado y una brisa suave que prometía un día tranquilo. Cristina y Martina habían acordado reunirse en casa de Martina para trabajar en su proyecto de historia. A medida que Cristina llegaba a la casa, la habitación de Martina no dejó de sorprenderla.

Cristina: (mirando alrededor) ¡Vaya, Martina, tu habitación es realmente única!

Martina: (riendo) Sí, siempre me ha gustado mantener un ambiente creativo aquí.

La habitación de Martina estaba decorada con posters de bandas de música, obras de arte en progreso y fotografías tomadas durante sus aventuras de skate. El espacio tenía una energía vibrante y despreocupada que reflejaba la personalidad de Martina.

Después de un rato de trabajo en el proyecto de historia, finalmente terminaron y se relajaron en la cama de Martina, disfrutando de la sensación de un trabajo bien hecho.

Martina: (recostándose) ¡Listo! ¡Trabajo completado!

Cristina: (sonriendo) Realmente trabajamos bien juntas.

Con el trabajo terminado, la conversación comenzó a fluir naturalmente. Empezaron a hablar sobre sus gustos musicales y películas favoritas, compartiendo anécdotas y opiniones mientras se conocían más profundamente.

Cristina: (entusiasmada) ¿Tienes alguna banda favorita?

Martina: (pensando) ¡Definitivamente! Me encanta el rock alternativo. Bandas como Arctic Monkeys y The Strokes son mis favoritas. ¿Y tú?

Cristina: (sonriendo) Soy más ecléctica en mis gustos, pero también disfruto del rock. Aunque admito que tengo debilidad por la música clásica también.

La conversación fluyó de manera relajada, alternando entre risas y momentos de seriedad. Hablaron sobre películas que habían dejado huella en ellas y sobre las últimas series que habían visto.

Martina: (riendo) Sabes, siempre me ha parecido gracioso que tengamos estas conversaciones tan profundas en medio de la clase.

Cristina: (divirtiéndose) ¡Es cierto! Algunos podrían pensar que solo hablamos de cosas triviales.

A medida que la tarde avanzaba, la química entre Cristina y Martina se hacía más evidente. Habían encontrado puntos en común y compartían sus opiniones de manera honesta y abierta. Los silencios ya no eran incómodos, sino momentos en los que se dejaban llevar por sus pensamientos.

El sol comenzó a ponerse, tiñendo el cielo de tonos cálidos. La habitación de Martina estaba sumida en una suave penumbra, creando un ambiente íntimo y acogedor.

Martina: (mirando por la ventana) La puesta de sol se ve increíble desde aquí.

Cristina: (observando) Sí, es realmente hermosa.

El silencio se extendió por un momento antes de que Martina hablara en un tono suave.

Martina: (mirando a Cristina) ¿Sabes? Me siento muy cómoda contigo. Es raro, pero en un buen sentido.

Cristina: (sonriendo) Yo también me siento así.

A medida que avanzaba la conversación, Cristina y Martina descubrieron que compartían más similitudes de las que habían imaginado. Sus gustos musicales y cinematográficos se entrelazaban de manera sorprendente, y cada historia que compartían parecía profundizar aún más su conexión.

Martina: (sonriendo) Sabes, siempre he querido aprender a tocar la guitarra. Siempre me ha fascinado cómo la música puede transmitir emociones tan poderosas.

Cristina: (entusiasmada) ¡Yo también! De hecho, toco el piano desde que era pequeña. Es mi forma de relajarme y expresar lo que siento.

Martina: (asombrada) ¡Eso es increíble! Me encantaría escucharte tocar alguna vez.

Cristina: (sonriendo) Definitivamente podríamos organizar eso.

A medida que compartían anécdotas y deseos, la conversación fluyó con una naturalidad que llenaba el espacio entre ellas. Compartieron risas por películas cómicas y compartieron momentos más serios al hablar sobre canciones que habían sido especialmente significativas en sus vidas.

Martina: (mirando a Cristina con curiosidad) ¿Alguna canción en particular que te haya marcado?

Cristina: (pensativa) Sí, "Yellow" de Coldplay. Me recuerda a un momento importante en mi vida.

Martina: (inclinándose hacia Cristina) ¿Y qué me dices de "Reptilia" de The Strokes? ¿Te gusta?

Cristina: (riendo) ¡Esa canción me hace querer moverme! No es mi estilo habitual, pero tiene algo cautivador.

A medida que el tiempo pasaba, las luces de la habitación se volvían más tenues, sumergiendo el espacio en una atmósfera aún más íntima. Las risas se mezclaban con momentos de silencio cómodo, y ambas chicas se sentían cada vez más a gusto al compartir sus pensamientos más profundos.

Martina: (en un tono más serio) Sabes, no suelo abrirme tanto con la gente. Pero contigo, es diferente.

Cristina: (asintiendo) Entiendo lo que dices. Siento que puedo ser yo misma contigo sin temor a ser juzgada.

El reloj en la habitación marcaba las horas mientras la conversación continuaba, y pronto se dieron cuenta de que habían perdido la noción del tiempo. La oscuridad de la noche había caído fuera de la ventana, creando un ambiente mágico en el que parecía que solo existían ellas dos.

Martina: (sonriendo) Ha sido un día increíble. Gracias por compartir tanto conmigo.

Cristina: (tocando suavemente el brazo de Martina) El placer ha sido mío, Martina. Es raro encontrar a alguien con quien conectes de esta manera.

Al final de la noche, Martina acompañó a Cristina hasta la puerta de su casa. La luna y las estrellas eran testigos silenciosos de la conexión que había florecido entre ellas.

Martina: (con una sonrisa) Gracias por un día tan especial. Realmente lo disfruté.

Cristina: (abrazando a Martina) Yo también. Esto ha sido más de lo que imaginaba.

La suavidad del abrazo parecía transmitir emociones que las palabras no podían expresar completamente. El abrazo se convirtió en un símbolo de la conexión profunda que habían construido en tan poco tiempo.

Con una sonrisa y una mirada que comunicaba más de lo que podrían decir con palabras, se despidieron en la puerta. Cada paso que daba Cristina hacia su casa llevaba consigo la calidez del abrazo y la promesa de más momentos compartidos en el futuro. 

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