Capítulo 11: solidaridad

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El colegio estaba en pleno ajetreo y las hojas de otoño comenzaban a caer, pintando el paisaje con tonos cálidos. Martina y Cristina habían pasado las últimas semanas concentrándose en su amistad y en sus propios objetivos. La relación entre ellas se había fortalecido, pero sabían que aún había desafíos por delante.

En una tarde soleada, Martina se acercó a Cristina en el patio mientras esta disfrutaba de un libro bajo un árbol.

Martina: (sonriendo) ¡Hola, Cristina! ¿Qué estás leyendo?

Cristina: (levantando la vista y sonriendo) ¡Hey, Martina! Solo es un libro para clase. ¿Cómo has estado?

Martina: (encogiéndose de hombros) Más o menos. A veces todavía me cuesta mantenerme en el camino correcto, pero estoy mejorando.

Cristina: (asintiendo) Eso es lo importante, Martina. Sabes que siempre estoy aquí para apoyarte.

Martina: (agradecida) Lo sé, y te lo agradezco mucho. Me has ayudado más de lo que imaginas.

Cristina: (tocando suavemente su brazo) Y tú también has estado ahí para mí. Estoy contenta de que podamos ser un apoyo mutuo en este camino.

Mientras hablaban, la campana sonó y ambas se dirigieron a clase. Durante la clase de tutoría, el profesor anunció que estaban organizando un evento solidario en el que los estudiantes podrían colaborar con organizaciones benéficas locales. Martina y Cristina intercambiaron una mirada significativa, sabiendo que esta era una oportunidad para retribuir a la comunidad que las había apoyado.

Después de clases, mientras caminaban juntas hacia casa, Martina mencionó el evento solidario.

Martina: ¿Qué te parece si participamos juntas en el evento solidario? Podríamos recaudar fondos y contribuir de alguna manera.

Cristina: (sonriendo) ¡Me parece una idea genial! Podríamos organizar algo en la escuela para involucrar a más estudiantes.

Martina: (entusiasmada) ¡Exacto! Podemos formar un equipo y ponernos manos a la obra. Creo que sería una manera genial de demostrar que podemos superar nuestras propias adversidades y ayudar a otros.

Cristina: (asintiendo) Definitivamente. Además, esto nos daría la oportunidad de unir a más personas y hacer un impacto positivo juntas.

Esa tarde, Martina invitó a Cristina a su casa para descansar después de una larga jornada. Después de comer, ambas se acomodaron en el sofá y decidieron ver una película para relajarse.

Durante la película, en un momento de tensión en la pantalla, Martina y Cristina se miraron involuntariamente. Sus ojos se encontraron y, con un gesto instintivo, Martina apoyó su cabeza en el hombro de Cristina. Esta respondió pasando su brazo alrededor de Martina de manera cálida y protectora. Con cada escena de la película, su cercanía se hizo más evidente y cómoda.

Llegando al final de la película, Martina se movió ligeramente y sus labios rozaron los de Cristina. El contacto fue tan suave y natural que ambas se miraron sorprendidas, pero no incómodas.

Martina: (sonrojada) Lo siento, no fue intencional.

Cristina: (sonriendo) No te preocupes, Martina. Fue un momento espontáneo y hermoso.

Martina: (suspirando) Gracias por entender.

Cristina: (acariciando suavemente su mejilla) Martina, estamos explorando nuestras emociones y nuestra conexión. No hay necesidad de disculparse por eso.

El capítulo concluyó con Martina y Cristina compartiendo una sonrisa cómplice, mientras la película terminaba en la pantalla. 

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