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Bajo la sombra de su madre, la gran Dama Búho, Eve está en un camino de la búsqueda de la verdad y su propia identidad. Pero el Guardia Dorado se topa en su camino para hacer las cosas un tanto interesantes...
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— Es realmente bueno tenerte aquí más seguido, Amity — le dijo la pelirroja abrazando por los hombros a la de cabello violeta. Esta le sonrió en respuesta un tanto avergonzada, se habían vuelto grandes amigas con Eve y no quería estropear nada. Luz estaba enferma, y como no pertenecía naturalmente a las Islas Hirvientes, no sabían cómo le afectaría. Por esa razón, Amity se estaba encargando de toda la organización ese día, quería demostrar que era una buena novia, y ayudar a Luz en todo lo posible.
— M-me alegra estar aquí, Eve — le sonrió dulcemente — Emira me dijo que te diga que estás invitada cuando quieras a casa — le informó, para luego liberar un suspiro por el pequeño juego de palabras.
Ella sonrió, hablaba con los gemelos casi todos los días por Pentagram, incluso a veces hacía llamadas por video con ellos, luego de la escuela; era bastante entretenido oírlos.
Ese día la casa, según Eve, estaba repleta de gente; no acostumbraba a tener tantas personas en un mismo lugar, aunque le era lindo sentir tanto movimiento. Fueron a la cocina a encontrarse con Willow y Gus, ellos también estaban ayudando.
A pesar de que inicialmente eran amigos de Luz, con el tiempo se volvieron cada vez más cercanos, tanto que Eve les comenzó a agarrar cariño a cada uno, adoraba platicar con ellos.
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— ¡Luz! ¡No irás a ningún lado! ¡No estás bien! — le dijo la pelirroja, sosteniendo a la muchacha en el aire con su magia.
La morena estaba un poco molesta por la manera en la que la habían detenido.
— Bueno Luz... King, Eve y yo conseguiremos tu sangre del titán si te mantienes cal-mada — le dijo Eda gesticulando exageradamente la última palabra. Ya estaba comenzando a perder la paciencia, entre las órdenes y el deseo por controlar todo perfectamente de Amity y la desorientación de Luz, sus nervios empezaban a salirse de control.
— ¡Yo también voy a ir! Como novia de Luz soy quien debe-
— Lo entendemos mandona, busca un abrigo — le dijo a Amity — Willow, Gus — los nombrados la miraron — vigilen a Luz, cree que sus brazos son serpientes...
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