玉:SIETE(七)

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Kim Jiwoong estaba regresando a su habitación después de su entrenamiento matutino, había mucho ruido y movimiento por los pasillos.

Recientemente las cosas estaban muy agitadas en la manada, especialmente después de lo sucedido con los estudiantes del Mariscal Shen y el exilio de Park Sunho.

Jiwoong suspiró. Desde que se levantaba hasta que se iba a dormir, todo lo que escuchaba eran diferentes versiones y rumores sobre lo sucedido en el juicio, cada uno de ellos más sanguinarios que el anterior, pero todos con la misma conclusión: el Mariscal Shen está hecho de piedra, no había una pizca de piedad humana en él.

El joven Alfa sacudió la cabeza, estaba cansado de pensar en escenarios terroríficos.

Afortunadamente tenía algo de tiempo para descansar y despejar su mente antes de su trabajo voluntario, por lo que se apuró a su habitación para dormir un poco.

No obstante, tan pronto como se adentró en su dormitorio, vio una larga figura recostada cómodamente en su cama.

La persona en cuestión, le pestañeó encantadoramente.

-...

-...

-Amigo, ¿Cómo entraste?

-Sunbae -Gyuvin le llamó, en tono exageradamente dulce e ignorando la pregunta deliberadamente-, ¡Tengo la mañana libre, así que vine a verte!

Jiwoong se frotó entre las cejas y miró hacia arriba, enviando una plegaria al cielo.

-¿Qué haces? -Gyuvin alzó una ceja.

-Oh, nada. Sólo llorar en arrepentimiento por mis acciones equivocadas. Yo, Kim Jiwoong, seguramente fui estúpido al acercarme a ti en esa mesa.

Gyuvin se rió y asintió dándole la razón.

Jiwoong se resignó. Fue a sacar dos bolsas de frituras de su almacén secreto, le lanzó una al invasor en su cama y tiró de la silla de su escritorio para sentarse a un lado.

Notando la mirada fija de Gyuvin sobre él, Jiwoong alzó las cejas mientras se llevaba un puño de frituras a la boca.

-¿Qué?

-Si Shen Ricky te viera sentado en esa posición, te rompería la piernas.

-Si el Mariscal Shen descubriera que lo llamas por su nombre casualmente a su espalda, te rompería los dientes.

Ambos jóvenes compartieron un estremecimiento.

-¿Cómo es que tienes la mañana libre? Creí que a estas alturas estarías llorando sangre por el entrenamiento del Mariscal Shen.

-Ricky está ocupado.

Jiwoong gimió y frunció las cejas.

-Ya, ¿Puedes dejar de hacer eso?

-¿Qué cosa?

-Llamarlo por su nombre.

-¿Por qué? ¿Si dices Ricky tres veces seguidas, se te aparecerá en la noche con su látigo en mano?

-¡Eso es aterrador, hombre! -Jiwoong gimió otra vez- ¡Ah! ¡Mierda!

Gyuvin rió al ver que la expresión de Jiwoong decaía cada vez más.

-¿Qué?

-¡Será mejor que no vuelvas a hablar conmigo en el futuro, Gyuvin! Vivo felizmente sabiendo que el Mariscal Shen no reconoce mi rostro entre la multitud, ¡Pero definitivamente me tendrá en la mira si me involucro contigo!

-Estás tan jodido, Jiwoong -Gyuvin dijo con alegría-. Le diré a todos que somos mejores amigos a partir de hoy.

Jiwoong rodó los ojos, pensando que se lo tenía merecido por ser tan curioso.

JADE (RYUVIN/GYUBRIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora