玉:(TREINTA'Y'CUATRO)三十四

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Cuando Ricky miró a Gyuvin de pie ante él, sintió que todas las paredes que había construido a su alrededor durante el paso de los años, finalmente colapsaron para siempre frente a esta persona.

Ricky estaba feliz y totalmente desarmado. Su mente y corazón estaban tan llenos de Kim Gyuvin, que ya no podía pensar en nada más en este momento. Incluso ignoró por completo a los Lee y los Park.

En cambio, Gyuvin sí fue muy consciente de los problemáticos visitantes y tragó nerviosamente en secreto cuando vio que Jeonghyeon y los otros se marchaban sin más. Sin embargo, ahora que el grupo se había marchado, finalmente pudo enfocar toda su atención en el tembloroso rubio que se aferraba a él.

Gyuvin se había asustado demasiado cuando lo primero que descubrió al despertar fue que Ricky se había marchado con Lee Jeonghyeon y compañía.

No sé asustó porque se sintiera inseguro del corazón de Ricky hacia él, si no porque en última estancia temía que Jeonghyeon fuera un bastardo tan grande como para perjudicar a Ricky bajo la excusa del descontrol de Gyuvin.

Gyuvin jamás se perdonaría si Ricky volviera a tener que enfrentar en su lugar las consecuencias de sus errores.

El joven Alfa suspiró discretamente a la vez que apoyaba su mentón sobre la coronilla de Ricky; la tensión y la adrenalina se disiparon poco a poco de su cuerpo, y sólo después de cerrar los ojos un momento, fue que Gyuvin descubrió de que estaba increíblemente exhausto.

Probablemente no duraría mucho antes de colapsar por el cansancio, por lo que el Alfa quería decir todo lo que estaba en su cabeza de una vez y no quería dejar las palabras para después, pero antes de que pudiera empezar a decir nada, Ricky se le adelantó.

Ricky alzó la cabeza y miró a Gyuvin a los ojos de una forma en la que nunca antes lo había visto; lo miró con un afecto indescriptible y una profunda sinceridad que le hizo hormiguear el pecho al pelinegro y lo dejó sin aliento unos momentos.

—Yo estaba mal, Gyuvin. Te dejé atrás y no volví. Te hice daño y te perjudiqué, lo siento.

"Te hice daño y te perjudiqué, lo siento."

Gyuvin abrió los ojos en gran conmoción.

Oh...

Enserio...

¿Qué tan ridículo y tonto podría ser Kim Gyuvin?

Durante años, el joven alfa estuvo viviendo de forma imprudente y sin importarle su vida o muerte.

Nadie tenía idea de lo mucho que se odiaba y se culpaba a sí mismo mientras cargaba con la responsabilidad de ser el hijo de sus Padres y lo que eso significaba.

Gyuvin había pensando durante mucho tiempo que su propia existencia era un pecado imperdonable, un suceso desdichado y malvado. Había aceptado esto y sabía que no había nadie más villano que él.

Sin embargo, en algun lugar de su rota existencia, Gyuvin no fue consciente de que escondía algo más que el odio a sí mismo.

Aunque era muy familiar con emociones como el odio, el resentimiento y la culpabilidad, no se había dado cuenta de que estas emociones no se dirigían únicamente a sí mismo, si no también hacia las personas que lo decepcionaron.

Como resultado de sus erráticas emociones, Gyuvin era muy contradictorio.

Él quería morir todos los días, pero en cambio luchaba desesperadamente por sobrevivir un día más.

Odiaba a su Padre por todas sus acciones malvadas, pero se esforzó por complacerlo hasta cierto punto.

Compadecía a su Madre, pero también la odió por su negligencia.

JADE (RYUVIN/GYUBRIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora